Hace días que esta pregunta pasa una y otra vez por mi cabeza. ¿De verdad me quiero volver a ir? ¿A dejarlo todo? ¿A arriesgarme?
Estoy mucho más nerviosa y mucho más asustada que cuando me fui a Alemania, y eso no es tranquilizador. El saber lo que me espera, o lo que puedo encontrar, lo mal o bien que pueden llegar a ir las cosas, los problemas que voy a tener... es difícil de explicar. Creo que el echo de haber vivido esto una vez me hace ser más consciente de a lo que me enfrento, y por eso tengo más miedo.
Ahora pienso en muchas cosas de las cuales la primera vez ni siquiera se me pasaban por la cabeza. Me da miedo que las cosas vayan mal, porque se como se pasa en esa situación. Me da miedo sentirme desplazada, porque también se lo que es eso. Me da miedo dejar algunas cosas de Barcelona, porque sé que quizá a la vuelta no las voy a poder recuperar.
Pero también me dan miedo cosas que las primerizas no conocen: temo el fin de mi estancia en USA si todo va bien: irme de un lugar que siento como mío, para no volver, o volver sabiendo que nada es igual, ni siquiera la gente que conoces. Me da miedo hacer grandes amigos y perderlos, o tenerlos lejos y echarlos de menos. Me da miedo no ver crecer a los niños, o perder el contacto con la familia. Y me da muchísimo miedo pensar que quizá no podré superar otro proceso de adaptación, o que el sitio o la situación me impidan adaptarme. O incluso que al volver, no pueda volver a encontrar mi lugar en mi propia casa, porque volver también es difícil de cojones.
Conozco a poca gente que sea au pair repetidora (teniendo buenas experiencias previas), y las que conozco me confirman que las voy a pasar muy putas, que el saber y la experiencia, en este caso, son más un peso que tenemos que arrastrar que una ayuda.
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domingo, 11 de junio de 2017
lunes, 8 de febrero de 2016
Los 9 círculos del infierno, o la llegada de un cachorro a casa
Hace un par de meses, por casualidades y vueltas que da la vida, un cachorro orgullosamente mestizo pasaba por el umbral de mi casa para hacerse un hueco entre la cama de mi otro perro y el sofá. Han sido dos meses demasiado muy intensos, en los que me he cagado en Cesar Millán unas ocho veces al dia y he echo búsquedas en Google tan normales como "Cómo evitar que mi perro se meta ENTERO en el bol del agua" o "Cómo hacer que mi cachorro deje de robarme las bragas".
Ahora que la situación ya está, por decirle de algún modo, estabilitzada, he decidido hacer una reflexión, y contar, como no, la realidad.
Si señores, la pura y dura realidad. Nada de esas publicaciones que se titulan "Porque no debes traer un cachorro a casa", donde entras y solo hay fotos de perros obviamente drogados porque a estas alturas SABES que un cachorro NUNCA duerme, mucho menos arropado en una manta (a no ser que esté meándola o la este desmembrando hilo a hilo) ni rodeado de flores (eso, definitivamente, es Photoshop).
Todo se resume en 9 fases, a cada cual mássuicida entretenida:
Primer círculo: Pues nos ha salido tranquilo
Los cojones.
Tu traes el cachorro a casa, le enseñas su cama nueva, su mantita de polar, su bol de comida y agua, y él lo huele encantado, se tumba, juega un poco con la manta... y alguien dice la frase estrella de "Pues parece que nos ha salido tranquilo". Os vais a la cocina, volvéis con el saco de pienso y SORPRESA. Ya no hay cama. La manta parece haber explotado. El bol de la comida está encima del sofá. Y en medio de todo ese follón, el perro mirándote con cara de "Si te cuento lo que ha pasado, te juro que no te lo crees!".
Empieza el juego.
Segundo círculo: Fregona
Todo son risas hasta que encuentras un zurullo encima del sofá. Esto es así. A partir de ese momento te pasas el dia mocho en mano recogiendo meados. Tu perro es una fuente de pis. Te asombra la cantidad de líquido (y sólido) que un animal de ese tamaño es capaz de producir, y por supuesto, te asombra todavía más el criterio que tiene sobre dónde soltarlo:
Y mi favorita:
Tercer círculo: El Periódico
Solo sueltas la fregona para hacer una consulta desesperada en San Google: "Cómo hacer que mi cachorro no se mee por todos ladospor dios que estoy desesperada y no se a que santo ponerle velas, le doy mi nómina entera a quien me de una solución POR FAVOR AYUDAD A UNA MUJER AL BORDE DE LA HISTERIA".
Y Google, en su immensa sabiduría, te da la solución: hacerle mear en periódicos y que se acostumbre a hacerlo siempre ahí. Te vas al quiosco, compras 10 periódicos edición dominical y te vas a casa creyendo ver la luz.
Parece fácil.
Bueno, pues no lo es. Probablemente lo destroce, se lo coma, juegue con él o te lo traiga a ti al váter (esto os juro que es verídico). Todo menos mear encima.
Pero tu estás decidida a que el perro aprenda a mear en dicho periódico. Es o eso, o tu salud mental.
Por lo tanto, la siguiente semana se puede resumir así:
Tu eres Batman corriendo hacia el periódico. La bomba es el perro mientras mea o caga.
Nota: Tened en cuenta que el perro no dejará de mear o cagar cuando lo cojáis al vuelo para llevarlo como si te hubiera poseído satanás al rincón donde tiene el periódico. Entonces, la posibilidad de terminar con pis de perro de cintura para abajo o de pasar derrapando todo el comedor porque habéis pisado terreno pantanoso, es alta. Muy alta.
Cuarto círculo: El bulto
Con el tema periódico y pipimás o menos controlado, la veterinaria por fin te da bandera verde para empezar a sacar el perro a la calle. Eso si, en brazos (lloros internos).
La veterinaria se debe creer que eres Schwarzenegger porque mi perro con 2 meses ya pesaba 7 kg. Y cargar más de 10 minutos a 7 kg que solo quieren libertad mientras andas por el monte está en manos de muy pocos. Yo no soy una de ellas, así que me agencié una mochila vieja del Decathlon y bueno... :
Aunque ni yo sonreía así, ni mi perro estaba tan felizmente quietecito. No me juzguéis, por favor. Uno hace cosas que nunca se hubiera imaginado en estas situaciones.
Quinto círculo: Cuarto Milenio
Pocos días después, mientras te estás duchando, el perro conseguirá abrir la puerta y la escena de tu corriendo en paños menores (en pelotas, vaya) por toda la casa al grito de "Devuélveme mis bragas que son nuevas!", finalmente va a ocurrir.
Que no os de vergüenza, no hay dolor. Mantened la cabeza bien altay rezad para que ningún vecino os haya grabado en vídeo.
Persigues al perro por toda la casa, hasta que se esconde debajo del sofá y ABRACADABRA.
¿Sabéis todos esos calcetines que últimamente han desaparecido en la cuarta dimensión de la lavadora? Pues parece ser que ni siquiera llegaron nunca a lavarse y una vez los encuentras, solo te los vas a poder poner de nuevo si te mola esto del vagabundo style.
Sexto círculo: Huracán Katrina
Al llegar el perro a casa, sabes que romperá cosas. Todo el mundo sabe que los cachorros lo muerden todo, lo que no te imaginas es la cantidad de sabotajes que es capaz de realizar un bicho tan pequeño.
Primero intentas que la destrucción se reduzca a una habitación. Fallas estrepitosamente.
Posteriormente tomas otro punto de vista y intentas limitar la destrucción a todo lo que esté a menos de un metro de altura. Descubres entonces que tu perro valdría para competir en salto de altura en las olimpiadas.
Después dejas tu casa en un estado minimalista con la esperanza de salvar, al menos, la decoración. Finalmente declaras tu casa zona catastrófica, te resignas y te vas a Ikea.
Séptimo círculo: La vida es chula
"¿Porque la mierda del perro tiene puntitos amarillos?"
"¿Amarillos? Deberían ser azules, ayer se comió un calcetín azul"
"Pues tiene puntitos amarillos"
"¿Te has fijado bien? Ayer tenia trazas verdes"
Las mierdas parecen sacadas de la tienda de Desigual de tanto colorido que tienen. Eso si, llega un momento en que pierdes la cuenta de la cantidad de cosas que ha de sacar la bestia y bueno... Para los interesados, al final lo amarillo era la suela de un zapato.
Octavo círculo: Perdona, eres gilipollas o algo?
En un momento claramente de desesperación, comentas las siete fases anteriores con alguien pseudo-experto, que acto seguido te recomienda que:
a) Le des un golpe en la nuca con una revista doblada cuando haga algo mal.
b) Le restriegues el hocico en su propia mierda cuando no lo haga donde debe.
c) Le des agua solo tres veces al día, con la comida.
d) Le "busques otra casa".
Sera un cabrón con ganas, pero es mi perro y lo quiero, así que para todos esos iluminados que dan estos consejos, o para quien los pone en práctica:
Noveno círculo: Lo peor ha pasado
Llega el esperado día en que ya puede salir a la calle. Probablemente en este momento tu ya te hayas encomendado a vírgenes que hace un par de meses no sabias siquiera que existían. Has llenado tu móvil de fotos y vídeos de tu perro. Incluso tienes uno en el que te roba las bragas, y ahora te hace gracia.
Ha llegado pues, el momento de presentarlo en sociedad, porque como todo el mundo te dice, lo peor ya ha pasado.
Lo sacas por fin, entre lloros de alegría y confeti (que probablemente se coma) a dar su primer paseo.
Ahora que la situación ya está, por decirle de algún modo, estabilitzada, he decidido hacer una reflexión, y contar, como no, la realidad.
Si señores, la pura y dura realidad. Nada de esas publicaciones que se titulan "Porque no debes traer un cachorro a casa", donde entras y solo hay fotos de perros obviamente drogados porque a estas alturas SABES que un cachorro NUNCA duerme, mucho menos arropado en una manta (a no ser que esté meándola o la este desmembrando hilo a hilo) ni rodeado de flores (eso, definitivamente, es Photoshop).
Todo se resume en 9 fases, a cada cual más
Los 9 Círculos del Infierno
Primer círculo: Pues nos ha salido tranquilo
Los cojones.
Tu traes el cachorro a casa, le enseñas su cama nueva, su mantita de polar, su bol de comida y agua, y él lo huele encantado, se tumba, juega un poco con la manta... y alguien dice la frase estrella de "Pues parece que nos ha salido tranquilo". Os vais a la cocina, volvéis con el saco de pienso y SORPRESA. Ya no hay cama. La manta parece haber explotado. El bol de la comida está encima del sofá. Y en medio de todo ese follón, el perro mirándote con cara de "Si te cuento lo que ha pasado, te juro que no te lo crees!".
Empieza el juego.
Segundo círculo: Fregona
Todo son risas hasta que encuentras un zurullo encima del sofá. Esto es así. A partir de ese momento te pasas el dia mocho en mano recogiendo meados. Tu perro es una fuente de pis. Te asombra la cantidad de líquido (y sólido) que un animal de ese tamaño es capaz de producir, y por supuesto, te asombra todavía más el criterio que tiene sobre dónde soltarlo:
- Encima de tus zapatos nuevos.
- En medio de la entrada de casa, para que nada más llegar pises en blando.
- En su cama nueva. En su manta. En sus juguetes... En realidad, encima de cualquier cosa que consideremos suya.
Y mi favorita:
- Justo al lado tuyo mientras estas comiendo. Ten por seguro que será la mierda más apestosa que ha existido nunca.
Tercer círculo: El Periódico
Solo sueltas la fregona para hacer una consulta desesperada en San Google: "Cómo hacer que mi cachorro no se mee por todos lados
Y Google, en su immensa sabiduría, te da la solución: hacerle mear en periódicos y que se acostumbre a hacerlo siempre ahí. Te vas al quiosco, compras 10 periódicos edición dominical y te vas a casa creyendo ver la luz.
Parece fácil.
Bueno, pues no lo es. Probablemente lo destroce, se lo coma, juegue con él o te lo traiga a ti al váter (esto os juro que es verídico). Todo menos mear encima.
Pero tu estás decidida a que el perro aprenda a mear en dicho periódico. Es o eso, o tu salud mental.
Por lo tanto, la siguiente semana se puede resumir así:
Tu eres Batman corriendo hacia el periódico. La bomba es el perro mientras mea o caga.
Nota: Tened en cuenta que el perro no dejará de mear o cagar cuando lo cojáis al vuelo para llevarlo como si te hubiera poseído satanás al rincón donde tiene el periódico. Entonces, la posibilidad de terminar con pis de perro de cintura para abajo o de pasar derrapando todo el comedor porque habéis pisado terreno pantanoso, es alta. Muy alta.
Cuarto círculo: El bulto
Con el tema periódico y pipi
La veterinaria se debe creer que eres Schwarzenegger porque mi perro con 2 meses ya pesaba 7 kg. Y cargar más de 10 minutos a 7 kg que solo quieren libertad mientras andas por el monte está en manos de muy pocos. Yo no soy una de ellas, así que me agencié una mochila vieja del Decathlon y bueno... :
Quinto círculo: Cuarto Milenio
Pocos días después, mientras te estás duchando, el perro conseguirá abrir la puerta y la escena de tu corriendo en paños menores (en pelotas, vaya) por toda la casa al grito de "Devuélveme mis bragas que son nuevas!", finalmente va a ocurrir.
Que no os de vergüenza, no hay dolor. Mantened la cabeza bien alta
Persigues al perro por toda la casa, hasta que se esconde debajo del sofá y ABRACADABRA.
¿Sabéis todos esos calcetines que últimamente han desaparecido en la cuarta dimensión de la lavadora? Pues parece ser que ni siquiera llegaron nunca a lavarse y una vez los encuentras, solo te los vas a poder poner de nuevo si te mola esto del vagabundo style.
Sexto círculo: Huracán Katrina
Al llegar el perro a casa, sabes que romperá cosas. Todo el mundo sabe que los cachorros lo muerden todo, lo que no te imaginas es la cantidad de sabotajes que es capaz de realizar un bicho tan pequeño.
Primero intentas que la destrucción se reduzca a una habitación. Fallas estrepitosamente.
Posteriormente tomas otro punto de vista y intentas limitar la destrucción a todo lo que esté a menos de un metro de altura. Descubres entonces que tu perro valdría para competir en salto de altura en las olimpiadas.
Después dejas tu casa en un estado minimalista con la esperanza de salvar, al menos, la decoración. Finalmente declaras tu casa zona catastrófica, te resignas y te vas a Ikea.
Séptimo círculo: La vida es chula
"¿Porque la mierda del perro tiene puntitos amarillos?"
"¿Amarillos? Deberían ser azules, ayer se comió un calcetín azul"
"Pues tiene puntitos amarillos"
"¿Te has fijado bien? Ayer tenia trazas verdes"
Las mierdas parecen sacadas de la tienda de Desigual de tanto colorido que tienen. Eso si, llega un momento en que pierdes la cuenta de la cantidad de cosas que ha de sacar la bestia y bueno... Para los interesados, al final lo amarillo era la suela de un zapato.
Octavo círculo: Perdona, eres gilipollas o algo?
En un momento claramente de desesperación, comentas las siete fases anteriores con alguien pseudo-experto, que acto seguido te recomienda que:
a) Le des un golpe en la nuca con una revista doblada cuando haga algo mal.
b) Le restriegues el hocico en su propia mierda cuando no lo haga donde debe.
c) Le des agua solo tres veces al día, con la comida.
d) Le "busques otra casa".
Sera un cabrón con ganas, pero es mi perro y lo quiero, así que para todos esos iluminados que dan estos consejos, o para quien los pone en práctica:
Noveno círculo: Lo peor ha pasado
Llega el esperado día en que ya puede salir a la calle. Probablemente en este momento tu ya te hayas encomendado a vírgenes que hace un par de meses no sabias siquiera que existían. Has llenado tu móvil de fotos y vídeos de tu perro. Incluso tienes uno en el que te roba las bragas, y ahora te hace gracia.
Ha llegado pues, el momento de presentarlo en sociedad, porque como todo el mundo te dice, lo peor ya ha pasado.
