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jueves, 19 de enero de 2017

Me gusta Marta como novio

Ejem... Hola.

Soy lo peor, lo sé, he dejado esto bastante de lado últimamente. En mi defensa, diré que tengo muchas excusas y muy buenas.

Antes que nada, a toda la gente que me pregunta continuamente si ya me he ido a USA, si me voy a ir al final, si me va bien... En definitiva, que os dejé con al intriga, así que antes de escribir nada más, os cuento un poco sobre este tema:

- Si, me voy a ir a USA.
- No, no se que día exacto, pero será en verano, en agosto.
- Si, no me voy antes por distintos temas, principalmente por el trabajo y la universidad.
- No, todavía no tengo familia, pero ya estoy metida hasta la nuca con una agencia.
- Si, os contaré cuando haya novedades.
- No, no os voy a contar como he hecho el papeleo, ni los tramites de la agencia, ni nada parecido: mucha gente ya ha escrito sobre eso, y no me parece necesario a estas alturas. Os iré contando como me va la cosa, pero no creo que me extienda lo suficiente como para hacer entradas en el blog, así que lo haré en Facebook (tenéis un botoncito en la columna de la derecha, para darle a me gusta si queréis estar enteradas de todo).
- Si, os presentaré a mi familia cuando la tenga, pero...
- ... no, no os voy a contar el proceso de selección de la familia. Simple y llanamente, me da pereza. Os iré contando por Facebook.

Dicho todo esto, gracias a todas y todos los que me han ido preguntando todo este tiempo que como me iba la cosa. Sois un gran apoyo.

Ahora, a lo que venia.

Hace unas semanas publiqué esto en Facebook:


Estoy INDIGNADA. Me han llegado mensajes con los que he alucinado, que no os copiaré aquí porque no quiero ese tipo de mierda ensuciando mi blog.

Trabajo con niños y hablo mucho con ellos, y me sentí muy muy mal por esa niña por varios motivos, el principal, es que es una lástima que esa niña no sepa que puede tener NOVIA.
Todo esa situación me hizo pensar mucho, porque al fin y al cabo, que esto sea así es culpa nuestra, de los adultos. Somos nosotros los que metemos a los niños, desde que nacen, en un armario, y después les decimos (hablo obviamente, de la gente civilizada, no de los despojos sociales) que no pasa nada si salen de él.

Y digo yo, ¿no seria más fácil no meter a los niños en ese armario?

Con los adolescentes, hace tiempo que hago esto, que quito todo armario de su vocabulario. Cuando me preguntan si tengo novio (lo preguntan siempre, los muy cansinos) les respondo un alto y claro ¿Y si tengo novia?. Aquí hay tres posibilidades de respuesta:
a) Que se queden muertos y no te pregunten más
b) Que te pregunten "¿eres lesbiana?"
c) Que te pregunten "¿tienes novia?".

En el primer caso, los dejo en paz, tarde o temprano vienen y te hacen la pregunta B o C. En el segundo caso, les digo que "quizá si, quizá no, quien sabe". En el tercer caso, les respondo "Y si tengo novio?".

Con todo esto busco que los niños no den por sentado la sexualidad de nadie. Y oye, lo consigo, porque al final te preguntan un buen "¿tienes novio o novia?". O bien, "¿Tienes pareja?". También es verdad, que consigues tener una charla con ellos sobre la libertad de orientación sexual y de que deberían hablar en neutro (cambiar novio por "novio o novia", "pareja"), porque nunca saben si pueden hacerle daño a alguien, o obligar a alguien a ocultar su sexualidad si no está preparado para decirlo en alto. En cualquier caso, respetar a la persona.

Pero claro, esto lo hacía con adolescentes. Y el problema está con los niños. Cuando les decimos que si tienen un novio, nos parece muy graciosa la reacción de los niños, pero ya les estamos inculcando cosas que, a la larga, quizá hacen que su vida pase por una etapa bastante oscura. Y será todo por nuestra culpa. Así que como tengo la suerte de trabajar en un sitio donde se promueve la igualdad en todos los aspectos (racial, de orientación sexual, y de género), lo hablé con mis compañeros y ahora hacemos lo mismo con los niños, sean de la edad que sean.

Muchos padres no hablan de homosexualidad con sus hijos porque creen que son demasiado pequeños para "exponerlos" a todo esto. Esta actitud me parece simplemente vergonzosa, porque cuando ese hijo suyo se encuentre a un niño en clase que tenga dos mamás, ¿Que hará? No lo entenderá, y no es responsabilidad de ese niño explicarle a otro porqué tiene dos mamás, sino que es culpa de los padres, que nunca le han enseñado que eso es algo normal y posible. Suelen ser los mismos que cuando ven que su hijo se ha puesto un tutú, dicen algo parecido a "Mira, se ha vestido de NIÑA". No, no se ha vestido de niña, se ha vestido de niño con un tutú. PUNTO.

La homofobia se cura desde la cuna. Los estereotipos de género también. Nunca es demasiado pronto para enseñarle a tu hijo que es normal y que no, porque nunca sabes si ese hijo tuyo al cual no quieres exponer a nada porque pobrecito, es muy pequeño para eso, el día de mañana pasara los peores años de su vida ocultando su homosexualidad porque no sabe si tu lo vas a seguir queriendo o no.

lunes, 19 de octubre de 2015

Momentos trascendentales de alimentar a un bebé

Nunca había cuidado a un bebé tanto tiempo seguido ni tantas horas al día. Cuando empecé como nanny, trabajaba part time, mi niño tenía solo 3 meses, no aguantaba la cabeza y era calvo (más que clavo, era una cabeza con mechones de pelo graso y caspa gorda, también llamada crosta láctea). Ahora acaba de cumplir los 10 meses, estoy con él de 9 a 5, su melenita rubia con kiki incluido es envidiable y está echando a andar. Después de este tiempo, me veo en la obligación de sacar a la luz todo lo que llevo escrito sobre él, las aventuras y desventuras que hemos pasado y los momentos que hemos vivido.

Voy a empezar explicando los momentos alimenticios más... mira, que mejor os pongo una imagen para definirlos:


Todo empieza cuando que el niño, con 4 meses, aprende que su comida esta en las tetas. En cualquier tipo de tetas. Así, sin criterio, sean las de su madre o las de la panadera. Y claro, tu, como mujer, también las tienes. Un buen día de junio, el bebé se despierta de una siesta de dos horas y media con un hambre voraz, berrea y berrea incluso antes de abrir los ojos, y tu, solícita, lo llevas a la cocina para preparar el biberón. Pero su desesperación es mayor que eso, y decide tomarse la justicia por su mano, agarrándote del cuello de la camiseta como si no hubiera un mañana mientras que ya empieza a adquirir un color rojizo-amoratado y llora mientras se desgañita gritando. En esta situación, el electricista que casualmente está renovando la electricidad de la casa decide entrar en dicha cocina y te encuentra con un Gremlin rojo y chillón cogido con sus dos manitas al cuello de tu camiseta, que ya está al borde de romper costuras, mientras tu intentas mantener la dignidad, con media teta fuera y estirando del niño en horizontal intentando apartarlo de ti.

Pero no hay dolor, queridas, piensas. De situaciones más rocambolescas se han echo guiones de películas porno, así que si no consigo sacarme la carrera siempre me puedo dedicar a la escritura.

Pero ahí no termina todo. Llega un día en que empieza a comer papillas. Tu vas por la cocina preparándolas tranquilamente mientras él se entretiene chupándole la oreja al perro, cogiendo cada una de las pelusas del suelo y metiéndoselas en la boca, poniendo los dedos en los enchufes y todas esas cosas que hacen los bebés cuando ganan movilidad.

Hierves la zanahoria y las judías verdes, le quitas una pelusa gorda de la boca al niño, descongelas la leche materna, corres porque ves al niño tirando del cable de la nevera, pones a hervir las dos lonchas de pechuga de pollo con un poco de aceite, decides no tentar más a la suerte y metes el niño al parque, trituras las verduras, vuelves a meter el niño al parque porque se ha escapado, trituras la pechuga de pollo, amordazas al niño en la trona, sacas el arroz en polvo del armario, mezclas bien el arroz con la leche materna, lo mezclas con las verduras y el pollo triturado, vas corriendo a por el niño porque ha conseguido alcanzar una revista y se la está comiendo, vuelves a por el bol de papilla, metes el dedo meñique para comprobar que no esté muy caliente, te metes el dedo en la boca...

Un momento. Te has metido papilla en la boca. Papilla con arroz en polvo que has preparado con leche. Leche MATERNA. Y no materna de cualquier teta no, MATERNA DE LAS LAS TETAS DE TU JEFA.


Adiós mundo cruel. Nunca volverás a mirar a tu jefa a los ojos sin pensar: me he metido tu leche en la boca.

Pero no te da tiempo a reflexionar mucho sobre este echo ya que el bebé en cuestión empieza a pedir comida a gritos, porque otra cosa no, pero el ansia de comer de ese niño no es ni medio normal. Tan rápido traga, que antes de que puedas volver a llenar la cuchara ya esta gritando pidiendo que le llenes los mofletes de nuevo. Eso se convierte en una carrera entre el tragando y yo llenando la cuchara y metiéndosela en la boca antes de que grite de nuevo. Empecé a dejar tropezones en la papilla para ver si masticaba y comía más despacio. Os hago saber que no ha funcionado.

