Hace días que esta pregunta pasa una y otra vez por mi cabeza. ¿De verdad me quiero volver a ir? ¿A dejarlo todo? ¿A arriesgarme?
Estoy mucho más nerviosa y mucho más asustada que cuando me fui a Alemania, y eso no es tranquilizador. El saber lo que me espera, o lo que puedo encontrar, lo mal o bien que pueden llegar a ir las cosas, los problemas que voy a tener... es difícil de explicar. Creo que el echo de haber vivido esto una vez me hace ser más consciente de a lo que me enfrento, y por eso tengo más miedo.
Ahora pienso en muchas cosas de las cuales la primera vez ni siquiera se me pasaban por la cabeza. Me da miedo que las cosas vayan mal, porque se como se pasa en esa situación. Me da miedo sentirme desplazada, porque también se lo que es eso. Me da miedo dejar algunas cosas de Barcelona, porque sé que quizá a la vuelta no las voy a poder recuperar.
Pero también me dan miedo cosas que las primerizas no conocen: temo el fin de mi estancia en USA si todo va bien: irme de un lugar que siento como mío, para no volver, o volver sabiendo que nada es igual, ni siquiera la gente que conoces. Me da miedo hacer grandes amigos y perderlos, o tenerlos lejos y echarlos de menos. Me da miedo no ver crecer a los niños, o perder el contacto con la familia. Y me da muchísimo miedo pensar que quizá no podré superar otro proceso de adaptación, o que el sitio o la situación me impidan adaptarme. O incluso que al volver, no pueda volver a encontrar mi lugar en mi propia casa, porque volver también es difícil de cojones.
Conozco a poca gente que sea au pair repetidora (teniendo buenas experiencias previas), y las que conozco me confirman que las voy a pasar muy putas, que el saber y la experiencia, en este caso, son más un peso que tenemos que arrastrar que una ayuda.
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domingo, 11 de junio de 2017
jueves, 5 de mayo de 2016
Querida yo dentro de 10 años
Querida yo;
Pasados ya los 30, se que recordarás todo esto con cariño. Quizá les hayas hablado de tus niñas alemanas a tus hijos, o quizá las conozcan y se rían contigo rememorando algunas de las maldades que hicieron y que ahora recuerdan por las cosas que sus padres les han contado de mi. Quizá incluso le has explicado algunas de mis aventuras a tu propia au pair. Quien sabe.
Se que todas las cosas que escribo aquí, ahora están cubiertas en una encuadernación cara de tapas duras, mientras acumulan polvo guardadas en alguno de los estantes más altos de la librería, o en alguna caja bajo la cama.
Pero te escribo para que sepas, que a pesar de que ahora solo sean recuerdos vagos de cuando eras joven y hacías locuras, valió la pena. Se que al estar tan ocupada con tu rutina, tu trabajo y tus problemas, a veces crees que olvidas todo lo que aprendiste esos años, a los que recuerdas muy a menudo.
Se que a veces te acuerdas de aquellas personas a las que conociste en ese tiempo. Te sientes mal por haber perdido el contacto con muchas de ellas, pero agradeces a aquellos que siguen a tu lado después de tanto tiempo.
Ahora voy a empezar otra locura. Otra de esas cosas que sabes que al contarlas, más de uno se echará las manos a la cabeza, pero que acabarán aceptando. Ya sabes a cual me refiero.
También espero que ahora, todo esto sean buenos recuerdos y que sonrías al acordarte del momento en que pensaste que era una buena idea.
Por esa razón, deseo que mi aventura en USA deje en ti una huella parecida a mi aventura en Alemania.
Con cariño;
Tu yo de 23 años.
Pasados ya los 30, se que recordarás todo esto con cariño. Quizá les hayas hablado de tus niñas alemanas a tus hijos, o quizá las conozcan y se rían contigo rememorando algunas de las maldades que hicieron y que ahora recuerdan por las cosas que sus padres les han contado de mi. Quizá incluso le has explicado algunas de mis aventuras a tu propia au pair. Quien sabe.
Se que todas las cosas que escribo aquí, ahora están cubiertas en una encuadernación cara de tapas duras, mientras acumulan polvo guardadas en alguno de los estantes más altos de la librería, o en alguna caja bajo la cama.
Pero te escribo para que sepas, que a pesar de que ahora solo sean recuerdos vagos de cuando eras joven y hacías locuras, valió la pena. Se que al estar tan ocupada con tu rutina, tu trabajo y tus problemas, a veces crees que olvidas todo lo que aprendiste esos años, a los que recuerdas muy a menudo.
Se que a veces te acuerdas de aquellas personas a las que conociste en ese tiempo. Te sientes mal por haber perdido el contacto con muchas de ellas, pero agradeces a aquellos que siguen a tu lado después de tanto tiempo.
Ahora voy a empezar otra locura. Otra de esas cosas que sabes que al contarlas, más de uno se echará las manos a la cabeza, pero que acabarán aceptando. Ya sabes a cual me refiero.
También espero que ahora, todo esto sean buenos recuerdos y que sonrías al acordarte del momento en que pensaste que era una buena idea.
Por esa razón, deseo que mi aventura en USA deje en ti una huella parecida a mi aventura en Alemania.
Con cariño;
Tu yo de 23 años.
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