Lo sacas por fin, entre lloros de alegría y confeti (que probablemente se coma) a dar su primer paseo.
Espera, espera.
¿Porque muerde la correa ahora?
¿Porque se come las mierdas del suelo?
¿Porque se come también lo que no son mierdas?
Dios mío, ¿Nunca dejará de ir como vaca sin cencerro?
¿Porque quiere a matar al perro del vecino?
¿Porque ....?
¿Que lo peor ya ha pasado?
¿Quien fue el degenerado que se inventó semejante mentira?
viernes, 18 de septiembre de 2015
Hospitales, urgencias y triages
Hoy vengo a hacer una pequeña reflexión sobre como funcionan las cosas hoy en urgencias, y en el país en general.
Sabéis que no suelo publicar muchos detalles personales en el blog, pero pienso que también es importante hacerlo de vez en cuando, ya que esto es mi ventana al mundo y donde puedo expresarme libremente.
Iré directa al grano:
Sufro de migrañas.
Como la mayoría, pensaréis; ¿Quien no ha sufrido alguna vez una migraña? Pero no, no soy una de esas personas que tienen un dolor de cabeza fuerte un par de veces al año. No, no tengo poca tolerancia al dolor. No, tampoco me he autodiagnosticado el "tengo migrañas".
Sufro de migrañas. De las de verdad.
Estoy periódicamente controlada por un neurólogo desde hace cuatro años. Tengo una medicación especifica asignada para la migraña. De esas medicaciones que solo venden con receta médica, que te cuesta 22 euros la caja aún entrando por la seguridad social (que por cierto, consta de un número ridículo de pastillas) y que debo llevar siempre encima, por si me entra una migraña no tener que irme directa a casa mientras voy perdiendo el mundo de vista poco a poco.
Os estaréis preguntando porque os estoy contando esto. Se que no pega para nada ni con la temática del blog, ni con mi habitual forma de expresarme, pero tened paciencia.
Ahora os contaré como es una de mis migrañas, y sus fases:
FASE 1: Dolor pulsante de cabeza, en la zona frontal, encima del ojo derecho. Sensación de mareo ligero.
FASE 2: Extensión de ese dolor pulsante al resto del lado derecho de la cabeza. Sensación de mareo más aguda. Posibilidad de vómitos.
FASE 3: El dolor de cabeza se extiende por toda la frente, el lado derecho y por la zona de detrás de los ojos. Mareo. Pesadez en los parpados. Fotosensibilidad aguda. Hiperacusia aguda (esto es hipersensibilidad al ruido). Posibilidad de vómitos.
FASE 4: El dolor de cabeza es permanente y ya no se distingue ninguna zona concreta de afección máxima. Todos los síntomas expuestos en la fase 3, a los que se suman temblores más o menos pronunciados en las extremidades, que aumentan progresivamente, dificultad para el habla (voz baja, arrastrar las palabras, boca seca). Imposibilidad para dormir debido al dolor agudo.
FASE 5: Inutilidad total. Todo lo expuesto en la fase 4, añadiendo posible visión distorsionada (borrosa, ver doble, no ver de lejos) y mareo extremo (sensación de que el mundo gira cuando estas tumbado quieto, por ejemplo).
El caso es que la pastilla que antes os mencionaba, me la tengo que tomar una vez estoy en la fase 1, como mucho en la fase 2. Muchas veces llego a la fase 3 antes de que la pastilla haga efecto y remita la migraña. A veces simplemente la pastilla no hace efecto, y debo tomarme otra a las dos horas si la migraña no ha remitido o ha ido a más. Algunas veces ni por esas funciona la cosa y la migraña sigue su curso hasta la fase 4 y posteriores. Otras veces simplemente vomito poco después de tomarme la pastilla y esta no llega a hacer ningún efecto.
En estos casos, tengo que ir al hospital, a urgencias, a que me pinchen la medicación, ya que en los centro de atención primaria, por desgracia, o no pueden administrármela, o me recetan un helocatil y me dicen de pedir hora al día siguiente con mi medico de cabecera (os juro que esto me ha pasado ni una, ni dos, sino tres veces) o directamente están cerrados.
Y todo este rollo os lo cuento porque de esto vengo a hablaros hoy, de los triages de los hospitales.
Como habéis leído antes, en el momento en el que yo llego a urgencias, estoy en la fase 3 de la migraña. Entonces me dan un papel y me mandan a la sala de espera.
Aquí es donde empieza la agonía. Los hospitales no están echos para las personas con migraña, mucho menos las salas de espera. La de mi hospital de referencia, por poner un ejemplo, es una sala enorme, al lado de dónde aparcan las ambulancias (figuraros el ruido), una iluminaria que ni en el mejor de los días de agosto, a las dos del mediodía en una playa del sur se llega a tener. Con maquinas expendedoras que hacen un ruido atronador y pitan sin motivo alguno. Por no hablar de los indicadores, únicamente acústicos y a todo volumen, que hay en esa sala ("Sergio Fernandez, consulta 5, Sergio Fernandez, consulta 5", porque no tienen bastante con una vez, que deben repetirlo). Y la gente, los otros pacientes, que siempre hay el que no puede evitar hablar por el móvil a todo volumen, o gritarle a un niño, o simplemente, ponerse a charlar como si eso fuera un parque.
Pero pensaréis, "Una persona en tu estado, la atienden rápido en un triage". Eso no es cierto. Resulta que la migraña no es una enfermedad que se considere preferente en urgencias. Ningún tipo de migraña. Y quiero resaltar esto, porque con otras enfermedades si que se hacen distinciones según el grado. El dolor no importa, siempre que este no te mate, esa es la consigna.
El tratamiento que me hacen a mi cuando me atienden (pincharme la medicación) se hace, literalmente, en diez minutos: me miden el azúcar, la presión, la coordinación y finalmente me inyectan la medicación. Y para casa.
Esa es la teoría. A la práctica me dejan en la sala de espera, tumbada en tres sillas de plástico o directamente en el suelo, porque sentada me mareo más. Y a esperar. Podéis imaginaros que la migraña no se para solo por el echo de cruzar las puertas del hospital, sino que necesita de la medicación, y tiene una evolución muy rápida (en un plazo de dos horas puedes pasar de estar bien a la fase 5, si no tomas ninguna medicación).
Mientras tanto, en esa sala, veo pasar por delante mio a gente que trae a niños con un resfriado, a los que se han levantado con dolor de pie y a los que han pillado una conjuntivitis. ¿Porque? Bien, porque se quejan más que yo. Esa es la triste realidad. Se quejan más, y por cansinos les pasan antes por el triage. Se quejan a voz de grito, eso si, de que llevan muchas horas esperándose, mientras yo, que he llegado antes que ellos, me quedo callada.
Van pasando los minutos. Y los minutos se convierten en horas. Yo entro en la fase 4 de la migraña, pero el padre del niño con un resfriado se ha quejado tanto de que el niño esta a 38'5º de fiebre que a pesar de llevar ahí solo 20 minutos, lo pasan antes. Mi padre le pide amablemente a la enfermera una bolsa por si vomito.
Pasan dos horas... Y yo ya no soy ni capaz de levantarme, pero el señor con la conjuntivitis ha perdido toda la educación con la señora enfermera de la recepción, y lo acaban de hacer pasar. Mi padre avisa a la enfermera de que estoy muy muy mareada y que le he dicho que empiezo a ver doble.
Pasan tres horas... Y yo ya estoy en la fase 5, pero el chaval del pie empieza a alegar que le duele tanto tanto que no puede más, y también entra antes que yo. Todos los que he mencionado antes han salido tan campantes de la consulta, como si solo con ir ahí se les hubieran pasado todos los males. El chaval del pie sale sin siquiera llevarlo vendado. Mi padre avisa a la enfermera que mis temblores ya han dejado de ser temblores, que más bien parecen convulsiones. Ni siquiera se molestan en venir a mirar como estoy.
Pasan 4 horas. 4 horas de intensa agonía. Agonía de verdad. Soy incapaz casi ni de abrir los ojos, apenas puedo hablar. Me duele tanto la cabeza que ni siquiera se que me duele exactamente. Mi padre no puede más y pierde toda educación con las enfermeras. A mi eso me lo cuentan luego, yo solo oigo gritos de fondo.
Y llega el milagro. Después de que mi padre perdiera la educación, entonces si que me llaman a consulta. Tardo cinco minutos de reloj en avanzar los diez metros que me separan de la puerta. Nada más verme entrar, el medico me hace pasar a una sala interior con camillas y semioscuridad, preguntándole a mi padre que como me han dejado llegar a este estado antes de traerme al hospital, mientras que mi padre le responde de malos modos que llevamos más de 4 horas esperando. Me hacen las pruebas pertinentes, me preguntan cosas que responde mi padre porque yo ya no estoy receptiva. Me pinchan (o me sedan, que se yo, solo se que me quedo frita casi al instante) y me dejan ingresada todo lo que queda de noche. Los siguientes dos días me los paso en cama, en casa, todavía con replicas de dicha migraña.
Eso es lo que me pasó el ultimo día que fui a urgencias. Me da miedo tener que volver.
Porque el problema seguirá ahí. En los múltiples triages que he vivido con las migrañas, la división que hacen es la siguiente: los que se están muriendo, y los que no. Y de este ultimo grupo, cuanto más chillas, mas te quejas y más borde eres, antes de atienden.
De eso van hoy los tiages, y los he vivido no solo en Barcelona, sino también a lo largo y ancho de la península en los periodos de vacaciones. Este solo es un ejemplo del tipo de educación que tenemos en este país, y el modo de funcionar.
Grita y se un capullo, que las cosas así llegan antes y mejor, sin importar el como o a quien pises para conseguir lo que quieres.
Si esa es la metodología, como bien decía una amiga mía, es "adaptarse o morir".
Yo ya he aprendido la lección. Mi padre también. En la próxima migraña, que pasará tarde o temprano, mi padre será uno de esos padres imbéciles de los que les grita a las enfermeras a los veinte minutos de estar en la sala de espera. Nadie se merece cuatro horas y media de agonía por el simple echo de tener (y mostrar) un poco de educación, así que, con todo mi pesar, vamos a dejar de tenerla.
Perdón por adelantado.
Sabéis que no suelo publicar muchos detalles personales en el blog, pero pienso que también es importante hacerlo de vez en cuando, ya que esto es mi ventana al mundo y donde puedo expresarme libremente.
Iré directa al grano:
Sufro de migrañas.
Como la mayoría, pensaréis; ¿Quien no ha sufrido alguna vez una migraña? Pero no, no soy una de esas personas que tienen un dolor de cabeza fuerte un par de veces al año. No, no tengo poca tolerancia al dolor. No, tampoco me he autodiagnosticado el "tengo migrañas".
Sufro de migrañas. De las de verdad.
Estoy periódicamente controlada por un neurólogo desde hace cuatro años. Tengo una medicación especifica asignada para la migraña. De esas medicaciones que solo venden con receta médica, que te cuesta 22 euros la caja aún entrando por la seguridad social (que por cierto, consta de un número ridículo de pastillas) y que debo llevar siempre encima, por si me entra una migraña no tener que irme directa a casa mientras voy perdiendo el mundo de vista poco a poco.
Os estaréis preguntando porque os estoy contando esto. Se que no pega para nada ni con la temática del blog, ni con mi habitual forma de expresarme, pero tened paciencia.
Ahora os contaré como es una de mis migrañas, y sus fases:
FASE 1: Dolor pulsante de cabeza, en la zona frontal, encima del ojo derecho. Sensación de mareo ligero.
FASE 2: Extensión de ese dolor pulsante al resto del lado derecho de la cabeza. Sensación de mareo más aguda. Posibilidad de vómitos.
FASE 3: El dolor de cabeza se extiende por toda la frente, el lado derecho y por la zona de detrás de los ojos. Mareo. Pesadez en los parpados. Fotosensibilidad aguda. Hiperacusia aguda (esto es hipersensibilidad al ruido). Posibilidad de vómitos.
FASE 4: El dolor de cabeza es permanente y ya no se distingue ninguna zona concreta de afección máxima. Todos los síntomas expuestos en la fase 3, a los que se suman temblores más o menos pronunciados en las extremidades, que aumentan progresivamente, dificultad para el habla (voz baja, arrastrar las palabras, boca seca). Imposibilidad para dormir debido al dolor agudo.
FASE 5: Inutilidad total. Todo lo expuesto en la fase 4, añadiendo posible visión distorsionada (borrosa, ver doble, no ver de lejos) y mareo extremo (sensación de que el mundo gira cuando estas tumbado quieto, por ejemplo).
El caso es que la pastilla que antes os mencionaba, me la tengo que tomar una vez estoy en la fase 1, como mucho en la fase 2. Muchas veces llego a la fase 3 antes de que la pastilla haga efecto y remita la migraña. A veces simplemente la pastilla no hace efecto, y debo tomarme otra a las dos horas si la migraña no ha remitido o ha ido a más. Algunas veces ni por esas funciona la cosa y la migraña sigue su curso hasta la fase 4 y posteriores. Otras veces simplemente vomito poco después de tomarme la pastilla y esta no llega a hacer ningún efecto.
En estos casos, tengo que ir al hospital, a urgencias, a que me pinchen la medicación, ya que en los centro de atención primaria, por desgracia, o no pueden administrármela, o me recetan un helocatil y me dicen de pedir hora al día siguiente con mi medico de cabecera (os juro que esto me ha pasado ni una, ni dos, sino tres veces) o directamente están cerrados.
Y todo este rollo os lo cuento porque de esto vengo a hablaros hoy, de los triages de los hospitales.
Como habéis leído antes, en el momento en el que yo llego a urgencias, estoy en la fase 3 de la migraña. Entonces me dan un papel y me mandan a la sala de espera.
Aquí es donde empieza la agonía. Los hospitales no están echos para las personas con migraña, mucho menos las salas de espera. La de mi hospital de referencia, por poner un ejemplo, es una sala enorme, al lado de dónde aparcan las ambulancias (figuraros el ruido), una iluminaria que ni en el mejor de los días de agosto, a las dos del mediodía en una playa del sur se llega a tener. Con maquinas expendedoras que hacen un ruido atronador y pitan sin motivo alguno. Por no hablar de los indicadores, únicamente acústicos y a todo volumen, que hay en esa sala ("Sergio Fernandez, consulta 5, Sergio Fernandez, consulta 5", porque no tienen bastante con una vez, que deben repetirlo). Y la gente, los otros pacientes, que siempre hay el que no puede evitar hablar por el móvil a todo volumen, o gritarle a un niño, o simplemente, ponerse a charlar como si eso fuera un parque.
Pero pensaréis, "Una persona en tu estado, la atienden rápido en un triage". Eso no es cierto. Resulta que la migraña no es una enfermedad que se considere preferente en urgencias. Ningún tipo de migraña. Y quiero resaltar esto, porque con otras enfermedades si que se hacen distinciones según el grado. El dolor no importa, siempre que este no te mate, esa es la consigna.
El tratamiento que me hacen a mi cuando me atienden (pincharme la medicación) se hace, literalmente, en diez minutos: me miden el azúcar, la presión, la coordinación y finalmente me inyectan la medicación. Y para casa.
Esa es la teoría. A la práctica me dejan en la sala de espera, tumbada en tres sillas de plástico o directamente en el suelo, porque sentada me mareo más. Y a esperar. Podéis imaginaros que la migraña no se para solo por el echo de cruzar las puertas del hospital, sino que necesita de la medicación, y tiene una evolución muy rápida (en un plazo de dos horas puedes pasar de estar bien a la fase 5, si no tomas ninguna medicación).
Mientras tanto, en esa sala, veo pasar por delante mio a gente que trae a niños con un resfriado, a los que se han levantado con dolor de pie y a los que han pillado una conjuntivitis. ¿Porque? Bien, porque se quejan más que yo. Esa es la triste realidad. Se quejan más, y por cansinos les pasan antes por el triage. Se quejan a voz de grito, eso si, de que llevan muchas horas esperándose, mientras yo, que he llegado antes que ellos, me quedo callada.