Toda historia termina, y esta lo hace del mismo modo que lo hace la comida al recorrer todo nuestro cuerpo: el final oscuro. No podíamos hablar de comida sin hablar de caca, esto es así.

El asunto es que tal y como come, caga. Es decir: mucho y en cantidad. Pero no os preocupéis, no señor. El problema no está en cuando caga, el problema está cuando no lo hace. Todo empieza cuando su madre te dice antes de irse "Esta mañana no ha echo caca". Cuando oyes ese temido "He didn't poop", te tranquiliza saber que no hay mucho en esa barriguita. Pero cuando pasa el día y sigue sin haber rastro de la esperada caca, la cosa empieza a preocupar. Al volver al día siguiente y enterarte de que sigue sin haber soltado el monstruo, empieza el juego. Un horrible juego en turnos de ocho horas en las que deseas que no te toque a ti, entregando al niño al siguiente desafortunado como si de una bomba de relojería se tratara, agradeciendo que no ha explotado contigo, porque sabes que cuando lo haga...

El espectáculo será dantesco.


lunes, 7 de octubre de 2013

¿Mamá, eres tú?… y otras formas de que crean que eres la madre de tus Hostkids

¿Quieres sentirte como en “16 and pregnant”? Hazte au pair.

Así de simple. Si perfeccionas la técnica de ser buena au pair, no va a haber madre en el parque que no crea que no eres la madre del churumbel al que traes. No quiero ser alarmista, pero esto os va a pasar demasiadas veces, sobretodo si los niños son pequeños.

No hay que sufrir anticipadamente, ahora ya sabéis que os va a pasar: como mucho oiréis cotilleos a vuestro alrededor, os llevareis una mirada de desaprobación, y posiblemente tendréis una conversación de besugos con algún que otro curioso que terminará contigo negando la paternidad del niño en cuestión, alegando que vuestro parecido es lo que un huevo a una castaña. No hay más. Pero las situaciones que se dan son, si más no, graciosas.

La primera vez que me pasó esto me pilló completamente por sorpresa. Estaba en la cola de la biblioteca con la pequeña esperando para devolver un libro de la niña mayor, cuando detrás nuestro llegaron una madre con una niña, la cual no conocía pero se me hacia familiar. En un momento dado, oigo a la niña que le dice a su madre: “Mira mamá, ésta es la mamá de La Mediana”. Yo estaba de espaldas a ellas, así que no me iba a girar al más puro estilo “Holaaaa... Os estaba escuchando”; no me quedó más que oír a la madre decirle a la niña: “Y cuantos años tiene La Mediana?” Y a la niña contestándole: “Como yo”. Vaya, unos 5 años.
No me hizo falta girarme para saber que la cara de “Madre-del-amor-hermoso” que la mujer había puesto no era ni medio normal.

Por otro lado, tampoco me extraña. Yo por aquel entonces tenia 19 años, edad que por cierto, no aparento, más bien apunto a la baja. A mi me dicen que una persona que así a simple vista aparenta ser muy joven, tiene dos niños de 5 y 2 años y como poco me sorprendo.

Tampoco olvidaré nunca el día que la madre me pidió que si por favor, podía pasarme a comprar unos bodys al H&M porque el único que había era el que la niña llevaba puesto (habíamos tenido un percal con la secadora nueva y los bodys y leotardos quedaron tamaño recién nacido). Así que la menda, llena de valor, se fue al centro con La Pequeña un martes por la mañana a hacer una visita rapida al H&M de turno.
Al llegar ahí, y mientras yo buscaba bodys que no fueran rosa pasión o con ponis brillantes, la niña se dedicaba a esconderse detrás de un pantalón de pre-mamá y a decir “Bip! Bip!”. En un momento dado, la niña me perdió de vista (estaba yo a 2 metros de ella, pero me perdió de vista) y al ver una señora de espaldas, le dijo “¿Mama?”. Al ver que no era ella se asustó y empezó a hacer pucheros. La cogí en brazos, a lo que la niña dijo “Mamaaaaaaa”, porque es lo que siempre decía cuando hacia pucheros. Bueno, no creo que haga falta que os explique que toooodo H&M se pensó que la niña era mía. Y sinceramente, no lo desmentí cuando las abuelas que se acercaron a decirle cosas a la niña me dijeron “Que hija más guapa tienes”; me era más fácil sonreír y asentir, coger los bodys y largarme que negarlo todo y explicar a medio H&M lo que era una au pair.

Pero sin duda, el momento que más me gusta por dulce y por carismático es del día que fui a recoger a La Pequeña de la guardería y una de las madres me sonrió, se giró y le dijo a la niña:

- Que bien que hoy te ha venido a recoger tu mamá- Y añadió, al ver la cara de confusión de la niña: - ¿Que no es tu mamá?
- Neeein – Añadió ella todo convencida.
- ¿Es tu hermana? - Siguió la mujer.
- Nein... - Dijo la niña mirándome con cara de esta-tia-es-tonta. La mujer, ya a la desesperada añadió:
- Entonces será tu prima!

Y mi niña, con todo el salero del mundo, le soltó:

- Nein, sie ist meine Sa-íra! (“No, ella es mi Sa-íra!”, que así pronunciaba mi nombre la niña, Sa-íra... y no, no me llamo Zaira).

Porque chicas, vamos a ver... ¿Quien no tiene una Sa-íra en casa?

viernes, 12 de julio de 2013

La amiguita fantasma

Es un caso digno de estudio la capacidad de las au pairs para quedar como gilipollas con esa facilidad que solo nosotras tenemos. Que si, que muchas veces es culpa del idioma. Que también, otras veces es culpa de que los niños o los padres no se explican bien. Pero vamos a reconocerlo, desde el momento en que te haces au pair, la capacidad de meter la pata aumenta considerablemente. Y cuando se juntan todos esos factores, es cuando pasan situaciones como la que os voy a contar ahora.

Un nublado viernes de Mayo, mi niña mediana llegó del Kindergarten toda ilusionada diciendo que “Iiiivi” (tal cual pronunciado) iba a venir a casa a pasar la próxima semana. De lunes a viernes. Enteros. Para que nos entendamos; con noche incluida. Una vez superada la arritmia que esa afirmación me provocó, fui interrogando a la niña paso a paso. Despacito, para enterarme bien de los detalles. Y gracias a esa mezcla de castellano y alemán que la niña hablaba, entendí y deducí que esa tal “Iiiivi” era una compañera del Kindergarten, muy amiga suya (y al parecer de todos), que de vez en cuando venia a pasar unos días en casa, así en plan intercambio de niños, y que durante esa semana se hacían fotos para después contar lo que habían echo juntas delante de los otros niños.

A mi me extrañó, pero después de 5 meses en Alemania, cosas más raras había visto.

El caso es que ese fin de semana apenas vi a la familia, porque tanto ellos como yo teníamos planes. Pero el domingo por la noche, me crucé con los padres por la cocina a eso de las 11 de la noche y les solté un: “Mañana viene “Iiiivi” a pasar aquí UNA SEMANA ENTERA”.

Parece ser que ni el padre ni la madre notaron el temblor de mis manos o el pánico en mi voz, y tal panchos empezaron con comentarios del nivel de: “Ah, si, la mediana nos lo ha contado!”, “La ultima vez que vino “Iiiivi” nos lo pasamos muy bien”, “A la mediana le encanta que “Iiiivi” venga a casa”. Me pareció de una pachorra impresionante que me empaquetaran a otro niño así, de sopetón, una semana entera. Pero tal era la felicidad con la que hablaban de la susodicha “Iiiivi”, que cualquiera les decía nada.

Así me pasé yo la noche del domingo, pensando en la semana que me esperaba. Rezando para que “Iiiivi” ya fuera sola al baño, que comiera bien, y que por dios, no fuera uno de esos amigos terroristas que frecuentaban la casa. También me preguntaba como narices reaccionaria la madre de esa tal “Iiiivi” al ver que la que cuidaría a su niña era una española de 19 años que ni siquiera hablaba el idioma de forma decente.

Y el temido lunes llegó. Y yo preparé comida para 4 niñas, hice la cama de abajo de la litera de mi niña, pensé juegos para entretener a la pequeña para que no molestara a la mediana y a “Iiiivi”, dado que esta parecía tener una obsesión con esa niña desconocida.
A la 1 del mediodia, me tragué todo el miedo y me encaminé de la mano de la pequeña hacia el Kindergarten para recoger a la mediana y al plus que esa semana iba a tener en casa. Al llegar, y mi niña salió toda feliz, con un “Venga, vamos”.
Aquí ya me empezaba a oler que algo no iba bien. ¿Tanto hablar de la amiguita fantasma, y ahora se olvidaba de ella?

- Espera, que falta “Iiiivi”- Le medio grité a la mediana.

La niña me miró con cara de pero-que-dices-especie-de-tarada-mental, y yo, toda convencida, me giré hacia la profesora y le dije, con mi alemán macarrónico:

- Entschuldigung, wo ist Iiiivi? (malamente: Perdone, donde esta Iiiivi?)

La mujer levantó la ceja y de toda la parrafada que me soltó, solo entendí una palabra: “Rucksack” (mochila). Lo primero que pensé es que no había entendido nada, cosa bastante frecuente. Es decir, ¿de que mochila me hablaba ahora?¿Que Iiiivi esta yendo a buscar su mochila?¿Que a mi niña le faltaba una mochila? ... Así que le dije un inocente: 

- Wie bitte? (¿Como?)