Van pasando los minutos. Y los minutos se convierten en horas. Yo entro en la fase 4 de la migraña, pero el padre del niño con un resfriado se ha quejado tanto de que el niño esta a 38'5º de fiebre que a pesar de llevar ahí solo 20 minutos, lo pasan antes. Mi padre le pide amablemente a la enfermera una bolsa por si vomito.
Pasan dos horas... Y yo ya no soy ni capaz de levantarme, pero el señor con la conjuntivitis ha perdido toda la educación con la señora enfermera de la recepción, y lo acaban de hacer pasar. Mi padre avisa a la enfermera de que estoy muy muy mareada y que le he dicho que empiezo a ver doble.
Pasan tres horas... Y yo ya estoy en la fase 5, pero el chaval del pie empieza a alegar que le duele tanto tanto que no puede más, y también entra antes que yo. Todos los que he mencionado antes han salido tan campantes de la consulta, como si solo con ir ahí se les hubieran pasado todos los males. El chaval del pie sale sin siquiera llevarlo vendado. Mi padre avisa a la enfermera que mis temblores ya han dejado de ser temblores, que más bien parecen convulsiones. Ni siquiera se molestan en venir a mirar como estoy.
Pasan 4 horas. 4 horas de intensa agonía. Agonía de verdad. Soy incapaz casi ni de abrir los ojos, apenas puedo hablar. Me duele tanto la cabeza que ni siquiera se que me duele exactamente. Mi padre no puede más y pierde toda educación con las enfermeras. A mi eso me lo cuentan luego, yo solo oigo gritos de fondo.
Y llega el milagro. Después de que mi padre perdiera la educación, entonces si que me llaman a consulta. Tardo cinco minutos de reloj en avanzar los diez metros que me separan de la puerta. Nada más verme entrar, el medico me hace pasar a una sala interior con camillas y semioscuridad, preguntándole a mi padre que como me han dejado llegar a este estado antes de traerme al hospital, mientras que mi padre le responde de malos modos que llevamos más de 4 horas esperando. Me hacen las pruebas pertinentes, me preguntan cosas que responde mi padre porque yo ya no estoy receptiva. Me pinchan (o me sedan, que se yo, solo se que me quedo frita casi al instante) y me dejan ingresada todo lo que queda de noche. Los siguientes dos días me los paso en cama, en casa, todavía con replicas de dicha migraña.
Eso es lo que me pasó el ultimo día que fui a urgencias. Me da miedo tener que volver.
Porque el problema seguirá ahí. En los múltiples triages que he vivido con las migrañas, la división que hacen es la siguiente: los que se están muriendo, y los que no. Y de este ultimo grupo, cuanto más chillas, mas te quejas y más borde eres, antes de atienden.
De eso van hoy los tiages, y los he vivido no solo en Barcelona, sino también a lo largo y ancho de la península en los periodos de vacaciones. Este solo es un ejemplo del tipo de educación que tenemos en este país, y el modo de funcionar.
Grita y se un capullo, que las cosas así llegan antes y mejor, sin importar el como o a quien pises para conseguir lo que quieres.
Si esa es la metodología, como bien decía una amiga mía, es "adaptarse o morir".
Yo ya he aprendido la lección. Mi padre también. En la próxima migraña, que pasará tarde o temprano, mi padre será uno de esos padres imbéciles de los que les grita a las enfermeras a los veinte minutos de estar en la sala de espera. Nadie se merece cuatro horas y media de agonía por el simple echo de tener (y mostrar) un poco de educación, así que, con todo mi pesar, vamos a dejar de tenerla.
Perdón por adelantado.
viernes, 4 de septiembre de 2015
Los días cualquiera
Hay un día que todo cambia.
La vida da un vuelco porque si, sin que lo planees ni lo esperes. Sales de casa para ir a trabajar, como un día cualquiera, y pasan las cosas que suelen pasar en un día cualquiera: los niños te intentan torear a la mínima, gritas, sueñas con niños que no parezcan salvajes, cantas, juegas, escuchas ocurrencias de lo más originales y te ríes muchísimo.
Suena la campana de las cinco, una compañera te hace el favor de prestarte ropa para parecer decente y sin olores sospechosos después de que un niño explosionara por la boca encima tuyo. Pretendes irte directamente a casa pero te acaban convenciendo para que tu y tu ropa prestada vayáis un rato a tomar algo al centro.
Vas cargando tu bolso viejo y calzando unas Vans desgastadas, sin ganas de nada, y ¡sorpresa! Ese día todo cambia.
Alguien, aunque tu no lo sepas aún, llega para quedarse.
Tu simple y básica aunque muy pensada planificación de los años venideros se va al traste y acabas viviendo con un pie aquí y otro allí, reflexionando sobre qué tachar de esos planes y qué tratar de tirar para adelante.
Pero poco a poco te das cuenta de que no hace falta. Ese alguien llega para quedarse, pero por suerte, lo hace para estar a tu lado, no para ponerse delante.
Ese mismo alguien sigue ahí, después de tanto tiempo de planes fallidos, errores y aciertos, despidos y trabajos nuevos que te permiten, con un poco de suerte, llegar a casa con (más o menos) la misma ropa con la que saliste. De todos modos, cuando sales echa un trapo también te dice lo guapa que estas hoy. Te aguanta en tus buenos momentos y en los que el nivel de cabreo roza lo inaguantable. Le cae bien a todos tus amigos, a la familia, incluso a la perra (que ya es difícil).
Te sonríe cuando le cuentas tus más descabellados sueños y planes futuros, ampliamente conocidos ya que estos estaban antes de que llegara ese día cualquiera y lo cambiara todo.
O quizá no cambió nada, más que en esos sueños y planes que antes tenía en solitario, ahora también está incluido, pese a que mañana, otro día cualquiera más, ya estará oficialmente más cerca de los treinta que de los veinte.
lunes, 16 de marzo de 2015
Lo que pierdes cuando te vas al extranjero
Cuando echo la vista atrás y recuerdo como era mi vida antes de irme a Alemania, se me hace difícil pensar en lo mucho que ha cambiado. En el momento en que subí al avión ese enero del 2012 puse un punto y final a una etapa de mi vida. Ese año fue una aventura increíble pero también tenia su fecha de fin. Otro punto y final y a empezar de cero otra vez.
Hay que ser muy ingenuo para pensar que durante todo este proceso las cosas van a seguir igual, esperando tu regreso.
Se que mi experiencia au pair fue maravillosa y reconozco haber tenido mucha suerte con la familia. Por mucho que cuente mi experiencia, el anonimato del blog impide que os enseñe y explique cosas que os harían pensar que verderamente me toco la lotería. Pero por muy buena que fuera la experiencia, en casa la vida sigue y las cosas cambian.
Nunca he contado demasiado de que pasó con mi vida “en casa“ mientras yo estaba en Alemania. Muchas cosas cambiaron. Perdí a amigos que pensaba que nunca perdería. También perdí a más que amigos. Si algo descubrí es que nunca sabes lo que la distancia le hará a una relación, sea del tipo que sea. No hay manual para esto.
Otras cosas peores pasaron: mi tío murió pocos meses después de llegar ahí. He de decir que no tenia una relación muy cercana con él, nos veíamos solo en verano... pero el tenia 51 años, dos hijos de mi edad, estaba sano y un buen día se fue a dormir y ya no despertó. En todo mi año no conseguí sacarme el miedo de pensar que eso le podía pasar a mis padres mientras yo estaba a miles de kilómetros. Si ya de por si, el estar lejos de tus seres queridos te hace temer que les pase algo estando lejos, esto no ayudó a que me tranquilizara ni a que perdiera este miedo en todo el año.
Otras cosas peores pasaron: mi tío murió pocos meses después de llegar ahí. He de decir que no tenia una relación muy cercana con él, nos veíamos solo en verano... pero el tenia 51 años, dos hijos de mi edad, estaba sano y un buen día se fue a dormir y ya no despertó. En todo mi año no conseguí sacarme el miedo de pensar que eso le podía pasar a mis padres mientras yo estaba a miles de kilómetros. Si ya de por si, el estar lejos de tus seres queridos te hace temer que les pase algo estando lejos, esto no ayudó a que me tranquilizara ni a que perdiera este miedo en todo el año.
No estuve allí cuando una amiga que se había distanciado del grupo el año anterior nos dijo que nos echaba de menos y que no sabia como podía haber dejado que las cosas llegaran a ese punto.
No estaba en casa el día que mi hermano trajo por primera vez a casa a su novia. La conocí fugazmente por videollamada. Tampoco estuve en cumpleaños ni en fechas importantes para mi.
Otras muchas cosas, buenas y malas, pasaron durante ese año. Demasiadas. Pero a pesar de todo, ahora, pienso que todo esto fue algo positivo. Si esas personas decidieron que la distancia era algo insuperable, es que tarde o temprano se hubieran ido de igual forma. Quizá de este modo fue mas fácil para todos.
Tampoco pensé que podría echar tanto de menos a la gente que quiero. Puede que eso me hiciera valorar un poco mas lo que tengo, que cuando estas cerca parece que a uno se le olvida.
Y no sabéis lo que disfruto ahora de las cosas buenas que me pasan. Quien sabe si volveré a irme y tendré que vivirlas desde la distancia de nuevo.
Con todo esto que os he contado, solo quiero que os deis cuenta de que volver tampoco es fácil, casi es mas difícil que irse, pero hay que dejar las cosas pasar, asumir que han cambiado y prepararse para esa nueva etapa que nos espera.
Porque para que engañarnos: cuando nos vamos también nos perdemos a nosotros mismos. ¿O es que vosotras no habéis cambiado nada con esta experiencia?
martes, 3 de marzo de 2015
40 cosas sobre mi
Aunque a nadie le importe mucho, he decidido hacer esta entrada dado que la publicación de la semana que viene es extremadamente deprimente y hay que poner algo distinto de vez en cuando.
El caso es que no he elegido 40 cosas al azar, realmente he reunido las preguntas más comunes que me soléis hacer por email o en facebook y he rellenado el resto. Así de original es una. No me alargo más que bastante extensa es ya de por si la entrada.
Empecemos:
1- Mi nombre empieza por A y termina por A.
2- No tengo intención de deciros mi nombre ni en un futuro próximo ni en uno lejano (para evitar preguntas). El valor del anonimato...
3- Tengo 22 años tan bien llevados que aparento 17. 16 si voy con bambas y mochila.
4- Estudio Psicología en la UOC.
5- Mis amigos me obligaron a abrirme un facebook al irme a Alemania para poder estar en contacto conmigo. A día de hoy, apenas lo uso para nada.
6- Mi bebida favorita es la Fanta de limón.
7- La pizza es una religión. Y punto. No admito debate al respecto.
8- Tengo semejante trauma con el peinado-seta que me hizo un peluquero alemán, que no me he cortado más que las puntas desde entonces.
9- A la tierna edad de 13 años se me ocurrió hacerme un segundo agujero en la oreja. En las dos. El mismo día. Seis meses después y aun sin superar el trauma de no poder dormir de lado, me hice los terceros. Aún llevo los 3 en cada oreja.
10- Odio cualquier tipo de maquillaje y solo lo uso si es absolutamente necesario. Y para mi, ser absolutamente necesario no es despertarse con ojeras... es ir a una boda.
11- También odio las matemáticas. Todo empezó en segundo de ESO, gracias a un maravilloso profesor apodado El Sapo. Para que digan que los profesores no influyen...
12- Prefiero mil veces el frío al calor.
13- Tengo una agenda y sorprendentemente, la uso.
14- Mi color favorito es el verde claro o el azul cielo.
15- Soy capaz de dormir en cualquier rincón, por muy ruidoso e incomodo que sea.
16- Tengo un despertar tan tan bueno, que la gente opta por atizarme con un palo a dos metros de distancia.
17- Siguiendo con lo anterior, si quieres caerme bien no me hables durante la primera hora en la que estoy despierta.
18- Casi nunca lloro. Soy poco dada al drama.
19- Tuve la suerte de adoptar, hace unos años, la mejor perra del mundo. Sus particularidades es lo que la hace ser especial.
20- Soy un caos, en todos los aspectos. Pero dentro de mi caos, yo lo encuentro todo.
21- Soy bastante casera. De amigos y pizza. Y Fanta de limón.
22- Soy más de salado que de dulce. Pero habría que inventar una nueva categoría para el chocolate, porque es delicioso.
23- Me estoy sacando el carnet de conducir y esta siendo una maldita pesadilla. Espero que valga la pena cuando pueda ir atropellando a gente por la calle.
24- Mi libro favorito es y seguirá siendo la saga de Harry Potter. Y El Principito.
25- Tampoco me cansaría nunca de leer El ultimo catón, Marina, Marley y yo, Las ventajas de ser un marginado y La sombra del viento.
26- Por si algún lumbreras no lo ha notado aun... Me encanta leer. Y leerle a los demás.
27- Soy muy fan de Peter Pan. Sea del libro, de la película... Uno de mis mejores regalos de navidad de este año fue la película de Descubriendo Nunca Jamás.
28- A lo tonto a lo tonto, me han operado 4 veces a lo largo de mi vida. El quirófano es mi casa.
29- Soy donante de sangre. Imagino que para compensar lo de las operaciones.
30- Me aburre muchísimo viajar en avión. Que si facturar, que si el policía imbécil, que siempre me toca sentarme al lado de Torrente... Y sin hablar de las restricciones y el limite de peso.
31- Soy propietaria de nada más y nada menos que de 4 cámaras. Una de vídeo, dos de fotos (una a pilas y la otra a batería) y una instantánea.
32- Trabajar con niños me da vida. No hay otro trabajo que me de la sensación de no trabajar.
33- Una de las cosas que más me indigna es que a día de hoy la gente todavía vea necesario salir del armario para ser aceptado por la sociedad. Ya ni hablemos de la mala hostia que me entra con los homofóbicos.
34- Me desespera un poco la gente quisquillosa con la comida. Me dan ganas de meterle el tenedor en la boca al grito de: "QUE ESTO TAMBIÉN SE COME!".
35- Papeles, libretas, carpetas, bolígrafos, lapices de colores... Yo entro a las papelerías atada y con bozal.
36- Amo el scrapbooking. Voy por mi tercer álbum y espero poder enseñaros algo próximamente.
37- Soy la persona más negada para la música y con menos oído de la historia.
38- Mi grupo de amigos nos conocemos desde los 3 años. A día de hoy no entiendo como seguimos juntos porque no tenemos casi nada en común. Pero nos queremos.
39- La vez que lo he pasado peor en mi vida fue el día que mi pareja conoció al grupo de amigos antes nombrado. 20 años de amistad dan para muchas batallitas que jamás deben ser contadas.
40- Lo cierto es que necesito más bien poco para ser feliz.
El caso es que no he elegido 40 cosas al azar, realmente he reunido las preguntas más comunes que me soléis hacer por email o en facebook y he rellenado el resto. Así de original es una. No me alargo más que bastante extensa es ya de por si la entrada.
Empecemos:
1- Mi nombre empieza por A y termina por A.
2- No tengo intención de deciros mi nombre ni en un futuro próximo ni en uno lejano (para evitar preguntas). El valor del anonimato...
3- Tengo 22 años tan bien llevados que aparento 17. 16 si voy con bambas y mochila.
4- Estudio Psicología en la UOC.
5- Mis amigos me obligaron a abrirme un facebook al irme a Alemania para poder estar en contacto conmigo. A día de hoy, apenas lo uso para nada.
6- Mi bebida favorita es la Fanta de limón.
7- La pizza es una religión. Y punto. No admito debate al respecto.
8- Tengo semejante trauma con el peinado-seta que me hizo un peluquero alemán, que no me he cortado más que las puntas desde entonces.
9- A la tierna edad de 13 años se me ocurrió hacerme un segundo agujero en la oreja. En las dos. El mismo día. Seis meses después y aun sin superar el trauma de no poder dormir de lado, me hice los terceros. Aún llevo los 3 en cada oreja.
10- Odio cualquier tipo de maquillaje y solo lo uso si es absolutamente necesario. Y para mi, ser absolutamente necesario no es despertarse con ojeras... es ir a una boda.
11- También odio las matemáticas. Todo empezó en segundo de ESO, gracias a un maravilloso profesor apodado El Sapo. Para que digan que los profesores no influyen...
12- Prefiero mil veces el frío al calor.
13- Tengo una agenda y sorprendentemente, la uso.
14- Mi color favorito es el verde claro o el azul cielo.
15- Soy capaz de dormir en cualquier rincón, por muy ruidoso e incomodo que sea.
16- Tengo un despertar tan tan bueno, que la gente opta por atizarme con un palo a dos metros de distancia.
17- Siguiendo con lo anterior, si quieres caerme bien no me hables durante la primera hora en la que estoy despierta.
18- Casi nunca lloro. Soy poco dada al drama.
19- Tuve la suerte de adoptar, hace unos años, la mejor perra del mundo. Sus particularidades es lo que la hace ser especial.
20- Soy un caos, en todos los aspectos. Pero dentro de mi caos, yo lo encuentro todo.
21- Soy bastante casera. De amigos y pizza. Y Fanta de limón.
22- Soy más de salado que de dulce. Pero habría que inventar una nueva categoría para el chocolate, porque es delicioso.
23- Me estoy sacando el carnet de conducir y esta siendo una maldita pesadilla. Espero que valga la pena cuando pueda ir atropellando a gente por la calle.
24- Mi libro favorito es y seguirá siendo la saga de Harry Potter. Y El Principito.
25- Tampoco me cansaría nunca de leer El ultimo catón, Marina, Marley y yo, Las ventajas de ser un marginado y La sombra del viento.
26- Por si algún lumbreras no lo ha notado aun... Me encanta leer. Y leerle a los demás.
27- Soy muy fan de Peter Pan. Sea del libro, de la película... Uno de mis mejores regalos de navidad de este año fue la película de Descubriendo Nunca Jamás.
28- A lo tonto a lo tonto, me han operado 4 veces a lo largo de mi vida. El quirófano es mi casa.
29- Soy donante de sangre. Imagino que para compensar lo de las operaciones.
30- Me aburre muchísimo viajar en avión. Que si facturar, que si el policía imbécil, que siempre me toca sentarme al lado de Torrente... Y sin hablar de las restricciones y el limite de peso.
31- Soy propietaria de nada más y nada menos que de 4 cámaras. Una de vídeo, dos de fotos (una a pilas y la otra a batería) y una instantánea.
32- Trabajar con niños me da vida. No hay otro trabajo que me de la sensación de no trabajar.
33- Una de las cosas que más me indigna es que a día de hoy la gente todavía vea necesario salir del armario para ser aceptado por la sociedad. Ya ni hablemos de la mala hostia que me entra con los homofóbicos.
34- Me desespera un poco la gente quisquillosa con la comida. Me dan ganas de meterle el tenedor en la boca al grito de: "QUE ESTO TAMBIÉN SE COME!".
35- Papeles, libretas, carpetas, bolígrafos, lapices de colores... Yo entro a las papelerías atada y con bozal.
36- Amo el scrapbooking. Voy por mi tercer álbum y espero poder enseñaros algo próximamente.
37- Soy la persona más negada para la música y con menos oído de la historia.
38- Mi grupo de amigos nos conocemos desde los 3 años. A día de hoy no entiendo como seguimos juntos porque no tenemos casi nada en común. Pero nos queremos.
39- La vez que lo he pasado peor en mi vida fue el día que mi pareja conoció al grupo de amigos antes nombrado. 20 años de amistad dan para muchas batallitas que jamás deben ser contadas.
40- Lo cierto es que necesito más bien poco para ser feliz.
lunes, 19 de enero de 2015
Mejor tarde que nunca...
Y cuando todo el mundo ha celebrado la navidad, ha sobrevivido a las cenas familiares, ha felicitado el año nuevo y ha recibido la visita de los reyes... llego yo.
¿Que ha pasado en mi vida en este ultimo mes?
He estudiado para los exámenes de la universidad, para el teórico del carnet de conducir, he estado muy agobiada por el poco tiempo que tenia, he sufrido injusticias laborales junto a mis compañeros que han terminado en casi quemar la empresa, nos han intentado timar varias veces con el papeleo, he planeado el asesinato a mordiscos de varias personas, he hecho de la biblioteca municipal mi nuevo hogar, me he relajado, he pillado una bronquitis que me acompañó parte de las navidades y que ha terminado en una rotura muscular en el pecho con la que todavía convivo, me han hecho grandes regalos de navidad ycreo he acertado en los que he hecho yo, he comido hasta hartarme, he avanzado bastante en proyectos que tengo pendientes...
Hasta hoy, que la menda ha recordado que tiene un blog.
Parece mentira que todavía siga viva. No todo el mundo hubiera puesto la mano en el fuego al verme según que días durante estas semanas. A pesar de todo, el sábado termino los exámenes de la universidad y seré un espíritu libre... libre para estudiar el manual del perfecto conductor. Pero ignorando estas menudeces, tendré tiempo para contaros un montón de cosas que tengo pendientes y que han ido pasando sin que me diera cuenta, y de contaros mis proyectos para este año que empieza.
Muchos ánimos a los que estén empezando/terminando exámenes, y como una es previsora: os deseo un próspero año nuevo 2016, así seguro que no se me vuelve a pasar.
¿Que ha pasado en mi vida en este ultimo mes?
He estudiado para los exámenes de la universidad, para el teórico del carnet de conducir, he estado muy agobiada por el poco tiempo que tenia, he sufrido injusticias laborales junto a mis compañeros que han terminado en casi quemar la empresa, nos han intentado timar varias veces con el papeleo, he planeado el asesinato a mordiscos de varias personas, he hecho de la biblioteca municipal mi nuevo hogar, me he relajado, he pillado una bronquitis que me acompañó parte de las navidades y que ha terminado en una rotura muscular en el pecho con la que todavía convivo, me han hecho grandes regalos de navidad y
Hasta hoy, que la menda ha recordado que tiene un blog.
Parece mentira que todavía siga viva. No todo el mundo hubiera puesto la mano en el fuego al verme según que días durante estas semanas. A pesar de todo, el sábado termino los exámenes de la universidad y seré un espíritu libre... libre para estudiar el manual del perfecto conductor. Pero ignorando estas menudeces, tendré tiempo para contaros un montón de cosas que tengo pendientes y que han ido pasando sin que me diera cuenta, y de contaros mis proyectos para este año que empieza.
Muchos ánimos a los que estén empezando/terminando exámenes, y como una es previsora: os deseo un próspero año nuevo 2016, así seguro que no se me vuelve a pasar.
lunes, 22 de diciembre de 2014
El retorno a Bonn (parte III)
En la última entrada, nos quedamos en el reencuentro con mis niñas.
Después de eso, nos fuimos al centro, donde pude volver a disfrutar de mis dos tiendas favoritas de Alemania: Thalia y DM. Quiero que estas dos franquicias invadan Barcelona, es una necesidad vital.
Después de eso, pasamos el resto del día haciendo turismo por Bonn y cerramos el día con una buena Currywurst y un Glühwein en el Weihnachtsmarkt (Mercado de Navidad).
Al día siguiente (domingo 7), volvimos a Casa, donde había quedado con la madre para llevarme al perro esa mañana, y dejar las maletas. Muchas diréis que estoy loca, pero mi Tontorrón se merece más de una entrada en este blog. El caso es que quería visitar de nuevo un parque precioso que tiene Bonn, Rheinaue (más información del parque aquí), y ya que iba, aprovechaba y me llevaba a mi niño de cuatro patas. Eso si, antes de irnos a pasear, mi madre alemana tuvo a bien de invitarnos a desayunar y darme las llaves de casa. Tal y como lo oís, para que me diga alguien que no soy como de la familia.
Como veis, tuvimos la suerte de tener una mañana extrañamente estupenda y despejada para ser diciembre en Alemania.
Después de pasar la mañana en ese parque, volvimos a casa a dejar al perro y nos fuimos a visitar Köln.
Hay que decir que para comprar el billete de tren, tuve que volverme a pelear con las maquinas de la estación, que para espanto nuestro, finalmente nos escupió dos "billetes" y pensamos seriamente que nos habían cobrado 40 euros de más. Después de preguntar a la señora simpática del DB, a la que le haces preguntas de SI o NO y ella solo te cuenta el PORQUE, nos enteramos de lo que ya estábamos sospechando, que uno de los papeles era el billete y el otro, el recibo.
Una vez llegamos a la ciudad, toda la buena mañana que había echo en Bonn se nos giró en un día gris de llovizna (y no tan llovizna). ¡Hasta tuvimos que abrir el paraguas! (Cosa que para quien no lo sepa, en Alemania solo se hace si cae el diluvio universal, sino, gorro y arreando).
Visitamos el centro, las orillas del Rhein y finalmente, cuando oscureció, nos acercamos a pasear por el Weihnachtsmarkt, donde cenamos unos buenos Weisskohlkuchen, que vienen a ser buñuelos planos de pasta de repollo y cebolla fritos en mantequilla (se que explicado así no puede ser apetecible, pero lo juro, está bueno).
Finalmente, volvimos a casa. Y es que mi madre alemana se negó a que nos fuéramos directamente al aeropuerto y nos ofreció quedarnos a pasar la "media noche" que nos quedaba colgada (hasta las 4 am) en casa.
Llegamos, abrimos con la llave y previa despedida de los padres y de la niña mayor (esperaba encontrar a las otras dos, pero acababan de caer rendidas en la cama), ellos se fueron a dormir, diciéndome que como bien sabía, en la cocina estaba la nevera, la maquina de café y lo que hiciera falta.
Nos quedamos en casa haciendo tiempo, durmiendo, tomando café y rehaciendo maletas hasta la hora prevista, cuando cogimos las maletas y, despidiéndonos de Alemania, nos fuimos hacia el bus que nos llevaría al aeropuerto.
Espero poder volver a visitar esta maravillosa familia en verano, porque la verdad es que los echo de menos.
Después de eso, nos fuimos al centro, donde pude volver a disfrutar de mis dos tiendas favoritas de Alemania: Thalia y DM. Quiero que estas dos franquicias invadan Barcelona, es una necesidad vital.
Después de eso, pasamos el resto del día haciendo turismo por Bonn y cerramos el día con una buena Currywurst y un Glühwein en el Weihnachtsmarkt (Mercado de Navidad).
Al día siguiente (domingo 7), volvimos a Casa, donde había quedado con la madre para llevarme al perro esa mañana, y dejar las maletas. Muchas diréis que estoy loca, pero mi Tontorrón se merece más de una entrada en este blog. El caso es que quería visitar de nuevo un parque precioso que tiene Bonn, Rheinaue (más información del parque aquí), y ya que iba, aprovechaba y me llevaba a mi niño de cuatro patas. Eso si, antes de irnos a pasear, mi madre alemana tuvo a bien de invitarnos a desayunar y darme las llaves de casa. Tal y como lo oís, para que me diga alguien que no soy como de la familia.
Como veis, tuvimos la suerte de tener una mañana extrañamente estupenda y despejada para ser diciembre en Alemania.
Después de pasar la mañana en ese parque, volvimos a casa a dejar al perro y nos fuimos a visitar Köln.
Hay que decir que para comprar el billete de tren, tuve que volverme a pelear con las maquinas de la estación, que para espanto nuestro, finalmente nos escupió dos "billetes" y pensamos seriamente que nos habían cobrado 40 euros de más. Después de preguntar a la señora simpática del DB, a la que le haces preguntas de SI o NO y ella solo te cuenta el PORQUE, nos enteramos de lo que ya estábamos sospechando, que uno de los papeles era el billete y el otro, el recibo.
Una vez llegamos a la ciudad, toda la buena mañana que había echo en Bonn se nos giró en un día gris de llovizna (y no tan llovizna). ¡Hasta tuvimos que abrir el paraguas! (Cosa que para quien no lo sepa, en Alemania solo se hace si cae el diluvio universal, sino, gorro y arreando).
Visitamos el centro, las orillas del Rhein y finalmente, cuando oscureció, nos acercamos a pasear por el Weihnachtsmarkt, donde cenamos unos buenos Weisskohlkuchen, que vienen a ser buñuelos planos de pasta de repollo y cebolla fritos en mantequilla (se que explicado así no puede ser apetecible, pero lo juro, está bueno).
Finalmente, volvimos a casa. Y es que mi madre alemana se negó a que nos fuéramos directamente al aeropuerto y nos ofreció quedarnos a pasar la "media noche" que nos quedaba colgada (hasta las 4 am) en casa.
Llegamos, abrimos con la llave y previa despedida de los padres y de la niña mayor (esperaba encontrar a las otras dos, pero acababan de caer rendidas en la cama), ellos se fueron a dormir, diciéndome que como bien sabía, en la cocina estaba la nevera, la maquina de café y lo que hiciera falta.
Nos quedamos en casa haciendo tiempo, durmiendo, tomando café y rehaciendo maletas hasta la hora prevista, cuando cogimos las maletas y, despidiéndonos de Alemania, nos fuimos hacia el bus que nos llevaría al aeropuerto.
Espero poder volver a visitar esta maravillosa familia en verano, porque la verdad es que los echo de menos.
sábado, 13 de diciembre de 2014
El retorno a Bonn (parte II)
Hace unos días, os conté que iba a volver a Alemania de visita aprovechando el puente de diciembre.
No se por donde empezar a explicar este maravilloso fin de semana que he vivido: tantas emociones, tantos nervios, tantos abrazos, tantos sitios que me traen recuerdos y tanta gente que ha echo que luzca una sonrisa permanente durante esos días... Creo que por mucho que lo describa, ni siquiera se acercará a lo que sentí o lo que viví, pero vamos a intentarlo.
Empecemos por el principio, ¿no?
El viernes a las 17:00 cogimos las maletas y nos fuimos camino al aeropuerto de Barcelona, donde a las 19:30 despegamos montados en un precioso avión de Germanwings. Llegamos al aeropuerto de Colonia-Bonn a las 21:45, y previo viaje de 35 minutos bus (donde comprobé que hay cosas que no cambian nunca, como la "simpatía" de los buseros alemanes) llegamos a Bonn. Cenamos en el Mcdonnals de la Hauptbahnhof y nos fuimos andando al hotel (para los interesados, fuimos al hotel Ibis de Bonn, que por cierto, esta genial si queréis ir), situado a unos 15 minutos andando del centro.
La mañana del sábado nos despertamos a las 7:30, ya que había quedado con mi HM para ir a desayunar a casa. A desayunar, habéis entendido bien: en España invitamos a comer o cenar, en Alemania invitar a desayunar es lo más normal del mundo. El caso es que nos duchamos y nos fuimos paseando a la casa de mi Hostfamily.
Fue bonito darme cuenta que me acordaba de todo el camino (el hotel estaba en la calle de enfrente de una piscina que frecuentaba con las niñas). Llegar a mi barrio fue... impresionante. Recordar todos los momentos que viví ahí, ver que todo seguía igual... Impresionante, ya os digo.
Como podéis imaginar, el momento más esperado fue cuando llegamos a Casa. Las niñas no sabían que venia, así que era una gran sorpresa. Yo esta atacada de los nervios, no miento cuando os digo que me temblaban las manos y el corazón se me salía del pecho. Me daba PÁNICO que las dos niñas mayores no me reconocieran (la pequeña estaba a punto de cumplir los 3 cuando me fui, así que lo lógico seria eso, que no me reconociera), o que me saludaran con indiferencia, como si hubiera venido alguien cualquiera. Estaba realmente cagada de miedo. Pero llegó la hora de subir las escaleras hasta la entrada, darle al timbre, y ver que pasaba.
Ahora os cuento como estaban las cosas dentro de casa: las dos niñas pequeñas no sabían nada de nada, pero la madre le había dicho el día anterior a la mayor que alguien vendría a desayunar, para que se despertara y se duchara. El problema es que la niña tiene 14 años y el echo de que la madre no el dijera quien venia, la llevó a un cabreo bastante importante, ya que pensaba que serían sus abuelos o algo así y su madre solo quería que se levantara pronto y se duchara. Para conservar la sorpresa para las pequeñas, la madre no había puesto plato para nosotros y habían empezado a desayunar a la hora habitual de los fines de semana (las 9, más o menos).