A lo que la mujer, levantando más la ceja si a caso eso era posible, llamó a mi niña, abrió su mochila, y para mi asombro sacó esto:

Os presento a la famosa Iiiivi (también conocida como Eva), la mascota de la clase, en ese momento echándose una buena siesta después de comer.

Por si no os habéis fijado, es un peluche. Un maldito cerdo de peluche. Y hasta donde yo se, ni siquiera en Alemania los peluches comen, o molestan, o hablan, o duermen en la perfecta cama que esa mañana había echo.

Así que mi cara pasó del asombro a algo parecido a esto:


Por pura vergüenza, no les conté semejante confusión a los padres hasta pasados varios meses. Ese día el perro comió una buena ración de puré con "cocretas", deshice la cama y volví a meter las sabanas en el armario. Y aquí paz y después gloria.

Moraleja

Siempre, siempre, siempre, si os dicen que algo, o alguien, pasará una semana entera en casa, PREGUNTAR. Si algo os parece raro, PREGUNTAR. Incluso si no os parece raro, PREGUNTAR. Que no os pase como a mi, que en vez de salirme rana, me salió cerdo.


viernes, 10 de mayo de 2013

Buenas ideas

Diccionario Aupair-Familia/Familia-Aupair:
Búsqueda: Buena idea
Significado: Idea de mierda se mire por donde se mire.
Sinónimos: Idea genial, "Se nos ha ocurrido una cosita", "Esto te va a gustar"...

Después de esta pequeña explicación del idioma aupairil, me dispongo a contaros la mejor Buena Idea (así, en mayúsculas) de mi familia alemana.
Todo empezó a finales de Octubre. Donde yo vivía, el carnaval de celebra por todo lo alto (como muestra, un botón). Empieza el día 11 de Noviembre y termina en Febrero. Si, así como lo leéis. 

El caso es que yo, al llegar en Enero a Alemania, viví primero la clausura del carnaval. Y la clausura y el pistoletazo de salida no tienen nada que ver (según los alemanes, claro, porque como persona normal, tu sigues viendo solo borrachos disfrazados y wurst por todos lados). Descubres que hagas lo que hagas y vistas lo que vistas, aparecerá alguien con un tanga rosa brillante que ira mucho más borracho y mucho más ridículo que tu. 

Volviendo a finales de Octubre, un buen día, hablando y hablando de disfraces, diferencias culturales y carnavales varios con la madre, te acuerdas de esa vez que de pequeños, tu y tus seis primos/hermanos os disfrazasteis de enanitos, pero dos días antes de la fiesta de carnaval, se enteraron que al menos un adulto disfrazado tenia que acompañar a los niños. Al echar a suertes que adulto responsable mandaban a tal suicidio voluntario, le tocó, por suerte o por desgracia, a tu padre, ese hombre bondadoso y caritativo, con muy poca vergüenza. El día de dicha fiesta, apareció por la puerta una demo de Blancanieves y los siete enanitos. Y si, Blancanieves lucia una bonita barba cuidada y mimada durante años. 
¿Vosotros sabéis porque le conté esto a la madre? Bien, yo tampoco.
Pero la buena fortuna que siempre me acompaña hizo creer a la madre, que esto de disfrazarse en familia era una Buena Idea. Por desgracia, esa frase no salió de su boca y yo no pude desmentirla. Mea culpa.

Unos dias antes de carnaval, te enteras gracias a una de las niñas, por esos comentarios que hacen a veces de temas que tu crees que deberías saber pero de los cuales no tienes ni la menor idea, que vais a ir (tu incluida) a la fiesta de disfraces de Julian y Mark, una pareja de chicos muy maja y muy amiga de la familia que pasaban más días cenando en tu casa, que en la suya. 
Ahí la mosca ya te ronda la oreja. Esa noche, después de acostar a las niñas, les preguntas a los padres como quien no quiere la cosa si pretenden hacer algo en carnaval, para planear tu vida y esas cosas que no tienen tanta importancia. 
En ese preciso instante es cuando te dicen La Frase: "Se nos ha ocurrido una Buena Idea que te gustará". Os aconsejo, de au pair a au pair, que aprovechéis la pausa dramática que hacen después de soltar algo semejante para echar a correr hasta un sitio cercano a donde habitan los dragones y el ratoncito Pérez. 
Pero una, que es tonta, se queda donde está, y escucha pasmosa como la madre ha decidido, que como el padre no podrá (o no querrá, y tu no lo sabrás nunca) venir, vestirnos todas (las niñas, ella y tu) de un solo tema,"muy como en familia".

Y así es como un buen sábado de Noviembre del 2012, aparecí en una casa ajena siendo la viva imagen de lo que es una familia feliz y su au pair: las niñas disfrazadas de niños perdidos, la madre de Peter Pan, y una gilipollas con cara de culo vestida con un maillot con faldita, leotardos y bailarinas verdes, y como toque final unas alas atadas a la espalda y los ojos estampados en purpurina, dando una pésima imagen de lo que, en algún momento, alguien con mucha imaginación (o por descarte) dedujo que era Campanilla. 

PD: Siento no haber actualizado en tantos días  pero entre el trabajo, actividades varias, la universidad, tener un poco de vida social y dormir de vez en cuando, tengo muy poco tiempo. Y no esperéis muchas más entradas de aquí a finales de Junio, los exámenes finales están al acecho. Prometo intentarlo, pero a la vez, no prometo nada. Desearme suerte!
PD II: He recibido un par de emails estas dos ultimas semanas los cuales no he podido contestar porque al darle a "Responder", me llega otro correo diciéndome que la dirección no existe. Así que si no os he contestado, aquí tenéis la razón; intentar mandarme el email desde otra cuenta y os mandaré la respuesta encantada.

domingo, 7 de abril de 2013

40 pasos para sobrevivir a un yogur

Basado en una historia real sucedida el 25-10-2012...

NORMA DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO: que el niño, jamás, nunca nunca, alcance el yogur.

1- Elegir un sabor que al niño le guste, en este caso, de fresa.
2- Enseñárselo.
3- Volver a la nevera a sacar otro tipo de yogur porque ese, de golpe, ha dejado de gustarle.
4- Decirle las 3 opciones de sabor que normalmente le gustan para que elija: plátano, fresa o melocotón.
5- Que elija el de plátano.
6- Abrir el yogur, coger una cuchara y llevarlo a la mesa.
7- El niño te mira con asco, te dice que ese no es el que quiere.
8- Discusión filosófica sobre el sabor a plátano del yogur.
9- Ir a la nevera, coger los tres tipos de yogures y llevarlos a la mesa para que el niño decida.
10- El niño elije el que previamente te ha dicho que no le gustaba (de fresa).
11- Meter la cuchara que has usado con el yogur de plátano dentro del yogur de fresa.
12- Que el niño te arme la de Dios porque esa cuchara, en el mismo momento que ha acariciado el yogur de plátano, se ha contagiado de algo mortífero.
13- Vudú mental a la criatura mientras vas a buscar otra cuchara que no este envenenada con sabor a plátano.
14- La cuchara es verde. La cuchara nunca ha de ser verde. Solo vale la del osito.
15- Discusión filosófica sobre el color de la cuchara.
16- El niño filosofa mejor que tu y acabas en busca de la cuchara del osito.
17- Descubres que la cuchara del osito esta sucia.
18- Limpias la cuchara del osito.
19- Se oye un golpe. 
20- Game over. Has roto la norma de obligado cumplimiento. El niño a alcanzado el yogur y este ha muerto contra el suelo.
21- Riñes a la criatura. 
22- Miras el suelo y te preguntas cuantos salvadores del mundo darían a "like" en Facebook para ayudar a una pobre au pair si vieran semejante estampa. 
23- Vas a buscar un trapo, papel de cocina...
24- Limpias el yogur del suelo y lloras mucho al ver que entre las juntas del parquet antiguo que tiene la casa, el yogur se ha echo fuerte y no hay buen Dios que lo saque de ahí.
25- Vuelves a la nevera a por otro yogur.
26- Se te queda cara de culo al ver que ese era el ultimo de fresa que quedaba.
27- Ingenias en pocos segundos una gran estrategia publicitaria al nivel de la Coca-cola con tu ultima opción: el yogur de melocotón.
28- Después de varias coreografías musicales, de varios "Para los altos, para los bajos; para los que ríen  para los que lloran; para los que usan pañales, para los que van solitos al baño..." te das cuenta de que el niño en cuestión no va a querer comerse ese yogur como no cambies de táctica.
29- Estrujarte la cabeza para buscar una solución.
30- Ir a la cocina a por los fideos de chocolate para repostería y una golosina.
31- Prometer al niño que si se termina el yogur, le das la golosina.
32- Que ella te diga que no.
33- Sacar los fideos de chocolate del bolsillo con una cara tal que así:

y decirle un sugerente "Y si le echo de esto...?" con el mismo tono de voz que dirías:  "hola niño, quieres jugar a un juego...?"
34- Que al niño se le ilumine la cara y tu poner sonrisa de Joker creyendo que has ganado la batalla.
35- Echarle fideos de chocolate, que el niño coma un poco y te diga que esta asqueroso y que no quiere más de eso.
36- Que llegue la madre de la criatura y le de el yogur que tan asqueroso esta en menos de dos minutos. 
37- Comerte el abierto y olvidado yogur de plátano mientras te santiguas, lloras y te preguntas porque te metiste a au pair.
38- Que la niña le pida a su madre un yogur de plátano.
39- Que la madre se lo de y la niña se lo coma.
40- Irte a tu cuarto llorando a hacer la maleta para volverte a tu casa, donde solo se compran yogures naturales azucarados. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

La familia, tu familia.