El caso es que desde la mesa del comedor, a lo lejos, se ve el ventanal que da al frente de la casa, con lo que puedes ver un poco quien sube las escaleras de la entrada (la puerta de entrada está un piso elevada, entras por el primer piso, por así decirlo). Al subir nosotros, la niña mayor vio a la persona que me acompañaba (yo ya había pasado), y como ella misma confesó después, lo primero que pensó fue: "¿Para que me hacen levantar tan temprano si NO CONOZCO a la gente que viene?". Esto solo aumentó su cabreo, que no mejoró cuando, al sonar el timbre, su madre le dijo que fuera a abrir (las niñas no se pueden levantar de la mesa sin permiso). Así que con todo ese buen humor, se dirigió hasta la puerta de la cocina, que da a un pasillo donde al final, está la puerta de entrada, que está echa de madera con ventanas de cristal.
Ahora volvemos a la calle, donde nos encontrábamos nosotros.
Vimos a la niña mayor, que cruzó la puerta de la cocina, miró a la puerta de entrada y al verme, frenó en seco con una cara parecida a esta:
Juro que tardó unos segundos en reaccionar. Después pegó un grito seguido de un "¡¿PERO QUE HACES AQUÍ?!" mientras venia corriendo hacia la puerta, abría y se abalanzaba sobre mi (que casi me tira, la muy bestia). Pero esto solo podía mejorar, ya que con el grito de la mayor, la mediana vino corriendo y justo cuando la loca de la mayor me soltó, aparecía ella por la puerta de la cocina.
La pobre se quedó en shock, agarrada al pomo de la puerta y mirándome con los ojos desorbitados sin creerse lo que veía. Dijo me nombre y yo la saludé, cosa que pareció sacarla del trance y vino corriendo a abrazarme.
Cuando me soltó, conseguimos pasar de la puerta y entramos. En ese momento apareció la pequeña seguida de la madre y el padre por el umbral de la cocina. Saludé a la pequeña y puso lo que yo llamo "cara de vergüenza", y se fue con una sonrisa de bicho (eso no ha cambiado en ella jajaja) a esconderse detrás de la pierna de su padre.
Las niñas estaban emocionadas y felices de verme. Como le dijo la madre a la mayor: "Este es tu mejor regalo de Nikalaus", y es que fui justamente la mañana en que Nikolaus (el Papá Noel alemán, por así decirlo) deja sus regalos.
Las niñas estaban emocionadas y felices de verme. Como le dijo la madre a la mayor: "Este es tu mejor regalo de Nikalaus", y es que fui justamente la mañana en que Nikolaus (el Papá Noel alemán, por así decirlo) deja sus regalos.
No os podéis imaginar lo que sentí en ese momento. Fue mágico. Nos sentamos a desayunar con todos ellos y fue precioso, de verdad. Parecía que nada había cambiado desde los desayunos que pasé ahí durante todo mi año au pair. Todo seguía igual, salvo que las pequeñas habían crecido una cabeza cada una y la mayor ya es más alta que yo. El padre incluso me recordó con una sonrisa, mientras yo le ofrecía una bandeja de panecillos a mi acompañante, que los de la otra bandeja eran "el pan de verdad", y es que el hombre aún recuerda su batalla perdida durante el tiempo que estuve ahí para hacerme entender que el pan blanco es insano y mortal. Que recordaran todas estas tonterías me hizo sentir muy especial.
Después de desayunar y de hablar largo y tendido, nos llevaron de tour por la casa, para enseñarme las cosas que habían cambiado (sobretodo los muebles de las habitaciones de las niñas).
La mayor está en el apogeo en su adolescencia, y su habitación lo demostraba.
La mediana seguía igual que siempre, sus gustos son los mismos y por fin ha conseguido un futbolín para su habitación (ya lo pedía cuando yo estaba ahí).
La pequeña, a pesar de no amar incondicionalmente el rosa como antes, sigue apreciandolo mucho y su delirio de princesa sigue creciendo. Lo que me emocionó al entrar a su habitación fue ver que aún tiene colgada una mariposa que hice para ella con un rollo de papel higiénico y cartulina (hicimos esta manualidad con las dos mayores y al no estar ella ese día, yo le hice una). Lleva ahí dos años. Increíble.
Después de esto, hacia las 12, las niñas tenían que irse a hacer varias actividades y nos fuimos cada uno por su lado.
Este reencuentro fue algo que nunca olvidaré. Las dos mayores se acuerdan perfectamente de mi y de las cosas que hicimos juntas, y la pequeña es muy curioso, porque a pesar de no situarme, sabe que hay una persona con mi nombre que la cuidó y que hacía cosas con ella. Según me han contado, estuvo más de un año preguntando por mi una vez me fuí, y a día de hoy, su madre le tiene que leer casi a diario un libro que les traje a ella y a la mediana durante mi año.
Todas estas cosas me hacen pensar que aún sigo viva en esa casa, que hablan a veces de mi y me recuerdan. Parece ser que no lo hice tan mal. Saber que puedo contar con ellos para lo que quiera, que parte de mi familia es alemana y que allí siempre tendré un techo cuando lo necesite, me hace muy, muy feliz.
Pero por hoy, lo dejo aquí.
En unos días os contaré lo que hicimos el resto del fin de semana, y de como pasamos casi más tiempo en casa de mi HF que en el hotel, que esto esta quedando muy largo y os voy a aburrir.
Continuará...
viernes, 5 de diciembre de 2014
El retorno a Bonn
En menos de 15 horas voy a estar en Bonn, en mi ciudad, porque es y será siempre mi ciudad, por la gente y los momentos maravillosos que viví ahí. Casi dos años después de irme, dejando a una gran familia y a muchos amigos, he encontrado el momento de volver, aunque solo sea un par de días.
Estoy emocionada e histérica a partes iguales. Que os voy a contar, las 3 de la mañana y aún no puedo pegar ojo.
Voy a volver a ver a mis niñas.
En serio, no tenéis idea de lo que siento al decir esto. No se como describirlo. ¿Ilusión? ¿Alegría? ¿Miedo? Una mezcla de todo. Se que la pequeña no me va a reconocer, o eso estoy intentando asumir, porque se que me va a costar. Tampoco sé si la mediana me reconocerá (tenia 6 años cuando me fui). La mayor, si no me reconoce, directamente la descabezo. Juro que me he planteado cortarme el pelo por miedo a que no me reconozcan con el pelo largo (en 2012 yo lucía un precioso pelo-seta gentileza de un peluquero alemán).
Porque ¿sabéis? Las niñas no saben que voy y por lo tanto no puede haber aviso previo de quien soy. Gentileza de su madre, que quiere que sea una sorpresa el verme en la puerta (y yo estoy cagada de miedo por esto).
Llevo regalos para ellas. Lo fácil que ha sido comprarles algo ahora, comparado con lo que me costó poco antes de llegar a su casa hace dos años... Espero que no hayan cambiado mucho y la haya acertado. Vaya, espero no encontrar a 3 desconocidas (aquí aparece el miedo).
No me voy a quedar en mi casa (porque si, siempre será también mi casa como bien me ha insistido la madre cuando la llamé), ya que voy acompañada y aunque quiero verlos y disfrutarlos, prefiero reservar parte de mi tiempo a la familia y lo que quede disfrutarlo con esa persona especial que me acompaña, ya que llevarle ahí, para mi es algo parecido a enseñarle parte de mi mundo, del que solo ha oído hablar (hasta la saciedad, hay que admitirlo) y que no conoce. También estoy nerviosa por volver a pasear por esos sitios que tanto he disfrutado.
Solo espero no echarme a llorar en alguno de estos momentos. Casi que estoy más nerviosa ahora que ese lejano día en 2012, donde me subí a un avión sin imaginarme siquiera lo que me esperaba al salir de él. Ojalá todo vaya bien.
Deseadme suerte. A la vuelta os cuento.
Estoy emocionada e histérica a partes iguales. Que os voy a contar, las 3 de la mañana y aún no puedo pegar ojo.
Voy a volver a ver a mis niñas.
En serio, no tenéis idea de lo que siento al decir esto. No se como describirlo. ¿Ilusión? ¿Alegría? ¿Miedo? Una mezcla de todo. Se que la pequeña no me va a reconocer, o eso estoy intentando asumir, porque se que me va a costar. Tampoco sé si la mediana me reconocerá (tenia 6 años cuando me fui). La mayor, si no me reconoce, directamente la descabezo. Juro que me he planteado cortarme el pelo por miedo a que no me reconozcan con el pelo largo (en 2012 yo lucía un precioso pelo-seta gentileza de un peluquero alemán).
Porque ¿sabéis? Las niñas no saben que voy y por lo tanto no puede haber aviso previo de quien soy. Gentileza de su madre, que quiere que sea una sorpresa el verme en la puerta (y yo estoy cagada de miedo por esto).
Llevo regalos para ellas. Lo fácil que ha sido comprarles algo ahora, comparado con lo que me costó poco antes de llegar a su casa hace dos años... Espero que no hayan cambiado mucho y la haya acertado. Vaya, espero no encontrar a 3 desconocidas (aquí aparece el miedo).
No me voy a quedar en mi casa (porque si, siempre será también mi casa como bien me ha insistido la madre cuando la llamé), ya que voy acompañada y aunque quiero verlos y disfrutarlos, prefiero reservar parte de mi tiempo a la familia y lo que quede disfrutarlo con esa persona especial que me acompaña, ya que llevarle ahí, para mi es algo parecido a enseñarle parte de mi mundo, del que solo ha oído hablar (hasta la saciedad, hay que admitirlo) y que no conoce. También estoy nerviosa por volver a pasear por esos sitios que tanto he disfrutado.
Solo espero no echarme a llorar en alguno de estos momentos. Casi que estoy más nerviosa ahora que ese lejano día en 2012, donde me subí a un avión sin imaginarme siquiera lo que me esperaba al salir de él. Ojalá todo vaya bien.
Deseadme suerte. A la vuelta os cuento.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Au Pairs embarazadas y otros mitos
Hacia ya mucho tiempo que no me indignaba hasta tal punto de querer hacer una entrada para hablar de ello, pero este momento tenia que llegar.
Como bien sabéis, llevo en este sector au pair mucho tiempo, el suficiente como para haber leído preguntas tontas, historias bizarras, experiencias surrealistas y otras burradas de un calibre importante. De estas cosas, he criticado la mayoría y me he creído más bien pocas.
A día de hoy, que irse al extranjero a ser au pair es la moda, todas estas historias se han magnificado, dado que la cantidad de niñatas gilipollas que se van a vivir esta aventura esta subiendo como la espuma. Por lo tanto, y como siempre pasa en internet, la cantidad de cosas sin pies ni cabeza que se pueden ver escritas por supuestas au pairs (o trolls en potencia) ha aumentado. Lo triste es que la gente esta empezando a darle crédito a todas esas estupideces.
Ahora resulta que las au pairs somos todas tontas, con una edad ya más que considerable para comportarnos como verdaderas inútiles, sin ninguna experiencia con niños, a los que por cierto odiamos, que desestabilizamos familias muy bien avenidas, que solo nos queremos ir porque en casa somos unas ninis y que lo único que buscamos es beneficiarnos al padre de la familia para quedarnos preñadas y poder vivir a costa de la manutención del churumbel.
Esto es como cuando se dice que los maestros no se pueden quejar porque tienen 3 meses de vacaciones al año, que tener a 25 salvajes encerrados ocho horas al día en una habitación no es para tanto, pero después los padres son incapaces de aguantar a sus hijos una semana seguida ellos solos sin acabar con un ataque de nervios. O como las enfermeras, que solo "limpian la mierda" del paciente, pero nadie se da cuenta que mientras que el medico pasa, te mira 5 minutos y se va, ellas son las que te mantienen vivito y colando, limpio y si se precia, drogado. O los médicos de cabecera, que cobran por sentarse en una silla y recetar paracetamoles. O las limpiadoras, que las has de vigilar porque sino te robarán todo lo que no esté amarrado al suelo.
Me podría pasar todo el día diciendo barbaridades; dime un oficio y te lo descuartizo. Así de fácil es desprestigiar hasta el límite una profesión.
Porque eso de que las au pairs robamos, odiamos a los niños, nos quedamos embarazadas y demás lindezas no es más que un mito, como tantos otros. Resultará que las más de 300.000 au pairs que se registraron el año pasado en aupairworld.net (según su propia web) somos las 300.000 zorras más dispuestas de todo Europa, registradas en dicha web al más puro estilo Badoo en busca de padres dispuestos a meterla. Y todo esto lo digo sin nombrar las familias registradas en dicha web, que deben ser las familias más despreocupadas del mundo, dispuestas a dejar a sus hijos y maridos al cuidado de una cualquiera.
Así que muchas gracias a los que dan crédito a toda la mierda que leen por internet, las au pairs estamos muy agradecidas por la buena fama que nos da.
Como bien sabéis, llevo en este sector au pair mucho tiempo, el suficiente como para haber leído preguntas tontas, historias bizarras, experiencias surrealistas y otras burradas de un calibre importante. De estas cosas, he criticado la mayoría y me he creído más bien pocas.
A día de hoy, que irse al extranjero a ser au pair es la moda, todas estas historias se han magnificado, dado que la cantidad de niñatas gilipollas que se van a vivir esta aventura esta subiendo como la espuma. Por lo tanto, y como siempre pasa en internet, la cantidad de cosas sin pies ni cabeza que se pueden ver escritas por supuestas au pairs (o trolls en potencia) ha aumentado. Lo triste es que la gente esta empezando a darle crédito a todas esas estupideces.
Ahora resulta que las au pairs somos todas tontas, con una edad ya más que considerable para comportarnos como verdaderas inútiles, sin ninguna experiencia con niños, a los que por cierto odiamos, que desestabilizamos familias muy bien avenidas, que solo nos queremos ir porque en casa somos unas ninis y que lo único que buscamos es beneficiarnos al padre de la familia para quedarnos preñadas y poder vivir a costa de la manutención del churumbel.
Esto es como cuando se dice que los maestros no se pueden quejar porque tienen 3 meses de vacaciones al año, que tener a 25 salvajes encerrados ocho horas al día en una habitación no es para tanto, pero después los padres son incapaces de aguantar a sus hijos una semana seguida ellos solos sin acabar con un ataque de nervios. O como las enfermeras, que solo "limpian la mierda" del paciente, pero nadie se da cuenta que mientras que el medico pasa, te mira 5 minutos y se va, ellas son las que te mantienen vivito y colando, limpio y si se precia, drogado. O los médicos de cabecera, que cobran por sentarse en una silla y recetar paracetamoles. O las limpiadoras, que las has de vigilar porque sino te robarán todo lo que no esté amarrado al suelo.
Me podría pasar todo el día diciendo barbaridades; dime un oficio y te lo descuartizo. Así de fácil es desprestigiar hasta el límite una profesión.
Porque eso de que las au pairs robamos, odiamos a los niños, nos quedamos embarazadas y demás lindezas no es más que un mito, como tantos otros. Resultará que las más de 300.000 au pairs que se registraron el año pasado en aupairworld.net (según su propia web) somos las 300.000 zorras más dispuestas de todo Europa, registradas en dicha web al más puro estilo Badoo en busca de padres dispuestos a meterla. Y todo esto lo digo sin nombrar las familias registradas en dicha web, que deben ser las familias más despreocupadas del mundo, dispuestas a dejar a sus hijos y maridos al cuidado de una cualquiera.
Así que muchas gracias a los que dan crédito a toda la mierda que leen por internet, las au pairs estamos muy agradecidas por la buena fama que nos da.
jueves, 30 de octubre de 2014
La mano tonta
Esta es mi vida desde hace unos días: dos férulas y un vendaje hasta medio brazo. Para que después digan que trabajar con niños es algo tranquilo y no hay que pagar plus de peligrosidad. ¡Jà!
Todo esto tiene su parte divertida, ya que cada día me invento una burrada más grande para decirles a los críos que me preguntan por mi desgracia. Ahora se dedican a discutir que versión creerse, si la de que me ha atropellado un tractor o la de que me bañé con pirañas. Creo que por ahora gana el tractor.
La realidad, por desgracia, es mucho más triste y deprimente: mientras le señalaba a un compañero donde estaban las aulas de tercero, una pelota de basquet lanzada con muy mala leche se llevó mi mano por delante. Esa misma tarde mi dedo empezó a parecerse a una morcilla gorda y me tuve que plantear si arrancarme el dedo o ir al médico
El traumatólogo dictaminó que tenia una fractura parcial y una capsulitis en el índice, y una tendinitis en el pulgar. Si es que cuando me lo propongo -le dije- hago las cosas como Dios manda. A la enfermera no le hizo tanta gracia cuando le dijeron el invento que me tenía que poner en la mano.
El problema de esta situación es que uno no se da cuenta de lo mucho que usa los dedos de su mano tonta hasta que ya no están ahí. Que no me quejo, ojo: gracias a este magnifico vendaje he desarrollado habilidades nunca antes exploradas. ¿Habéis probado alguna vez de ataros un cinturón o el sujetador con una mano? Eso, señores, es todo un arte. Pero esas cosas son de principiantes. Uno se gradúa en modo experto en el momento en que es capaz de cortarse la carne y atarse la cremallera de una chaqueta sin ninguna ayuda.
Después está el momento en que intentas ser independiente y apañarte por ti mismo, y das tal grado de pena que tu madre acaba diciéndote "¿Quieres que te peine yo?". Porque eso es algo que hay que asumir: soy incapaz de hacerme una triste coleta, y plancharme el pelo es todo un reto.
Como decía al principio, esta es mi vida desde hace unos días. Por suerte el sábado ya me podré quitar la férula del pulgar, y si todo va bien, la semana que viene me quitan la otra. No os imagináis las ganas que tengo de que llegue ese día.
lunes, 13 de octubre de 2014
De cuando empecé en la autoescuela
Soy una persona que desde pequeña ha dado señales de que no seria conductora de un formula 1. Ni conductora de autobús. Ni conductora de cualquier cosa que lleve un motor, para hacer una referencia general.

Y así fue como, con casi 22 años, llegó el momento que todos a mi alrededor temían: la menda se ha apuntado a la autoescuela. No os penséis que lo hago por gusto; ni mucho menos. Esto ya es cuestión de necesidad y para futuros trabajos que me lo exigen, que si por mi fuera me casaba con la RENFE (y me apuntaba acto seguido a terapia de pareja, porque lo nuestro seria complicado).
Sinceramente no se si reír o llorar. Empezando por el hecho que aborrezco todo lo que incluya un coche, y aborrezco estudiar cosas que aborrezco... Esto solo sera la parte teórica. El festival de verdad llegará una vez empiece las prácticas, siendo yo una persona que, entre otras cosas, tiene un sentido de la orientación completamente inexistente y mucha mala leche acumulada para cuando hay multitudes a mi alrededor. Ya me estoy viendo el día del examen práctico diciéndole al examinador: "Perdone usted, ¿pero me permite insultar a los demás conductores? Lo digo por su propia seguridad".
Pero dejaremos estas experiencias para futuras entradas. Por el momento, creo que el señor de la autoescuela ha intuido que esto de aceptarme como alumna no iba a ser un buen negocio, a juzgar por su cara en algunas de las preguntas que le he hecho.
A pesar de esto se arriesgó y aquí estoy, apuntada por fin para sacarme el dichoso carnet de conducir. Benditos sean todos los trabajadores de dicha autoescuela y que algún dios los asista a partir de ahora y hasta el día en que me consiga sacar el maldito carnet. Rezad por ellos, lo necesitarán.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Encontrar trabajo no es difícil
Quien diga que es imposible encontrar trabajo en estos tiempos en los que nos ha tocado vivir, es porque no tiene ni idea de cómo entrar en el mercado laboral de nuestro país. Algunos lo llaman enchufismo, pero hay mil maneras más de referirse a lo mismo: a dedo, haciendo favores, cumpliendo requisitos, ser hijo/primo/hermano/amigo de X...
¿Me seguís, verdad?
También he de añadir que en mi casa no somos familia numerosa, ni monoparental, ni tengo hijos a mi cargo, tampoco tengo personas dependientes que requieran mi cuidado, ni estoy embarazada, ni soy inmigrante, ni estoy casada, si que tengo la ESO, tengo el bachillerato, estoy cursando estudios superiores...
No os penséis que me estoy volviendo loca, sólo que para acceder a las ofertas de empleo público (sea cual sea) de mi comarca, toda la gente que no cumple las premisas anteriores va antes que yo en la lista de empleo. Para que os hagáis una idea: un chaval que con 16 años y cursando 2º de ESO dejó los estudios para trabajar en la obra hace 5 años, o la nini que a los 17 años, después de 4 años de no pisar el colegio, se quedó preñada de gemelos y hasta ayer vivía de las ayudas, a día de hoy le dan trabajo antes que a mi, que con su misma edad estaba estudiando bachillerato para hoy conseguir lo que les están dando a ellos: un trabajo.
Porque a parte del enchufismo, hay que tener en cuenta que en España lo normal es premiar y beneficiar a la gente que sigue la ley del mínimo esfuerzo y el pasotismo, mientras que se ponen palos a las ruedas a los que se esfuerzan y intentan vivir de algo más que de las ayudas y el paro.
Empiezo a estar muy cabreada y cansada.
Llevo desde que volví de Alemania buscando trabajo. Esta última frase seria el resumen de un largo año y medio de buscar trabajo, no encontrar trabajo, seguir buscando trabajo, encontrar trabajo esporádico, seguir buscando trabajo mientras te desvives cuando te llaman de urgencia para esas suplencias in extremis a las que si no puedes ir (sea porque tienes una cita medica después de 9 meses en lista de espera, o por un examen final de la universidad) ya no te llaman más, currando como una negra echando más horas que el sol mientras piensas que en un tiempo muy breve te quedas sin trabajo otra vez, empezar de cero a buscar trabajo y viendo que pasan los meses y sigues igual, y desesperándote en cada una de las etapas anteriores por la pésima situación en la que estás, sea cual sea.
Ah!, eso si, todo esto mientras estudio en la universidad, estudio idiomas, y hasta hace poco era voluntaria de varias entidades. Pero todo esto mejor no lo digo, porque al fin y al cabo, tampoco le importa a nadie, y a los que les importa es solo para descartarme de las ofertas de trabajo por estar sobrecualificada.
No obstante, es en días como hoy, cuando vuelvo de una formación particularmente dura de dos semanas, no remunerada y a una hora en metro de mi casa, para hacer un trabajo que aunque me guste y sea de lo mío, no deja de ser un trabajo de mierda, donde me voy a gastar más de la mitad del sueldo en el transporte, donde no tendré un horario fijo, donde una semana puedo trabajar 45 horas y pasarme las tres siguientes a la espera de que me llamen de nuevo, cuando me pregunto en que momento dejamos de tener una oportunidad toda la gente que no tenemos el beneficio del enchufe.
¿Me seguís, verdad?
También he de añadir que en mi casa no somos familia numerosa, ni monoparental, ni tengo hijos a mi cargo, tampoco tengo personas dependientes que requieran mi cuidado, ni estoy embarazada, ni soy inmigrante, ni estoy casada, si que tengo la ESO, tengo el bachillerato, estoy cursando estudios superiores...
No os penséis que me estoy volviendo loca, sólo que para acceder a las ofertas de empleo público (sea cual sea) de mi comarca, toda la gente que no cumple las premisas anteriores va antes que yo en la lista de empleo. Para que os hagáis una idea: un chaval que con 16 años y cursando 2º de ESO dejó los estudios para trabajar en la obra hace 5 años, o la nini que a los 17 años, después de 4 años de no pisar el colegio, se quedó preñada de gemelos y hasta ayer vivía de las ayudas, a día de hoy le dan trabajo antes que a mi, que con su misma edad estaba estudiando bachillerato para hoy conseguir lo que les están dando a ellos: un trabajo.
Porque a parte del enchufismo, hay que tener en cuenta que en España lo normal es premiar y beneficiar a la gente que sigue la ley del mínimo esfuerzo y el pasotismo, mientras que se ponen palos a las ruedas a los que se esfuerzan y intentan vivir de algo más que de las ayudas y el paro.
Empiezo a estar muy cabreada y cansada.
Llevo desde que volví de Alemania buscando trabajo. Esta última frase seria el resumen de un largo año y medio de buscar trabajo, no encontrar trabajo, seguir buscando trabajo, encontrar trabajo esporádico, seguir buscando trabajo mientras te desvives cuando te llaman de urgencia para esas suplencias in extremis a las que si no puedes ir (sea porque tienes una cita medica después de 9 meses en lista de espera, o por un examen final de la universidad) ya no te llaman más, currando como una negra echando más horas que el sol mientras piensas que en un tiempo muy breve te quedas sin trabajo otra vez, empezar de cero a buscar trabajo y viendo que pasan los meses y sigues igual, y desesperándote en cada una de las etapas anteriores por la pésima situación en la que estás, sea cual sea.
Ah!, eso si, todo esto mientras estudio en la universidad, estudio idiomas, y hasta hace poco era voluntaria de varias entidades. Pero todo esto mejor no lo digo, porque al fin y al cabo, tampoco le importa a nadie, y a los que les importa es solo para descartarme de las ofertas de trabajo por estar sobrecualificada.
No obstante, es en días como hoy, cuando vuelvo de una formación particularmente dura de dos semanas, no remunerada y a una hora en metro de mi casa, para hacer un trabajo que aunque me guste y sea de lo mío, no deja de ser un trabajo de mierda, donde me voy a gastar más de la mitad del sueldo en el transporte, donde no tendré un horario fijo, donde una semana puedo trabajar 45 horas y pasarme las tres siguientes a la espera de que me llamen de nuevo, cuando me pregunto en que momento dejamos de tener una oportunidad toda la gente que no tenemos el beneficio del enchufe.
miércoles, 22 de enero de 2014
Ser au pair está de moda: ¡Corred, insensatos!
Hoy me he dado cuenta de que llevo largo tiempo viviendo en un agujero.
Dos o tres años atrás, las chicas que nos íbamos de au pair hacíamos la aventura de nuestra vida, la locura máxima.
Todo empezaba el buen día que descubríamos el término au pair en algun lugar remoto y oscuro del gran mundo de Internet, normalmente en algun blog de torturas o un foro bizarro de inmigrantes maltratados. Por alguna razón del destino, a pesar de leer historia tras historia al más puro estilo Saw por toda la red (dato: la mayoría de ellas latinoamericanas con destino a USA, ya que esto de ser au pair aun no había llegado aquí con fuerza) nos animábamos a buscar más información sobre ello, y terminábamos encontrando un pequeño ghetto que otras chicas igual de desviadas que tu habían asentado en algún rincón de un foro de españoles viajeros.
Ahí, entre 7 chicas (todas au pairs en UK, alguna quizá por Suiza), te orientaban hasta llegar a una web que estaba en inglés o alemán, donde creabas un perfil y esperabas paciente a que las familias te rechazaran una tras otra hasta encontrar la definitiva. Las normas eran claras, las condiciones también. El siguiente paso era cogerte un avión rezando para que todo fuera como lo deseabas, ya que cuando yo me fui a Alemania, nadie iba de au pair ahí. Vaya, en realidad nadie estaba de au pair a ningun sitio, con suerte conseguías contactar con alguna española que estaba en irlanda o en UK. La mayoría de casos terminaban con un año feliz para esa chica, una gran aventura en ese nuevo país por descubrir.
Nada nuevo bajo el sol, pensarán las au pairs de la vieja escuela.
Pero llevo unos días sintiéndome muy pero que muy vieja. Y cansada, y gruñona. Me metí en ese mismo foro viajero, y con todo el horror y el dolor del mundo vi como esto ha degenerado hasta lo más catastrófico del mundo.
Españolas contratando agencias para irse de au pair a UK, todo lleno de spam de agencias y webs de credibilidad escasa, chicas que se van de au pair "a limpiar" porque los niños ya son semi-adultos (y a sabiendas de esto), chicas que harían cualquier cosa por conseguir una familia, chicas que se dejan pisar con tal de quedarse ahí, gente que no tiene la menor idea de donde se esta metiendo, gente que cae en estafas CLÁSICAS, gente que ni tan solo ha googleado la palabra au pair y aun así publica donde sea que se quiere ir y que si alguien la contrata... ¿Estamos locos? ¿Que narices le ha pasado a esta profesión en dos años?
Siento lástima. Ahora que hay tanta información, información que gente como esta chica, como esta otra, o esta otra, como yo y como muchas otras antes han ido recopilando para que todos los que empiezan ahora se encuentren un panorama un poco más alegre del que encontramos nosotras, algo como ser au pair se haya convertido en una basura.
La mayoría de chicos y chicas que ahora quieren irse de au pair no se informan, no buscan, no se trabajan el conseguir un buen trato... Y todo termina con historias más o menos tristes de sueños rotos.
¿Enserio queremos eso?
Yo, por lo menos, no. Hay que volver a los inicios:
Espero que poco a poco podamos recuperar los dos dedos de frente que teníamos hace unos años. No os quedéis calladas cuando veáis cosas así, no deis alas a las agencias que timan. Quiero ver que esto aún se considera una buena experiencia.
Todas las ideas, dudas o aportaciones para esta guía, serán bienvenidas en apagayvamonosdeaupair@gmail.com, o vía mensaje de facebook que encontraréis en la barra de gadgets de la derecha.
martes, 7 de enero de 2014
La fantasía de la Navidad
Ya os avanzo que esta entrada nada tiene que ver con el mundo au pair, pero estoy indignada hasta limites insospechados.
Resulta ser que entre los nuevos padres y madres de hoy hay la moda de hacer crecer a los niños sabiendo que los Reyes Magos, Papa Noel, el ratoncito Pérez y la madre que los parió a todos, son ni más ni menos que ellos mismos.
Estupendo. Descorchemos unas cuantas botellas de cava en su honor. Lo más absurdo de todo, a mi parecer, es el porqué. Que no les quieren mentir, dicen. Genial. Hablemos sobre ello.
Las mentiras en la infancia
Estos padres deciden que no quieren mentir a sus hijos. Entonces, vamos a explicarle a un niño de 4 años lo que es una prostituta cuando lo pregunte. O no vamos a cambiar de canal cuando salga un baño de sangre en la tele. Es más, vamos a dejar que el niño vea una película porno si se da el caso de que nos pilla en ello. ¿No vamos a mentirle, verdad? Hagamoslo con todas sus consecuencias. ¿O resulta que evitar la realidad no es mentir?
¿A que visto así parece una burrada? Lo mismo me parece hacerlos crecer en un mundo hiperrealista. La fantasía no se inventó para hacernos pasar un buen rato mientras vemos Lost. La fantasía es algo diseñado para que los niños puedan enfrentarse y a su vez entender un mundo de gente adulta, que no pueden comprender y que por encima de todo es vil y cruel. ¿Vamos a quitarles eso?
Mal que les pese a todos estos padres super sinceros, los niños viven en su mundo donde la imaginación es su principal arma. Los niños creen de verdad que un monstruo se ha metido bajo su cama, a pesar de saber y haber escuchado mil veces que los monstruos no existen. Por la misma razón, creen que tapándose bajo una sabana el monstruo no les verá y que encima va a actuar de escudo protector. También creen que su padre es el mejor cocinero del mundo y su madre lo sabe todo. Huelga decir que eso aun es más falso que lo anterior. Los niños le hablan a sus muñecos e incluso tienen amigos imaginarios. ¿Porque esos padres tan modernos no se dan cuenta de que todo niño vive en una fantasía, antes de arruinar la única en la que podemos participar?
Por otro lado, se llenan la boca de lo sinceros que son, pero dejan creen a sus hijas que de mayores van a ser princesas (que os recuerdo que tampoco existen tal y como ellos las conocen) o astronautas (que hay más posibilidades de que te toque la lotería 3 veces seguidas que de ir al espacio). Muy coherente todo. Si seguimos la regla de no mentir, cuando tu hija te dice que quiere ser princesa le deberíamos decir: "Las princesas no existen, son periodistas malas de la 1 venidas a menos". Pero eso no lo hacemos. Eso no es malo. Y eso tiene un nombre: hipocresía.
Y de aquí pasamos a la parte numero dos...