Hoy me he hinchado de valor y voy a hablar de algo importante: la familia. Pero no la familia de acogida. Hablo de tu familia, la propia.

Os voy a hablar sobre esos extraños fenómenos que suceden cuando vuelves a casa después de un largo tiempo, porque muchas, o la gran mayoría  al regreso a casa les esperan sus amigos, quizá su novio, algún que otro conocido... pero quien estará ahí muy seguramente es tu familia. La diferencia es que tu te has "desacostumbrado" a ellos. Y por que negarlo, ellos de ti también  Cada uno se ha acostumbrado a vivir por su cuenta, y cuando vuelves, rompes las rutinas. 

FENÓMENO Nº 1 (o "Mamaaaaaa, ¿donde esta el papel de váter?!"

Ya sabéis, ese fenómeno por el cual, no sabes como, pero todo, todo absolutamente, ha cambiado de lugar. Casi llamo a Iker de Cuarto milenio, porque en mi casa, era espectacular.

Me he sorprendido a mi misma buscando donde estaban los cuchillos en mi casa. Y el papel de plata. Y los trapos. La cocina parecía nueva para mi, no tenia ni idea de donde estaban las cosas. El tema baño es un mundo aparte que no voy a comentar ahora, porque seria demasiado largo.

FENÓMENO Nº2 (o "Donde esta mi intimidad? Quiero encontrarla de nuevo")

Yo llevo un año con un baño propio, con la intimidad que eso comporta. Ahora me sorprendo pegando un bote del susto cuando alguien entra al grito de "me meeoooooooo" cuando estas metido en la ducha, cosa tan común en mi casa. 

O que estés tan tranquila en tu cuarto, acostumbrada a que le dan a la puerta y (atención al dato) esperarán a que les contestes (si es que quieres hacerlo) para entrar, pero al estar de nuevo en casa, lo normal es que de golpe entre una madre (normalmente, la tuya), con la fregona en la mano al grito de  "Sal, que tengo que fregar AHORA". Y a ti se te quede cara de culo mientras te destierran de tu propia habitación. 

FENÓMENO Nº3 (o "¿El que tengo que comprar? Ah! Claro que no hay, eso solo lo usas tu").

Nadie, nunca, piensa que dejará de encontrar SUS cereales en el armario de la cocina. O que se te saldrán los ojos de las cuencas al ver que en tu casa, que sois del clan Nesquik, un bote de ColaCao. 
O que las existencias de tampax sean inexistentes desde que tu no estás (algo lógico pero que no se piensa hasta que no te encuentras en el peor momento del mes), o que no haya un champú de repuesto y te tengas que enjabonar el pelo con jabón "hidratante con aceite de oliva" del Mercadona (con el arrepentimiento posterior).

FENÓMENO Nº4 (o "La madre que te parió").

Siendo au pair te acostumbras a los críos. A todas sus maldades, todas y cada una de ellas. Tu antena esta alerta a todo, 24 horas. Pero... Tus reflejos pro-protectores de hermanos propios desaparecen. Y eso es un gran riesgo al volver a casa. 
Yo no se vuestros hermanos/hermanas, pero el mio... en fin, que siendo él el mayor, lleva toda la vida entrenándome para ser au pair, consciente o inconscientemente, a base de perrerías. 
Tu habitual "¿Que le has echo al caramelo?" que sospechas en el segundo 1 cuando te lo ofrece (así, sin razón alguna ni motivo aparente) con una sonrisa en la cara, pasa a ser un "Aaaaah, gracias", que a veces puede acabar mal.
O cuando, inocente de ti, le pides desde la mesa que si a la vuelta de la cocina te puede traer el aceite, y crees a pies juntillas que lo hará. 
O si crees que un domingo lluvioso por la tarde, tu y solo tu vas a monopolizar el mando de la tele. 
En fin, benditos hermanos, esos regalos que te da la vida para hacerte mas fuerte. Y lo peor es que les sigues queriendo igual, porque eres tonta del culo. Y te ríes en tus adentros pensando en los "Has de llevarte bien con tu hermana" que le has repetido una y mil veces a tus niñas.

FENÓMENO 5 (o "¿Esto es nuevo?¿Desde cuando?").

Todo lo anterior son cosas que no han cambiado, pero a las que te has desacostumbrado. Pero lo peor no es eso, sino lo que SI ha cambiado, y que tu no sabes.

En mi caso particular, y aprovechando que iban a cambiar las puertas del bloque, mis padres decidieron cambiar las puertas del piso. Todas. La de la entrada también. Pasando por alto el echo de que me pasé la primera semana sin puerta en mi cuarto (porque llegué en medio de las obras), lo más gracioso fue dos días después de llegar, que salí a echar la basura y ahí, delante de la puerta del portal, con el frío de la tarde, en pijama, sin nadie en casa esperándome y a hora y media de que alguna alma viva llegara, me acordé de que mi copia de la llave nueva estaba tan ricamente colgada en mi habitación y no en el llavero que traía en la mano. Consecuencia: guirlandas de mocos colgadas de mi nariz todas las navidades.
También cambiaron la silla de mi mesa (de estas guais de oficina). Bueno en realidad a mi hermano se le rompió la suya y robó la mía, y nadie se acordó del pequeño detalle de que no tenia silla hasta dos horas antes de que yo llegara, con lo cual improvisaron. Podéis imaginar mi cara al llegar y ver delante de mi escritorio algo parecido a esto:


Debieron pensar que no me daría cuenta.

También es de juzgado de guardia la cara que se me quedó al ver que al irme, los vecinos tenían una bebe de tres meses y un niño de dos años, y cuando te los encuentras ahora, resulta que tienen una niña de un año largo, un niño que ya ha empezado el cole, y un bebe recién nacido. Sorpresa total y pregunta del año al "¿Es vuestro?" señalando al bebe del carrito.

Cosas de la vida... ¿Os ha pasado algo parecido a la vuelta?

viernes, 21 de diciembre de 2012

El apocalipsis

Como parece ser que hoy se acaba el mundo, y puesto que ya sobreviví al apocalipsis del 2000, y el del 06-06-06, y dicen que a la tercera va la vencida... Oye, al menos que cuando el mundo explote, sepáis algo más de mi.

Porque yo no se al resto de au pairs, pero yo he tenido muchos momentos apocalípticos durante este año. Con sus frases apocalípticas incluidas y ese sentimiento de "tierra tragame". Seré breve, muchas no necesitan siquiera explicación. Ahí va un TOP 3 de momentos apocalípticos o de "tierra tragame":

3- Como olvidar el día que una de las madres de la guardería de una de mis niñas, enterada de que era española, decidió que yo tenia que catar su "tortilla de patatas" y darle veredicto. Solo os diré que, entre otras cosas, esa tortilla era echa al horno, a base de harina y traía patata hervida. Podéis imaginar el resto como era.
El caso es que yo llegue feliz, y tres madres me rodearon, así sin compasión alguna, y me pusieron entre la tortilla y la pared: o la probaba o no salia de ahí.
Y la probé. Y no al escupí de milagro. Sonreí y le dije en mi alemán maravilloso, que aunque era una receta distinta, estaba muy "lecker". Y intenté huir... pero la niña pequeña dijo en voz alta un claro: "¿Puedo probar yo?". En el momento en que cogió el trocito ofrecido por esa servicial madre teutona, me temí lo peor. Y no me equivocaba. Lo escupió en la cara de la señora al grito de "eeekliiiiiiiig" (asquerosoooooooooo). Y remató la escena con un "La de ella (la mía) es muy rica pero la tuya no". Creo que podéis imaginaros mi cara de "tierra tragame hondo" en ese momento. Y la de la autora de la tortilla, ya ni os cuento.

2- El día que le tiré los trastos sin quererlo ni beberlo al chico de USA de mi clase de alemán. Yo le pedí en mi super inglés, que si me podía prestar la "rubber". Una simple y asquerosa "rubber". Una goma de borrar de toda la vida. Su cara fue como si le estuviera pidiendo, que te digo yo... un condón. Pues bualá. Chicas, un consejo para la vida: nunca, jamás de los jamases, y aunque en el cole os hayan enseñado que una "rubber" es una goma, le pidáis una "rubber" a un americano. Es pedirles, así sin educación ni nada, una noche de sexo salvaje, sea con ellos o con otro.


1- Llega el padre de trabajar en agosto, se sienta en una silla, se quita la chaqueta y todo serio, en su castellano "perfectisimo", me suelta: "hoy tengo un día caliente". Mi cara:
Como voy yo a saber que ese día había echo mucho calor en su oficina. ¿Como pretende que de un "hoy tengo un día caliente" yo deduzca un "hoy hacia calor"? Que alguien me lo explique por favor. Yo ya llegue a mi cupo de explicaciones cuando se lo tuve que explicar al padre de las criaturas, con ganas de empezar a cavar un hoyo para enterrarme viva.



Entre muuuuuuuuuuuuuchos otros, como el día que le dije a la Tagesmutter que me iba con la niña a la cama a procrear, o el día que le dije al profe de alemán que desayunaba galletas con cocaína, o el día que fui con un disfraz de elefante ideado por la niña y que, todo hay que decirlo, la trompa parecía, así sin más, un gran pene colgante, y un largo etc.
Pero esos me los guardo para el próximo apocalispsis, que visto lo visto, sera algo así como el 11-12-13, o el treceavo viernes 13 del 2013...

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cosas que pasan en las despedidas (parte 1)

Aqui las tres Marias.
Ya desde Barcelona, puedo pensar en frío. Porque las despedidas, si las piensas antes, deprimen. Y las despedidas deberían ser felices, porque no tienen que ser un final.
Todo depende de quien te despides; con las dos chicas con las que me he juntado estos últimos meses, por ejemplo, se que las veré de nuevo. Un anillo olvidado que tengo que devolver lo atestigua.
Y sobretodo la despedida. Eso fue, claramente, un punto y seguido. Porque las quiero volver a ver, hablar con ellas y reírme de las cosas más absurdas otra vez.

Nuestra despedida, en concreto, terminó así:

- Chicas, faltan solo 2 minutos para que venga mi bus. ¿De que podemos hablar en nuestros últimos minutos juntas?
- ........................................... Os habéis fijado lo baratos que son los DVD de temporadas completas de series aquí en Alemania? Me he comprado esta por 9´99 y en España me valía casi 45 euros!

Y es por cosas como esta que las quiero tanto. Las docenas de currywurst que me he comido con ellas y los cientos de kilómetros (sin exagerar) que hemos recorrido juntas lo atestiguan.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Lo que no mata, engorda

Hoy os voy a presentar una receta de cocina que todas las au pairs de este mundo tenéis que conocer. Empecemos:

El Bizcochón

Ingredientes:
- 200 gr de azúcar
- 600 cl de leche
- Un limón y una naranja.
- 500 gr de harina con levadura incluida.
- Otro paquete de harina, de los grandes.
- Huevos.

Preparación:

Juntar a tres au pairs y una exaupair con la intención de hacer un Roscón de Reyes en casa de una de ellas, con tres niñas que ronden los 2 / 12 años, un domingo por la tarde y sin padres a la vista. Es esencial que ninguna de ellas sea especialmente dotada para la repostería,  y sobretodo, que ninguna de ellas sepa ni la receta, ni como hacer un roscón de reyes.
Una vez esteis listas y preparadas, buscar la receta en google. Después buscar dos más y combinarlas sin criterio alguno. Ahí es cuando os daréis cuenta que eso del roscón de reyes es muy complicado, pero como ya habéis comprado los ingredientes... Oye, que no tenéis nada mejor que hacer.
Así pues, empezar con una de las recetas elegidas. Echar toda la leche del tirón en un bol grande, y la mezcláis con los huevos y la harina, que aunque en el max-mix-receta que habéis leído ponga que echéis 400 gr, echarle los 500 gr que tiene el paquete, mejor que sobre que no que falte.
Por otro lado, que una de las au pairs se lleve a las niñas a una distancia prudencial a conseguir la ralladura del limón y la naranja. 
Y la au pair que no este haciendo nada, que se ocupe de hacer la "masa madre", que consiste en 70 gr de harina mezclados con 4 cucharadas de agua. Cuando veáis que con 4 cucharadas eso no cuaja ni se hace masa ni bola, echarle agua al gusto hasta conseguirlo. Una vez tengáis una bola pegajosa de masa, ponerla sumergida en un bol con agua caliente, a la espera de que se hinche.
En este momento, la masa general de leche y harina no tiene que tener buen aspecto y ha de contar con tropezones y cosas flotantes, pero de todos modos, se le echa la ralladura de limón y naranja.
Seguidamente, dejar de inventar cosas y consultar las otras recetas en Internet  Daros cuenta que cada una lo hace como le sale de las narices... Y partiendo de esa base, interpretas que eso has de hacer tu. Improvisas. Grave error.
Pasada media hora, cuando veáis que la masa madre sumergida en agua esta tal y como la dejasteis, que eso de augmentar de tamaño no es para ella, hacer un pensamiento y echarla a la masa general, que total, ya se mezclaran.
En este momento ha de convertirse en una masa acuosa como con pegotes pegajosos y los grumos que ya contenía  Si así es, es que vais por buen camino.
Y en ese preciso instante, un ángel bajará del cielo, y os dará la idea de echarle más harina, para que tenga más consistencia.
Y entonces le echáis un medidor de harina...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Probarla y daros cuenta que ha menguado mucho el sabor. Echarle un puñado de azúcar, al gusto.
Seguir echando harina... Unas 8 veces más.
Y después echar otro huevo, a ver si así se arregla el estropicio.
Y echar harina unas 5 veces más.
Cuando por fin os pispeis de que no por más harina que le echéis eso empezará a parecer una masa, daros por vencidas, echar esa "masa" en dos moldes (eso si, semos profesionales y ponerle margarina y harina para que no se pegue) y al horno, que habréis puesto previamente a calentar a 200º, pero bajarlo a 160º al meter ese invento que habéis echo.
Dejarlo ahí .. mas o menos el tiempo que tarde en tostarse y cocerse. Y no os asustéis.  Va a subir... poco y lentamente, pero lo hará.

Cuando lo saquéis del horno, podéis probarlo y comprobar que, a pesar de todo, se puede comer y huele bien. Peeeeeeeeero, no sabe a nada. Es más insípido que un cacho de corcho. Así que hurgar en los armarios, y echar encima lo que encontréis. Preferiblemente chocolate de cobertura, o azúcar glas... Lo que surja.

Y aquí tenéis vuestro bizcochón, que no es ni un bizcocho ni un roscón, pero que te hace reírte hasta la saciedad y pasar una de las mejores tardes de domingo de trabajo de la historia de ser au pair.

AVISO: Para comerlo, tienes un margen de dos horas justo después de sacarlo del horno. Después... bueno, siempre podrás usarlo como arma de defensa, porque puedes abrirle la cabeza a alguien con él.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Momentos (parte II)

Estaba yo tumbada en el sofá, leyendo pacíficamente en una tarde de domingo, cuando la canija de dos años trepó literalmente por encima mio y se puso en la postura bautizada como: "el abrazo del perezoso"
Una ayudita visual...
Y tu sigues leyendo como si nada, al fin y al cabo, esto es tu vida desde hace 11 meses, que cuando no tienes una niña encima tienes a un perro, y cuando no tienes ni niña ni perro sientes que te faltan 20 kg de tu peso que te has dejado en algún rincón.

Pero entonces la niña te huele el pelo y te dice en un perfecto alemán  "Tu pelo siempre huele a manzana y melocotón". La madre se pone a reír desde el comedor viendo a la niña olerme el pelo como si quisiera aspirarlo, y le pregunta a la criatura que a que le huele a ella. La canija la mira, y con toda esa maldad infantil le suelta un: "A nada, pero a ella le huele siempre a manzana y melocotón, y me gusta".

Y tu esa noche te acuestas convencida de que esa niña de dos años, cuando crezca, raramente recordara todas esas horas que has pasado con ella... en realidad a duras penas se acordará de ti, aunque estarás presente por cosas que le cuenten sus padres y hermanas, por fotos...

Pero desde hoy estoy segura es que recordara como huelo. Y oye, que te recuerden porque hueles a melocotón y a manzana, no esta nada mal.

PD: 23 dias para irme... Ains...

martes, 13 de noviembre de 2012

Cuando dije digo digo Diego.

No se si cuando eres madre esto también lo haces, pero desde luego, al ser au pair cambias tu vocabulario de forma asombrosa. Por exigencias del trabajo, no por gusto, se entiende.

Porque esta claro, delante de los niños no puedes soltar un caguentó' lo que se menea como Dios manda.
Cambias los "Coño" a grito pelado cuando te quemas cocinando por un "Mecachiiiisssss" bien susurradito, los "la madre que lo parió" por "que maleducado!", y los "Métete en la jodida bañera de una vez" después de siete avisos y cuatro suplicas para que el retoño te haga caso, por los "Por favor Menganito, métete en la bañera o me enfadaré de verdad (porque esta claro que enfadarse de mentira no es tu estilo...)".

Y no solo eso. Empiezas a utilizar diminutivos de tal forma, que nada tendrías que envidiarle a Ned Flanders:  que si trae el vasito, que si donde esta tu pantaloncito, que si no queda zumito... Normalmente eso lo haces después de más de 5 horas seguidas de cuidado de niños, cuando compensas el tono de mala leche de tu voz con diminutivos a diestro y siniestro, sin medida ni control.

Y cuando crees que has llegado a tu limite te cambiar vocabulario y decir cosas estúpidas  te ves un soleado día de Noviembre (con 5º, pero soleado) en la parada del bus con una niña de 2 años y diciendo cosas como: "Y el perrito como hace?? Y la vaca??", y si, tu también te pones a mugir como alma poseída por la mismísima Vaca que Ríe de El Caserío (la de los quesitos vaya), mientras la señora de al lado te mira preguntándose que narices te has metido en vena.

Pero claro está, que es más importante que los niños sepan imitar a toda la fauna conocida y por conocer, a que vayan diciendo un caguentó' lo que se menea como Dios manda. Mejor que les imiten a un burro. Perdón; a un burrito.