La diferencia entre la fantasía y la mentira
Esto es muy simple. Ellos creen que sus hijos viven en una gran y absoluta mentira por su culpa, y eso no es para nada cierto. Los reyes Magos, Santa Claus, Nikolaus, el niño Jesús... Todas son parte de la cultura de la tierra donde nos criamos. El ratoncito Pérez viene para que los niños se alegren al perder un diente, en vez de llorar la perdida y hacer un drama de ello. Los Reyes te dejan regalos porque te has portado bien. Es una fantasía más de la infancia con su moraleja, como pueden ser los cuentos y las leyendas, incluso la religión.
Que ese es otro cantar. Padres hiperrealistas que no dejan a sus hijos creer en los reyes pero en cambio les dicen que su perro muerto lo esta esperando en el arcoiris, que la abuela esta en el cielo y que su ángel de la guarda lo cuida. O algo muy típico en estos tiempos: que "está en las estrellas" (este es el clásico de los ateos del mundo, que "el muerto, muerto está" parece no estilarse si el destinatario es un niño). Casi me parece más posible que haya tres tíos cabalgando con camellos y dejando regalos por los suelos de las casas.
Corriendo un tupido velo en lo que a religión respecta, y volviendo al tema, la diferencia está en como lleven los padres la situación. No hay que tener una charla con el niño para contarle que los reyes son los padres. No hay que hacer de eso un momento que marque un antes y un después. El niño, conforme va creciendo, va dejando atrás la fantasía de la infancia, y al igual que dejará de imaginarse monstruos bajo la cama, el mismo se dará cuenta de que lógicamente, los reyes magos son una invención más. Y preguntará. Es en ese momento cuando hay que dejar que los niños sepan la verdad. Ellos solos os lo dirán si a la pregunta de "¿Los Reyes son los padres?" les contestas "¿Tu que crees?". Y ya esta, fuera dramas, por dios. ¿Donde está la mentira? Yo es que no la veo.
Dicho esto, espero que me lean muchos padres modernos de hoy en día. Que se den cuenta que no solo les están quitando a sus hijos esa "tradición capitalista", sino que mientras le quitan los horrores de esa gran mentira también los azuzan a un mundo tan real que ellos no pueden afrontar por sus propios medios. Que la fantasía y la imaginación están ahí por una razón. Deseando estoy de rebatir todos los argumentos a favor de la tan sobrevalorada "verdad".
Resulta ser que entre los nuevos padres y madres de hoy hay la moda de hacer crecer a los niños sabiendo que los Reyes Magos, Papa Noel, el ratoncito Pérez y la madre que los parió a todos, son ni más ni menos que ellos mismos.
Estupendo. Descorchemos unas cuantas botellas de cava en su honor. Lo más absurdo de todo, a mi parecer, es el porqué. Que no les quieren mentir, dicen. Genial. Hablemos sobre ello.
Las mentiras en la infancia
Estos padres deciden que no quieren mentir a sus hijos. Entonces, vamos a explicarle a un niño de 4 años lo que es una prostituta cuando lo pregunte. O no vamos a cambiar de canal cuando salga un baño de sangre en la tele. Es más, vamos a dejar que el niño vea una película porno si se da el caso de que nos pilla en ello. ¿No vamos a mentirle, verdad? Hagamoslo con todas sus consecuencias. ¿O resulta que evitar la realidad no es mentir?
¿A que visto así parece una burrada? Lo mismo me parece hacerlos crecer en un mundo hiperrealista. La fantasía no se inventó para hacernos pasar un buen rato mientras vemos Lost. La fantasía es algo diseñado para que los niños puedan enfrentarse y a su vez entender un mundo de gente adulta, que no pueden comprender y que por encima de todo es vil y cruel. ¿Vamos a quitarles eso?
Mal que les pese a todos estos padres super sinceros, los niños viven en su mundo donde la imaginación es su principal arma. Los niños creen de verdad que un monstruo se ha metido bajo su cama, a pesar de saber y haber escuchado mil veces que los monstruos no existen. Por la misma razón, creen que tapándose bajo una sabana el monstruo no les verá y que encima va a actuar de escudo protector. También creen que su padre es el mejor cocinero del mundo y su madre lo sabe todo. Huelga decir que eso aun es más falso que lo anterior. Los niños le hablan a sus muñecos e incluso tienen amigos imaginarios. ¿Porque esos padres tan modernos no se dan cuenta de que todo niño vive en una fantasía, antes de arruinar la única en la que podemos participar?
Por otro lado, se llenan la boca de lo sinceros que son, pero dejan creen a sus hijas que de mayores van a ser princesas (que os recuerdo que tampoco existen tal y como ellos las conocen) o astronautas (que hay más posibilidades de que te toque la lotería 3 veces seguidas que de ir al espacio). Muy coherente todo. Si seguimos la regla de no mentir, cuando tu hija te dice que quiere ser princesa le deberíamos decir: "Las princesas no existen, son periodistas malas de la 1 venidas a menos". Pero eso no lo hacemos. Eso no es malo. Y eso tiene un nombre: hipocresía.
Y de aquí pasamos a la parte numero dos...
La diferencia entre la fantasía y la mentira
Esto es muy simple. Ellos creen que sus hijos viven en una gran y absoluta mentira por su culpa, y eso no es para nada cierto. Los reyes Magos, Santa Claus, Nikolaus, el niño Jesús... Todas son parte de la cultura de la tierra donde nos criamos. El ratoncito Pérez viene para que los niños se alegren al perder un diente, en vez de llorar la perdida y hacer un drama de ello. Los Reyes te dejan regalos porque te has portado bien. Es una fantasía más de la infancia con su moraleja, como pueden ser los cuentos y las leyendas, incluso la religión.
Que ese es otro cantar. Padres hiperrealistas que no dejan a sus hijos creer en los reyes pero en cambio les dicen que su perro muerto lo esta esperando en el arcoiris, que la abuela esta en el cielo y que su ángel de la guarda lo cuida. O algo muy típico en estos tiempos: que "está en las estrellas" (este es el clásico de los ateos del mundo, que "el muerto, muerto está" parece no estilarse si el destinatario es un niño). Casi me parece más posible que haya tres tíos cabalgando con camellos y dejando regalos por los suelos de las casas.
Corriendo un tupido velo en lo que a religión respecta, y volviendo al tema, la diferencia está en como lleven los padres la situación. No hay que tener una charla con el niño para contarle que los reyes son los padres. No hay que hacer de eso un momento que marque un antes y un después. El niño, conforme va creciendo, va dejando atrás la fantasía de la infancia, y al igual que dejará de imaginarse monstruos bajo la cama, el mismo se dará cuenta de que lógicamente, los reyes magos son una invención más. Y preguntará. Es en ese momento cuando hay que dejar que los niños sepan la verdad. Ellos solos os lo dirán si a la pregunta de "¿Los Reyes son los padres?" les contestas "¿Tu que crees?". Y ya esta, fuera dramas, por dios. ¿Donde está la mentira? Yo es que no la veo.
Dicho esto, espero que me lean muchos padres modernos de hoy en día. Que se den cuenta que no solo les están quitando a sus hijos esa "tradición capitalista", sino que mientras le quitan los horrores de esa gran mentira también los azuzan a un mundo tan real que ellos no pueden afrontar por sus propios medios. Que la fantasía y la imaginación están ahí por una razón. Deseando estoy de rebatir todos los argumentos a favor de la tan sobrevalorada "verdad".
miércoles, 1 de enero de 2014
Propósitos de año nuevo
Como cada principio de año, toca hacer la lista de propósitos de año nuevo, así que allá va:
MI PLAN DE VIDA PARA EL 2014
...
Empezar una nueva aventura y comerme el mundo
sábado, 27 de julio de 2013
Cuando un blog crece...
Antes de empezar, me gustaría dar ánimos a todos aquellos que se han visto afectados, de un modo o otro, por la tragedia del tren de Santiago de Compostela. Y también dar las gracias a todos aquellos que han ayudado y han echo que esta tragedia no haya sido aún peor. Y por supuesto, dar gracias a los gallegos, que siempre están ahí, sin llamar la atención, pero en momentos como estos demuestran la grandeza de sus gentes.
Esta es la entrada numero ochenta. Ya me conocéis, sabéis que me gustan los números redondos y que son entradas un tanto raras, o especiales, o fuera de la temática del blog. No iba entonces a ser diferente la entrada ochenta. Hoy os voy a hablar del blog, de lo que se cuece por sus adentros.
Con esto, solo quiero que veáis que Internet es un pañuelo lleno de mocos y la realidad es esa parte donde nos vamos tropezando.
Pero seamos realistas. Esto engancha.
A mi me gusta mucho escribir el blog, pero a veces, tanto tiempo haciendo lo mismo te lleva a querer cambiar, a hacer otras cosas.
Y ahí estaba yo, un día de invierno en el que debería estar estudiando, con un catarro impresionante y escribiendo para el blog. Cuando me dije: "Tengo que poner fotos de las manualidades que hacía con mis niñas. Seguro que a alguna le sirve para hacer cosas con sus niños".
Sabéis que llevo meses dando la lata con que estaba preparando algo. Y es esa gran sorpresa que vengo anunciando a bombo y platillo. Una buena amiga que hice en Alemania no dejaba de repetirme: "En esta vida, todo es renovarse o morir". Siendo fiel a su palabra, yo empiezo nuevos proyectos.
El caso es que esa idea de colgar fotos de manualidades fue gestándose en mi cabecita, y una cosa llevó a la otra, esta a otra más, y a otra... hasta que aterricé en Youtube con muchas ganas y con ninguna idea de edición de vídeo, fotos, audio... A decir verdad no sabia ni abrir el trípode de la cámara. Pero me dije: "Nena, si hace dos años te hubieran dicho que tendrías un blog con un HTML con sus correspondientes CSS montados por ti uno a uno, ¿Te lo habrías creído? Y mira ahora".
Probablemente, si me hubieran dicho eso, hubiese contestado que narices era un HTML y un CSS. Pero el caso es que si pude hacer esto, ¿porque no podía probar con algo nuevo?
Sinceramente no pensaba que la cosa se iba a alargar tanto, pero invito a que cualquiera de vosotras coja una cámara y consiga que no se desenfoque, que haya la luz idónea, que le funcione el micro cuando tiene que funcionar... Las que me conocen saben que esto ha costado sudor y lágrimas.
Este nuevo proyecto, como ya he dicho, son vídeos. Voy a empezar a colgar tutoriales de manualidades, recetas de cocina y juegos, con la intención de que os den ideas para hacer cosas con vuestros niños. Espero poder colgar el primer vídeo pasado este fin de semana, cruzar los dedos, que esto de meterse en el mundillo de los vídeos y Youtube parece fácil, pero no lo es.
Pero hoy os dejo una avanzadilla...
Muchas gracias a todas las que me leéis, las que comentáis, y las que están detrás aguantándome las neuras. No me habría animado a hacer esto si no fuera por todo el apoyo recibido.
Y para terminar, voy a dar un consejo a las chicas que ahora mismo estáis empezando o pensando en empezar un blog, o cualquier cosa parecida:
HUID INSENSATAS! Todavía estáis a tiempo!
martes, 16 de abril de 2013
Mi derecho a pataleta
Esta es la entrada numero 70 del blog. Quien lo iba a decir en su día que esto llegaría tan lejos...
El caso es que, como 70 es un numero redondo, y las cosas especiales siempre se hacen entonces, he decidido que voy a ejercer mi derecho a pataleta. No estaba previsto, no pensaba escribir sobre esto, o al menos, no ahora, pero la situación me ha llevado a ello. Por esta razón, pongámonos serios.
Empezaremos rememorando el pasado...
El blog se inauguró a principios de noviembre del 2011, y aunque ahora cualquiera lo diría, antaño esto era una rareza. Cuando creé esto, las cosas no eran como ahora. Nadie tenía un blog, y si los tenían, no eran conocidos y no había esta "red blogera" de au pairs que hay ahora (de la que por cierto, me gusta formar parte, y si os fijáis en la columna de gadgets de la derecha, hay una lista de blogs que aprovecho para recomendar su lectura. Y si tenéis un blog y no está, es porque no lo conozco, así que hacérmelo saber). Y que sigan escribiendo a día de hoy, estamos esta mujer, esta otra, y yo.
Me encanta la red de apoyo que hay ahora, personalmente es lo que me hubiera gustado encontrar cuando me metí en el mundo au pair, y es ésta una de las razones por las que abrí este blog: demostrarle a la gente que había muchos otros haciendo esto, que no todo era tan malo, que no te maltrataban y no te esclavizaban. Porque antes, chicas, eso era lo que se encontraba por Internet: comentario tras comentario relatando la pesadilla que suponía este trabajo.
El tema es que durante este año y medio que lleva funcionando el blog, me las he visto de todos los colores. Al principio, la mayoría de reacciones de la gente al leerme, gracias a Dios, eran buenas. Después, como es normal, cuanta más gente me seguía, más detractores aparecían. Sinceramente, nunca me imaginé que este espacio, tal y como está escrito y contando las cosas que cuento, podría levantar ampollas. Al inaugurar esto, tenia claro que escribiría con unas normas:
- Primero de todo, un blog anónimo pero accesible, que cualquiera pudiera verse reflejado.
- Segundo: no meterme ni en política, ni en religión, ni en ideologías varias.
- Tercero: hablar de todo con respeto. Con humor, si, pero con respeto. Parece ser que a veces la gente cree hablar de una cosa, es criticarla con todo el desprecio posible, cuando para nada esa es la intención.
Creo, y hacérmelo saber si no es así, que he cumplido con todo esto. A pesar de todo, mucha gente cree que, como no me doy a conocer, no existo y no tengo ni ideas ni opiniones: pero no soy un fantasma, y detrás de todo lo que leéis, hay una persona. Conozco a varias de las chicas que me leen (incluso personalmente) y ellas os podrían contar fácilmente que no me corto un pelo en hablar de temas como política o religión, al contrario, me gusta y disfruto hablando de ello. Soy una persona con unas opiniones muy claras en todos los aspectos. Otro tema es que me parezca bien venir aquí y mezclar todo esto, que no viene a cuento, con el tema del blog. Me siento orgullosa al decir que la gente, en su mayoría, se comporta al comentar. En todo este tiempo, solo he tenido que eliminar dos comentarios, y he tenido que "darle un toque" a otros dos. No censuro ningún comentario, aunque vaya en mi contra o tenga una opinión distinta a lo que he escrito, siempre que se haga desde el respeto.
Un buen día, no recuerdo cuando, me cansé de que la gente me preguntara cosas personales (suyas, no mías) o cosas relacionadas con ser au pair en los comentarios del blog. Y no me cansé porque no quiera responder a la gente; me harté porque a veces eran temas que a mi no me parecía que pudiera explicar bien en un comentario, o temas que, por falta de información por parte de la otra persona, no sabia que responder. Entonces tuve la genialidad de abrir una cuenta de correo electrónico para que la gente se pudiera poner en contacto conmigo si necesitaban ayuda. La cuenta, para quien no la conozca, es esta (apagayvamonosdeaupair@gmail.com), y la publiqué en la barra lateral de gargets, donde a día de hoy todavía se puede ver. Al principio, este correo cumplió el objetivo de ser un recurso para las chicas o chicos que buscaban ayuda. Y hasta hoy, siempre que me ha mandando una duda (decente), he echo todo lo posible para ayudarle.
Y ahora, señores, es cuando empieza mi derecho a pataleta.
A día de hoy, esta dirección parece el Sálvame Deluxe. Al igual que al gente respetuosa comenta en mi blog, el resto me manda e-mails. No creo haberle faltado el respeto a nadie como para tener casi cada día un e-mail metiéndose con la entrada de turno o con mi persona.
He llegado a la conclusión de que hay 6 tipos de correos (de los cuales explicaré ejemplos):
- Los normales (que aviso ahora, son los ÚNICOS que a partir de ahora me dedicare a contestar o a tenerlos en cuenta).
Estos, últimamente, escasean. Son de chicas y chicos que no saben por donde empezar con esto de ser au pair, o que tienen dudas respecto a algunas cosas una vez están ahí, o simplemente quieren información o charlar un rato conmigo para contarme su experiencia. Aprovecho para decir que cualquiera que me quiera mandar un correo así, estaré encantada de leerlo y le contestare lo más rápido que pueda.