PD: Os dije hace días (semanas probablemente...) que había creado un twitter para el blog. Pues estoy a un tropiezo de borrarlo, porque no consigo de ninguna forma poner un timeline aquí (si alguien sabe... Por Dios que me diga como), y solo consigo poner un link extraño, como podéis ver si pasáis la vista por vuestra parte derecha de la pantalla. En fin, consejos, ayuda... todo me vale ahora mismo.


martes, 6 de noviembre de 2012

¿ Sabéis....?

¿Sabéis ese día que cumples 20 años?

¿Sabéis esos días que de buena madrugada, a eso de la 1 am (teniendo en cuenta que hoy es martes y los martes, como todos los días comprendidos entre el lunes y el viernes, amaneces a las 6, no te hace ni puta gracia) empiezas a recibir mensajes y whatsapps felicitándote?

¿Sabéis esos días que cuando bajas a desayunar, la familia, que normalmente esta corriendo porque llega tarde, haciendo bocadillos para las niñas y poniendo camisetas y pantalones a niñas medio zombies, hoy esta abajo, cantándote a coro el cumpleaños feliz, haciendo que te despiertes de golpe y veas que han llenado el comedor de globos y han puesto en la pared un bonito "Felices 20 años!"?

¿Sabéis esos días que las niñas te vienen cada una con un paquetito en la mano, y se empiezan a pelear a ostia limpia para ver cual abres primero?

¿ Sabéis ese día en que tu niña de 6 años te escribe una carta que sabes que guardaras toda tu vida?

¿Sabéis esos días que el móvil no deja de sonarte por gente que te llama para felicitarte?

¿Sabéis esos días que tus amigas china y sueca del curso de alemán traen postres típicos de su país para celebrar tu cumple?

¿Sabéis esos días en que llegas del curso y te encuentras a la madre en casa preparándote tu plato alemán favorito, a pesar de que ella, normalmente, acaba de trabajar 3 horas más tarde?

¿Sabéis esos días en que sacan de postre para la cena un pastel donde pone "Felicidades" y te hacen soplar 20 velas?

¿Sabéis ese día en que te quedan solo 40 días para irte a casa, y te das cuenta de lo mucho que echaras de menos a esos bichos, que te han dado tema hasta para escribir un blog?

¿Sabéis ese día en que ves que esta entrada es la numero 50 de tu blog?

¿ Sabéis ese día en que recibes sorprendentemente, postales de felicitación por todos los medios y de todas formas y colores? (una cantaba, lo juro, menudo bote he pegado...)

¿ Sabéis ese cumpleaños que recordaras toda tu vida, no solo porque lo has vivido lejos de los tuyos, sino porque la distancia ha echo que todos los que están ahí esperándote, todos tus amigos de siempre, todos tus nuevos amigos, todo aquel que te rodea ahora... se acuerden de ti?

Pues hoy he tenido uno de esos días.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando una revive los 6 años

Después de todos estos meses, he llegado a la conclusión de que a veces, rebajarse al nivel de los niños funciona más que intentar darle una charla sobre el bien y el mal.
Y ojo!, no me malinterpretéis: yo nunca me pondría a darles patadas mientras lloro como un cochinillo, ni a chillar eso de "mamaaaaaaaaaaaa" como si los estuvieras degollando cuando en realidad lo único que has echo ha sido cortar su carne cuando ellos, así, sin previo aviso, han decidido que querían hacerlo solos. 
Me refiero a que a veces has de viajar a tu más tierna infancia y pensar: "¿Que le contestaría yo si tuviera 6 años?".

Y eso exactamente es lo que he echo. 
Resulta ser que mi niña mediana, de 6 años, ahora que ha empezado el colegio, ha descubierto un nuevo abanico de frases e insultos sin sentido que te suelta como si fueran la cosa más graciosa del mundo. Todo empezó un día  que me vio comer paté, y como a ella no le gusta (y por extensión, esta asqueroso y si lo comes es que tienes un problema mental), me soltó con una risa: "Estas bala-bala" (mientras se tocaba la cabeza con un dedo). A los no iniciados, ese traduce como un: "estas loca". 
No le di importancia, ni siquiera le contesté, no creí que valiera la pena molestarse.
Pero últimamente ha aprendido LA frase. Y lo pongo en mayúscula porque si la oyes una vez, pues bueno, pero dicha cada vez que te ve, a cada momento, a cada cosa que haces (tu o cualquiera)... cansa. 
La frase cojonera en cuestión es algo así como (y dicha con un tonito repelente y como si fuera una musiquita): "Cola, Fanta, Bier, Bala-Bala hier, bei dir". Lo que viene siendo en la lengua de Cervantes: "Cocacola, Fanta, Cerveza, "bala-bala" aquí (mientras se toca la cabeza, osease, loca de aquí, de la cabeza), para ti (y te señala).". Un encanto de frase, como podéis ver.

El tema esta en que al principio pasaba, pero al ver que eso solo iba a más, empezamos (yo y los padres, que ellos tampoco se libran de esa frase a cada momento) a contarle que eso estaba mal, que era feo de decir, que no se lo tiene que decir a la gente porque a ella tampoco le gustaría que se le dijeran... Y valió de lo mismo que si le bailara una jota y los padres tocaran la zambomba a juego, incluso empeoró cuando la pequeña de dos años, que ahora esta en esa etapa de plagiar todo a su hermana, empezó a hacerle los coros.

Y me harté. Y los métodos educativos aupairiles estándar y reglamentarios se fueron al carajo. 
Así que una buena noche, mientras estábamos todos cenando (y haciendo la lista de la compra), dije que por mi podían comprar pizza de champiñones, que a mi me gustaba, cuando la niña empezó con el ya conocido...

ELLA: "Pizza de champiñones? Cola, Fanta, Bier, Bala-Bala hier bei dir! jajajajaja"

Yo la miré con la cara más seria que podía poner, la mesa se quedo en silencio a la espera de la charla del bien y el mal, se empezó a oír la musiquita esa del oeste de tiruriiiiiiiiiii, y le solté un seco:

Quien lo dice lo es, el mundo al revés.

Si, educación power. El caso es que la niña se quedo callada, sin saber que contestar, y empezó a llorar. Y la madre la miro con cara de mala leche acumulada y le dijo un "Te lo has ganado, eso te pasa por decir cosas feas, que al final pierdes". 

Y desde ese momento, el "Cola, Fanta, Bier..." solo se escucha cuando se hace la lista de la compra, sin el tono repelente y por separado.

sábado, 20 de octubre de 2012

De bichos y insectos.

En Alemania, no se si por el aire, o el agua, o sabe Dios que, pero hay unos bichos del tamaño de Murcia. Ya sabéis cual fue mi primera experiencia con las arañas asesinas... Podríamos decir que la cosa ha ido a peor. Con la llegada del calor, después las lluvias... mi casa parece un maldito centro de fauna y reintroducción de bichos asquerosos en el entorno humano.

Sin ir más lejos, el otro día estábamos yo y la niña mayor en casa, me fui a pasear al perro, y cuando vuelvo me la encuentro en la puerta, periódico en mano, y con su cara más seria me dice: "Tenemos un problema, y está en la cocina". A mi eso de que me incluyera con el tenemos ya me dio mala espina. Se ve que la muchacha se iba a calentar leche para desayunar, y al abrir el microondas una bestia enorme salió corriendo de dentro, cayendo en el suelo. Ella entró en pánico, del susto tiro todo el vaso de leche por la cocina, y como acto reflejo, puso el vaso vacío encima del monstruo. Total, una cocina entera barnizada en leche bio y, ahí en todo el medio, esto:


El vaso, para que os hagáis una idea del tamaño del bicho, es este, del Ikea. Vaya, 14 cm de alto. Y en estas que la niña cándida me suelta: "¿puedes cogerla y sacarla fuera de casa?". Já. Cuando Falete adelgaze. 
Solo os diré que limpiamos la cocina, pero que la araña se quedó ahí hasta que regresó la madre a las 4 de la tarde. 

También os podría contar cuando se nos colaron no una, sino TRES abejas en el comedor mientras comíamos. Tengo verdadero pánico a las abejas. Así que pegué un grito de "CORREEEEEEEEEER", y eso se convirtió en una batalla campal para salir de ahí cuanto antes mejor. Yo y las tres niñas, por supuesto.

O el día que estaba apalancada encima de una toalla, en el jardín, leyendo, y una lombriz del tamaño de mi dedo meñique empezó a trepar por la funda del e-book hasta caer plano encima de este. Y así se descubrí la nueva versión del e-book, ese que es volador.

Y finalmente, ayer, casi me da un ataque. Me fui a tumbar en la cama de la mediana para leer un cuento con ella, cuando vi un bicharraco plano, marrón, de 5 cm y mil pies aposentado en mi cojín, a escasos centímetros de mi hombro. Pegue un bote capaz de batir el récord olímpico de salto de longitud, al grito de "BICHOOOOOO". 

Pero claro, los niños, que son así de guais, te rompen en estas situaciones. La niña de 6 años llegó, vio eso con las mil patas, y con toda la sabiduría infantil que la caracteriza y con cara de "que tu no sabes, tonta", me dijo un contundente:

Eso no es un "bicho", es un inzepto.

Hay, animalicos...


PD: y hablando de bichos... una especie llamada bloguerum ineptum, usease, yo, se ha creado un Twitter para el blog. Guai verdad? Pues bien, si hay algún voluntario que quiera enseñarme como funciona semejante  cosa y darme algún consejo de uso, os lo agradeceré infinitamente y lo publicaré por aquí en breves.


domingo, 30 de septiembre de 2012

..... puedes venir un momento?

Si una de tus niñas (recalco, NIÑA, en femenino, excluyendo los chicos, todos ellos) tiene entre 10 y 14 años, te dice eso desde el baño, con educación (demasiada, se entiende), y con media voz de susurro... Ir preparadas para cualquier cosa.

Cuando leáis esto os pensareis que soy tonta, porque ahora de lejos, una intuye. Pero en el momento, 5 horas enteras de paseo por el monte con las niñas, dos de ellas de 2 y 6 años, intentando cocinar algo decente y con un resfriado del copón, no se te pasa eso por la cabeza. Y que queréis que os diga, con 11 años, en mis tierras una era un poquito precoz. Y entre que yo estaba obtusa y el castellano de las niñas tiene sus limites...

Y voy a contároslo ya, que aun ni sabéis de que os estoy hablando.

Os transcribo el dialogo literalmente, para que no haya confusiones:

NIÑA DE 6 AÑOS: La (niña mayor) dice que si puedes ir arriba.
YO: que baje ella que ahora no puedo.
NIÑA DE 6 AÑOS: Esta en el baño y no quiere.
YO: si voy se me queman las salchichas, no puedo.
NIÑA DE 6 AÑOS: pero dice que es urgente.
YO: (a grito pelado) QUE PASAAAAAAAA????
ELLA: (momento de silencio)... Puedes venir un momento? (momento de silencio).... Por favor?.
YO: no puedo ahora.
ELLA: (momento de silencio)... es muy urgente.
YO: (bastante estañada y cabreada, paro el fuego de las salchichas y me encamino para el baño de arriba, acordándome de la madre de la criatura, y entro al baño). Que pasa?
ELLA: tengo un problema.
YO: yo también, son las 2 y aun no hay la comida echa, ¿que pasa?
ELLA: es la sangre.
YO: Que sangre?
ELLA: la de ahí.
YO: donde hay sangre?
ELLA: ya sabes, ahí.
YO: ahí donde?
ELLA: (señala el baño) Ahí.

Y en un momento se te enciende la bombilla y tu mente te lleva a tus 13 años, y te retumba en la cabeza ese anuncio tan guai de la epoca...



Una que empieza a atar cabos, niña con 11 años, con sangre, ahí, baño, urgencia... la cara pasa de color blanco a verde, de verde a morado, de morado a blanco y dices la genialidad de...

YO: pero ahí... que sale de ahí?

Darme un aplauso. Lo merezco, lo se. Y tres collejas. También me las merezco, me las he ganado a pulso.
Después de semejante genialidad, una se centra, le entra la vena adulta y empieza a informarse a modo rápido para entrar en situación.

YO: pero es la primera vez?
ELLA: si...
YO: y te ha pasado ahora o en el colegio?
ELLA: ahora...
YO: bueno pues no pasa nada mujer, es normal.
ELLA: lo se pero hay mucha sangre, no me gusta la sangre.
YO: (pensando: pues estamos listas...). No pasa nada, que la sangre es muy escandalosa pero no es tanta.
ELLA: creo que mama dejo en el armario de la esquina algo por si pasaba esto.

Voy al armario de la esquina, busco y busco y encuentro un paquete de compresas.

ELLA: y esto como se pone?

Hago una explicación técnica del asunto, en plan "déjame a mi que soy ingeniero"...

ELLA: y cuando me lo quito?
YO: tienes que cambiártelo varias veces al día.
ELLA: menudo rollo...

Y lo que te queda. Eso es lo que pensé  pero puse una sonrisa en la cara, no le vas a contar ahora las maravillas (notese la ironía  de ser mujer, y como acabas queriéndolas taaaaaaaaaaanto cuando van pasando los años.

Y en ese momento oigo un grito abajo seguido de un golpe, le pones una sonrisa y le dices un: "si necesitas algo más me llamas", y vas a pacificar a las otras dos niñas.

Se que son cosas que pasan, pero no se porque me tienen que pasar a mi.

martes, 25 de septiembre de 2012

El tonto de la familia


Es de sobra conocido que en todas las familias hay un tonto. Todos sabéis cual es el tonto de la vuestra, estoy segura (que si la tía, el novio de, la prima...).
Aquí en Alemania, también tengo un tonto en mi familia. Es rubio platino, 46 kg (pesado ayer), todo cachas... cuatro patas y mucho pelo. Si, es el perro.

¿ Habéis leído el libro de "Marley y yo", de John Grogan? Si la respuesta es que no, leerlo: no tiene perdida. Si la respuesta es que si, el mío o es su hijo, o su primo, o su hermano: y por supuesto, lo supera en estupidez.

Y es que la naturaleza decidió que naciera allá por el 2007, en algún sitio perdido de América Latina, un perro cruce de sabe-Dios-que, y como la naturaleza es sabia, creó un perro precioso a la vez que temible: tamaño de mastín, pecho y boca de pitbull pero con tamaño de dogo argentino, fuerza de toro... Pero como he dicho, la naturaleza es sabia, y después de crear semejante monstruo, debería pensar algo así como "pobrecito, nadie lo querrá jamás con estas pintas", así que recubrió todo eso con un disfraz de labrador: pelito corto y rubio, cara de buenazo, orejitas caídas, pliegues de piel... Y como de esa mezcla solo le salían 700 gr de perro (el peso que tenia cuando lo adoptaron hará unos 5 años), le añadió progresivamente y mientras crecía (y crecía y crecía y no paraba de crecer para horror de la familia) toneladas del don de la paciencia. Jamás he visto a un perro tan paciente, educado y respetuoso con los niños, adultos y otros animales.

Y la naturaleza es sabia pero comete errores (el ejemplo más conocido por los biólogos es el uno llamado "Belén Esteban"), se olvido de ponerle algo sumamente importante a este cánido: un cerebro que le funcione y un pelín de inteligencia.

Porque no lo puedo decir de una manera mas suave: este perro es más tonto que escupir para arriba y ponerse debajo. Y en mi defensa diré que tengo pruebas:

Este es su primo hermano seguro...
1- Es el único perro que conozco al cual le haces el truco de no-te-tiro-la-pelota-pero-como-si-si, y se va corriendo a buscarla... pero no regresa. La sigue buscando y buscando. Y cuando ya te da demasiada pena, lo llamas, le enseñas la pelota... la huele y se va a seguir buscando, con cara de felicidad y pensamiento de "gracias colega, ahora se que tengo que buscar una como esa".

2- Es el único perro el cual cree que si va corriendo y se estampa contra la puerta del jardín, esta se abrirá por arte de magia.

3- Es el único perro de 45 kg que conozco que le tiene miedo a gatos que se cuelan en el jardín de casa (que con medio bocado se los merendaba).

4- Es el único perro que le tiene pánico a las moscas. A LAS MOSCAS.

Entre otras cosas.

Y no os creáis, el usa eso de ser "el tonto de la casa" para hacerse el tonto como el que más: que si ahora te miro con cara de yo-no-entender-tu-decirme mientras le dices que saque su cabezota de tu pierna mientras comes, que si ahora me hago el sueco mientras robo un cacho de manguera delante de tu cara, que quizá si lo hago despacito no te das cuenta...

Pero como os vengo diciendo, es todo bondad. Su rango más alto de agresividad es el del ataque de la baba.
Aun así su inteligencia a veces ha rozado limites insospechados de gilipollismo. Una vez, en enero, tubo la genialidad de echarse al río del parque. Estaba helado. Se tiro de plancha. No contento con el ostión, decidió que de ahí, a pesar de no haber agua, siempre la había habido y por tanto eso se bebía. Resultado: yo haciendo equilibrismo encima del río helado (como detalle, calzando unas converse, de suela de goma, que resbala "poquito"), al encuentro de un perro que pedía a gritos la libertad (literalmente), mientras su lengua estaba pegada al hielo y su cuerpo espachurrado encima. Me llegan a ver los de Jackass y me contratan.
También puedo recordar una vez en el parque de perros, jugando con unos... y de golpe ve a un chihuahua meando en un árbol. A el se le salen los ojos de las órbitas, se va corriendo hacia el como alma poseída por el diablo, llega hasta el otro perro, se para en seco... Pero ya os he dicho que este perro es todo bondad. Así que lo único que hizo fue levantar la pata y mear donde lo había echo el otro perro. Ah! lo olvidaba: el otro perro aun estaba ahí. Efectivamente, lo duchó. Yo lo vi todo como en cámara lenta, siendo incapaz de procesar lo que estaba pasando. Por suerte los demás ni siquiera miraban. Lo peor fue cuando el dueño del otro perro se fijo que el suyo iba todo mojado y pidió a ver si alguien tenia una toalla. Si, le dejaron 3. Yo ahí opte por mi perfil de "Yo no soy de aquí, no entiendo nada", y guardé mi toalla como oro en paño.
Y os podría contar también la vez que se metió en la cama elástica y no podía salir y acabo saltando fuera por encima de la verja, o la vez que uso el manzano recién plantado de "palo con el que jugar"... y un largo etc.