- Los del "Pues yo más"
Creo que no hace falta contar mucho. No intento competir con nadie. Una chica me mando un correo, muy enfadada ella, porque decía que dramatizaba el tema de cuando le quité el pañal a mi HK de dos años. Que ella tenia unos trillizos de esa edad (no se si como au pair, o como madre) y que lo suyo, era muuuucho peor y no se iba "quejando por ahí". Entenderme, me la trae al pairo que ella vaya nadando en mierda, yo no aspiro a ser la que más "ha sufrido". Al contrario, intento pasármelo bien en cualquier situación. Y también creo que alguien debería explicarle a esta gente que hay una gran diferencia entre que yo lo cuente aquí con un toque de humor, a que, en el momento en que pasó, eso me hiciera alguna gracia. ¿Os pensáis que fue muy divertido para mi comer con la niña cagando a mi lado?¿O que me hizo gracia que a la niña le viniera la regla cuando estaba yo sola con ella? Para nada, pero creo que un toque de humor en la vida, no está de más. Y repito, me da igual que alguien este "peor que yo", no tengo ninguna ilusión por recibir un premio a la más puteada, que lo gane otro.
- Los de "eres retrasada"
Los que mandan estos correos suelen ser entes superiores a los cuales cuidar un niño les resulta tan fácil y tan normal, que creen que a mi me pasan todas estas cosas porque soy retrasada. Y digo retrasada porque es la palabra que más suelen utilizar en sus correos para referirse a mi. Os voy a hacer una lista de, según ellos, algunas las razones por las cuales soy retrasada:
- Porque no se llevar a la niña hasta el baño.
- Porque no se darle de comer a la niña.
- Porque me creo "todas las tonterías que me dicen" (este se refería a la entrada en la que critiqué a un medico homeópata)
- Porque tu alemán es pésimo (como si me hubiera visto hablar/escribir en alemán. O voy a ir más allá, como si fuera tan simple aprender alemán)
- Porque soy una niñata. Tal cual la frase: "Eres una niñata retrasada y consentida".
- Porque no se cuidar ni de un perro. Preguntemos al perro que tenia mi familia de Alemania, seguro que le daba malas referencias de mi.
Etc. Creo que la idea ha quedado clara. A toda esta gente, les digo que seré muy retrasada, pero que estoy segura que lo único que les pasa, es que les corroe la envidia por algo que, sinceramente, desconozco.
- Los que se creen que soy Supernanny
No soy supernanny. Es más, me atrevería a decir que mis métodos educativos son un tanto dudosos, a la vista esta en este blog. Pero, para la desilusión de muchos, me funcionan. Pido perdón por ello también. Y por eso mismo, me han llegado e-mails preguntado como cuidar a los niños. Vamos a ver, criaturas. Eres au pair, algo has de saber, digo yo. Yo no tengo ningún problema en responder un mensaje si me preguntáis por alguna duda especifica, creo que entre todos podemos echarnos una mano. Pero no me mandéis e-mails al más puro estilo madre histérica con el típico "mi niño no me come", porque no voy a saber que contestaros. ¿ Podéis entender eso? Tengo 20 años, no soy la voz de la experiencia, y menos en técnicas educativas. El colmo fue una que, intentando imitarme, empezó a chillar con sus respectivos retoños eso de "UNA RATAAA!!", y después, muy ofendida, me mandó un correo diciéndome que eso es una mentira y que no sirve de nada. Increíble.
- Los de aspirantes un tanto peculiares
Si quieres ir a USA a vengarte de tu exnovio, o a Alemania para huir a las 3 semanas de la familia y quedarte como ilegal, o quieres huir de tu familia porque estas embarazada, no me mandes correos preguntándome cual es la forma más rápida de ser au pair. Y sobre todo, no te cabrees si te contesto respondiéndote que te quedes en tu casa por el bien común. Enserio, no vale la pena, no os canséis.
- Los que me discuten de política o de ideología.
Soy catalana. Eso no es un problema para nadie hasta que oh! sorpresa! un día alguien comenta en mi blog en catalán y oh! pecado mortal! Yo les respondo en catalán. Y claro esta, me hacen conocedora de toda su indignación en un correo electrónico Para empezar, creo que tengo todo el derecho del mundo en expresarme en el idioma que me salga de las narices. ¿Que te indigna porque "no entiendo una mierda"? Mira... Si tan cotilla eres, vete a google que seguro que encuentras traductores estupendos. Estoy segura que si en vez de catalán fuera alemán o inglés, nadie diría nada. Si tanto odio tienes al catalán, hay muchos otros blogs para visitar que no sean el mio.
Después están los que me discuten ideologías, cuando ni siquiera he opinado sobre ellas. En lo que va de año, me han tachado de antialemana, aunque curiosamente también de nazi y fascista (si, yo también aluciné), de "portera de barrio", de homofóbica... Y un largo etc.
Imagino que a estas alturas entendéis mi mala leche. Y aunque a veces la gente olvide que este es MI blog, y que puedo hacer con él lo que me de la gana, espero que la gente asidua que lo lee (y que imagino, para nada esperaba esto), me perdone por esta salida de tono, pero llega un momento en que a una se le hinchan las narices.
Como despedida, voy a dar un aviso. O que narices, nada de avisos, esto es una amenaza en toda regla. Hasta ahora me he dedicado a borrar todos los correos de este tipo antes/durante/después de leerlos. Os advierto que a partir de ahora, no voy a ser tan benévola: si no queréis vuestro correo publicado en toooodas las webs de contactos, webs pornográficas, o lo que se me ocurra en ese momento... dejar de mandar correos de este estilo. Avisados estáis.
El caso es que, como 70 es un numero redondo, y las cosas especiales siempre se hacen entonces, he decidido que voy a ejercer mi derecho a pataleta. No estaba previsto, no pensaba escribir sobre esto, o al menos, no ahora, pero la situación me ha llevado a ello. Por esta razón, pongámonos serios.
Empezaremos rememorando el pasado...
El blog se inauguró a principios de noviembre del 2011, y aunque ahora cualquiera lo diría, antaño esto era una rareza. Cuando creé esto, las cosas no eran como ahora. Nadie tenía un blog, y si los tenían, no eran conocidos y no había esta "red blogera" de au pairs que hay ahora (de la que por cierto, me gusta formar parte, y si os fijáis en la columna de gadgets de la derecha, hay una lista de blogs que aprovecho para recomendar su lectura. Y si tenéis un blog y no está, es porque no lo conozco, así que hacérmelo saber). Y que sigan escribiendo a día de hoy, estamos esta mujer, esta otra, y yo.
Me encanta la red de apoyo que hay ahora, personalmente es lo que me hubiera gustado encontrar cuando me metí en el mundo au pair, y es ésta una de las razones por las que abrí este blog: demostrarle a la gente que había muchos otros haciendo esto, que no todo era tan malo, que no te maltrataban y no te esclavizaban. Porque antes, chicas, eso era lo que se encontraba por Internet: comentario tras comentario relatando la pesadilla que suponía este trabajo.
El tema es que durante este año y medio que lleva funcionando el blog, me las he visto de todos los colores. Al principio, la mayoría de reacciones de la gente al leerme, gracias a Dios, eran buenas. Después, como es normal, cuanta más gente me seguía, más detractores aparecían. Sinceramente, nunca me imaginé que este espacio, tal y como está escrito y contando las cosas que cuento, podría levantar ampollas. Al inaugurar esto, tenia claro que escribiría con unas normas:
- Primero de todo, un blog anónimo pero accesible, que cualquiera pudiera verse reflejado.
- Segundo: no meterme ni en política, ni en religión, ni en ideologías varias.
- Tercero: hablar de todo con respeto. Con humor, si, pero con respeto. Parece ser que a veces la gente cree hablar de una cosa, es criticarla con todo el desprecio posible, cuando para nada esa es la intención.
Creo, y hacérmelo saber si no es así, que he cumplido con todo esto. A pesar de todo, mucha gente cree que, como no me doy a conocer, no existo y no tengo ni ideas ni opiniones: pero no soy un fantasma, y detrás de todo lo que leéis, hay una persona. Conozco a varias de las chicas que me leen (incluso personalmente) y ellas os podrían contar fácilmente que no me corto un pelo en hablar de temas como política o religión, al contrario, me gusta y disfruto hablando de ello. Soy una persona con unas opiniones muy claras en todos los aspectos. Otro tema es que me parezca bien venir aquí y mezclar todo esto, que no viene a cuento, con el tema del blog. Me siento orgullosa al decir que la gente, en su mayoría, se comporta al comentar. En todo este tiempo, solo he tenido que eliminar dos comentarios, y he tenido que "darle un toque" a otros dos. No censuro ningún comentario, aunque vaya en mi contra o tenga una opinión distinta a lo que he escrito, siempre que se haga desde el respeto.
Un buen día, no recuerdo cuando, me cansé de que la gente me preguntara cosas personales (suyas, no mías) o cosas relacionadas con ser au pair en los comentarios del blog. Y no me cansé porque no quiera responder a la gente; me harté porque a veces eran temas que a mi no me parecía que pudiera explicar bien en un comentario, o temas que, por falta de información por parte de la otra persona, no sabia que responder. Entonces tuve la genialidad de abrir una cuenta de correo electrónico para que la gente se pudiera poner en contacto conmigo si necesitaban ayuda. La cuenta, para quien no la conozca, es esta (apagayvamonosdeaupair@gmail.com), y la publiqué en la barra lateral de gargets, donde a día de hoy todavía se puede ver. Al principio, este correo cumplió el objetivo de ser un recurso para las chicas o chicos que buscaban ayuda. Y hasta hoy, siempre que me ha mandando una duda (decente), he echo todo lo posible para ayudarle.
Y ahora, señores, es cuando empieza mi derecho a pataleta.
A día de hoy, esta dirección parece el Sálvame Deluxe. Al igual que al gente respetuosa comenta en mi blog, el resto me manda e-mails. No creo haberle faltado el respeto a nadie como para tener casi cada día un e-mail metiéndose con la entrada de turno o con mi persona.
He llegado a la conclusión de que hay 6 tipos de correos (de los cuales explicaré ejemplos):
- Los normales (que aviso ahora, son los ÚNICOS que a partir de ahora me dedicare a contestar o a tenerlos en cuenta).
Estos, últimamente, escasean. Son de chicas y chicos que no saben por donde empezar con esto de ser au pair, o que tienen dudas respecto a algunas cosas una vez están ahí, o simplemente quieren información o charlar un rato conmigo para contarme su experiencia. Aprovecho para decir que cualquiera que me quiera mandar un correo así, estaré encantada de leerlo y le contestare lo más rápido que pueda.
- Los del "Pues yo más"
Creo que no hace falta contar mucho. No intento competir con nadie. Una chica me mando un correo, muy enfadada ella, porque decía que dramatizaba el tema de cuando le quité el pañal a mi HK de dos años. Que ella tenia unos trillizos de esa edad (no se si como au pair, o como madre) y que lo suyo, era muuuucho peor y no se iba "quejando por ahí". Entenderme, me la trae al pairo que ella vaya nadando en mierda, yo no aspiro a ser la que más "ha sufrido". Al contrario, intento pasármelo bien en cualquier situación. Y también creo que alguien debería explicarle a esta gente que hay una gran diferencia entre que yo lo cuente aquí con un toque de humor, a que, en el momento en que pasó, eso me hiciera alguna gracia. ¿Os pensáis que fue muy divertido para mi comer con la niña cagando a mi lado?¿O que me hizo gracia que a la niña le viniera la regla cuando estaba yo sola con ella? Para nada, pero creo que un toque de humor en la vida, no está de más. Y repito, me da igual que alguien este "peor que yo", no tengo ninguna ilusión por recibir un premio a la más puteada, que lo gane otro.
- Los de "eres retrasada"
Los que mandan estos correos suelen ser entes superiores a los cuales cuidar un niño les resulta tan fácil y tan normal, que creen que a mi me pasan todas estas cosas porque soy retrasada. Y digo retrasada porque es la palabra que más suelen utilizar en sus correos para referirse a mi. Os voy a hacer una lista de, según ellos, algunas las razones por las cuales soy retrasada:
- Porque no se llevar a la niña hasta el baño.
- Porque no se darle de comer a la niña.
- Porque me creo "todas las tonterías que me dicen" (este se refería a la entrada en la que critiqué a un medico homeópata)
- Porque tu alemán es pésimo (como si me hubiera visto hablar/escribir en alemán. O voy a ir más allá, como si fuera tan simple aprender alemán)
- Porque soy una niñata. Tal cual la frase: "Eres una niñata retrasada y consentida".
- Porque no se cuidar ni de un perro. Preguntemos al perro que tenia mi familia de Alemania, seguro que le daba malas referencias de mi.
Etc. Creo que la idea ha quedado clara. A toda esta gente, les digo que seré muy retrasada, pero que estoy segura que lo único que les pasa, es que les corroe la envidia por algo que, sinceramente, desconozco.
- Los que se creen que soy Supernanny
No soy supernanny. Es más, me atrevería a decir que mis métodos educativos son un tanto dudosos, a la vista esta en este blog. Pero, para la desilusión de muchos, me funcionan. Pido perdón por ello también. Y por eso mismo, me han llegado e-mails preguntado como cuidar a los niños. Vamos a ver, criaturas. Eres au pair, algo has de saber, digo yo. Yo no tengo ningún problema en responder un mensaje si me preguntáis por alguna duda especifica, creo que entre todos podemos echarnos una mano. Pero no me mandéis e-mails al más puro estilo madre histérica con el típico "mi niño no me come", porque no voy a saber que contestaros. ¿ Podéis entender eso? Tengo 20 años, no soy la voz de la experiencia, y menos en técnicas educativas. El colmo fue una que, intentando imitarme, empezó a chillar con sus respectivos retoños eso de "UNA RATAAA!!", y después, muy ofendida, me mandó un correo diciéndome que eso es una mentira y que no sirve de nada. Increíble.
- Los de aspirantes un tanto peculiares
Si quieres ir a USA a vengarte de tu exnovio, o a Alemania para huir a las 3 semanas de la familia y quedarte como ilegal, o quieres huir de tu familia porque estas embarazada, no me mandes correos preguntándome cual es la forma más rápida de ser au pair. Y sobre todo, no te cabrees si te contesto respondiéndote que te quedes en tu casa por el bien común. Enserio, no vale la pena, no os canséis.
- Los que me discuten de política o de ideología.
Soy catalana. Eso no es un problema para nadie hasta que oh! sorpresa! un día alguien comenta en mi blog en catalán y oh! pecado mortal! Yo les respondo en catalán. Y claro esta, me hacen conocedora de toda su indignación en un correo electrónico Para empezar, creo que tengo todo el derecho del mundo en expresarme en el idioma que me salga de las narices. ¿Que te indigna porque "no entiendo una mierda"? Mira... Si tan cotilla eres, vete a google que seguro que encuentras traductores estupendos. Estoy segura que si en vez de catalán fuera alemán o inglés, nadie diría nada. Si tanto odio tienes al catalán, hay muchos otros blogs para visitar que no sean el mio.
Después están los que me discuten ideologías, cuando ni siquiera he opinado sobre ellas. En lo que va de año, me han tachado de antialemana, aunque curiosamente también de nazi y fascista (si, yo también aluciné), de "portera de barrio", de homofóbica... Y un largo etc.
Imagino que a estas alturas entendéis mi mala leche. Y aunque a veces la gente olvide que este es MI blog, y que puedo hacer con él lo que me de la gana, espero que la gente asidua que lo lee (y que imagino, para nada esperaba esto), me perdone por esta salida de tono, pero llega un momento en que a una se le hinchan las narices.
Como despedida, voy a dar un aviso. O que narices, nada de avisos, esto es una amenaza en toda regla. Hasta ahora me he dedicado a borrar todos los correos de este tipo antes/durante/después de leerlos. Os advierto que a partir de ahora, no voy a ser tan benévola: si no queréis vuestro correo publicado en toooodas las webs de contactos, webs pornográficas, o lo que se me ocurra en ese momento... dejar de mandar correos de este estilo. Avisados estáis.
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