Como curiosidad os diré que este perro fue rescatado de una tienda de América Latina por mi familia de aquí  donde lo tenían muriéndose de hambre porque la madre "no quería darle leche", y lo tenían ahí en una jaula a la espera de la muerte. Solito y con una semana de vida. Gracias a Dios que su inteligencia limitada le ha echo olvidar la maldad de la gente.

Y a pesar de que cada mañana me chupe los pies, que compita con las niñas para ver quien deja mas babas en mi ropa, que si quiero ponerme pantalones negros tengo que salir a la calle en bragas, y ya si eso ponérmelos ahí para que no se queden peludos... es mi chiquitín y lo quiero muchísimo, y lo echaré de menos.

Porque a pesar de no estar en mi contrato, yo soy au pair de tres niñas y un perro.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Esas pequeñas cosas de au pairs.

Todas las au pairs de este mundo hacemos cosas similares que nos caracterizan. Todas. Independientemente de su nacionalidad, edad o sexo. No se libra una (y si os librais de todas es porque algo, algo gordo seguramente, estais haciendo mal).
Ya he hablado anteriormente de la tendencia a parecer un orco, asi como de los métodos educativos alternativos. Estas que explicaré ahora son cosas más sutiles, pero que demuestran que eres au pair, para bien o para mal.
Siendo asi, voy a dividir esto en apartados:

Au pairs con niños de 0 a 2 años:

- Hablar como si estuvieramos con una sobredosis de... de imbecilidad, porque no tiene otro nombre. Ya sabeis, poner voz de gilipollas y decir cosas de un nivel educativo cual, que haria levantarse de la tumba a la propia Maria Montessori. Lease los tipicos: "Que mi bebiiiiiitoooo se rieeeeeee??!!, que mi bebitooo se riiiiiieeeee??!! Ay!! que te como la nariz!!". Ya sabeis, esas cosas.

- Creer en Dios. Ninguna au pair que se precie puede entender ni dar una explicacion cientifica a porque de un cuerpo tan pequeño, salen tantos residuos, de cualquiera de sus agujeros.

- Recogerse el pelo asiduamente. Si una au pair llega a su nueva familia con el pelo suelto, y a la semana ves que su coleta esta ahi en estado permanente sea la hora que sea y bajo cualquier circumstancia, es porque tiene un niño de esa edad, que ya sabemos las ganas que tienen de imitar Tarzan con tu pelo.

Au pairs con niños de 2 a 4 años: 

- Llegar al curso de idiomas, fiestas, salida de fin de semana o cenas, con detalles decorativos sutiles asi como tiritas con dibujos de piratas o de Bob esponja (y si no hay tanta suerte de Dora la Exploradora), con rayones de color verde en el brazo, que empiezan a la altura de tu cuello y terminan donde la uña del dedo meñique, pulseras de cuentas gigantes en forma de corazón, collares de macarrones... Esas pequeñas cosas.

- Cosas impensables de reconocer (por eso de tu perdida inmediata de la dignidad) antes de esta experiencia, como llegar a decir publicamente que has comido sopa con pasta en forma de dinosaurios a la triste edad de 20 años (elegida, comprada y cocinada por ti), o meterte en una piscina de bolas (de lado, claro esta, que de frente no cabes) y disfrutar más que las niñas...

- Ser capaz de convertirte en la mujer araña, con 8 brazos. Esta habilidad se adquiere o bien comiendo al lado de la criatura... o cambaindo pañales: con una mano se sujeta la criaturita, con otra sus manos para que no le de por tocarse donde huele que alimenta, te fabricas una mano a lo Robocop para limpiar culos y aun te sobran extremidades para sujetar toallitas, pañales y posibles objetos arrojadizos de las cercanías.

- Buscar en Youtube y escuchar canciones infantiles por voluntad propia. Y dice esto una que mientras escribe esta entrada se inspira escuchando esto y esto. (y se que un alto porcentaje de los que leéis esta entrada habéis dejado la canción después de darle al link... y si no lo habéis echo es que no tenéis corazón).

Au pairs con niños de 4 a 8 años:

- Tu habitación parece un expositor de manualidades regaladas. Muchas fabricadas o ideadas por ti. 

- Eres un experto en vocabulario estudiantil: que si Kinergarten por aquí, que si Grundschule por allá, que si la radiergummi en forma de fisch, que si la Frau SabeDiosQue (sabes que jamás de los jamases lograrás decirlo bien), que si la Rucksack extraña todoterreno marca Scout (algunas me entenderéis, lo sé), que si los Hausaufgaben y los ya famosamente conocidos libros de Leselernen.

- Las horas, el alfabeto, así como el vocabulario matemático básico (todo esto en alemán) y el uso de plumas (que aquí los niños escriben con pluma, tocatelos), deja de tener secretos para ti.

- Descubres la capacidad alemana de asalvajar a los niños en el Kindergarten, y te vuelves suma domadora de malas actitudes que de ahí te traen.


Au pairs con niños de 8 a 14 años:

- Como buenos preadolescentes porculeros, tu actitud muchas veces no es de au pair: es de sargento del ejercito. Cambias el "Bitte (...)" a todas horas por el "Du muss JETZT (...)".

- Deseas la muerte con sufrimiento repetidas veces de los amigos de tu niño cuando vienen a casa. Con demasiada frecuencia. Varias veces por minuto.

- Pasas momentos por los que no estas preparada moralmente: no reírte cuando te hablan del "novio", explicación técnica del uso de una compresa porque a la niña le ha venido la regla y eres la única adulta responsable en el momento en casa (tengo que hacer una entrada de esto...), miraditas cómplices sobre el uso familiar no aprobado de la sanwichera, intentos de soborno para evitar el chivatazo paterno... Esas cosas que no sabes si ir contra el enemigo o unirte a él (sobretodo si el soborno es suculento).



Veréis que teniendo una niña de 2, una de 6 y una de 12, mi vida es una fieshhhhhhta continua, y sin fin.

sábado, 8 de septiembre de 2012

¿¿Waruuum??

Puedo afirmar que la etapa del "NOOOOOOOOO" en mi niña pequeña esta superada.
Ahora estareis pensando: que bien, que alegria, que bien debes estar ahora... Verdad?. Pues para nada. Ahora es peor.

Hemos llegado a la etapa del "Warum??", lease, la del "Porque?". Y ya no puedo más. Ahora las conversaciones son así, todas:
YO: Tienes que comer más espaguetis.
ELLA: Waruuuum?
YO: Porque no has comido apenas.
ELLA: Waruuuum?
YO: Porque no quieres abrir la boca.
ELLA: Waruuuuuum??
......

Y así seguimos. Encima no dice un seco "Warum?", no no, que va, lo dice como con musiquita, en plan "Waruuu(subimos una octava) uuu (bajamos una octava) uuuum?", lo que me saca de quicio de una forma impensable. Voy todo el dia con el "warum" en la cabeza.

Pero me he dado cuenta de que ya lo dice por método, ni siquiera escucha lo que le estas diciendo. Así que el otro día ya estaba tan harta de warum warum warum warum warum a todas horas, que sin comerlo ni beberlo, encontré la solución a tanto warum. Así fue la cosa:

YO: Por favor deja de gritar.
ELLA: Waruuu uuu uuuuum?
YO: Porque me molesta.
ELLA: Waruu uuu uuuum?
YO: Porque no me gusta que chilles.
ELLA: Waruuu uuu uuuum?
YO: Porque el sonido de tu voz tiene una amplitud de onda superior y una frecuencia sumamente alta, lo que hace que tu voz sea especialmente molesta a los oídos de la gente cuando chillas gracias a su alto volumen y tu agudez y cuando estas ondas oscilan cerca de mi tímpano son sumamente molestas e inaguantables, lo que hace que odie con todo mi corazón cuando gritas. Entendido?
ELLA: ........Ja (lease, si, en alemán).
YO: Pues a hablar bajito por favor.

Así que el truco esta en hablar tanto, tan rápido y con palabras tan rebuscadas que se te quede mirando con cara de "que-me-esta-diciendo-esta-loca", y se calle.

A ver lo que me dura el truco, porque ya no se me ocurren explicaciones medio científicas sobre cosas como "porque el agua moja" o "porque al puzzle le falta una pieza".

Dicho esto... darme fuerzas, porque ya estoy desquiciada.
El otro día le dije a mi profe de alemán, mi querida Frau Göerner, que si sabia donde poder hacer una fotocopia por allí cerca, y cuando me dijo como respuesta: "Warum?", se me salieron los ojos de las órbitas mientras me aparecía un tic nervioso y por poco estuve de hacer una matanza al mas puro estilo cowboy con los indios.

Voy a desarrollar un trauma como no le pase rápido esta etapa.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Tengo que confesar...

Lo he echo. No tengo perdón. Prometí que no lo haría y ahora me arrepiento. He caído muy bajo, esto seguro que es pecado (mortal) y seguro que va en contra de mi inexistente religión...

Tengo que confesar que hoy, a día 2 de septiembre, he salido a la calle con sandalias y calcetines. 

Habrá un antes y un después de esto en mi vida. También hay que decir en mi defensa que no encontraba ninguna de mis bambas por ninguna parte (aquí tenemos un duendecillo que al parecer nos las esconde). Por no decir que traía unos pelos de loca que para verme, un pantalón largo verde, una camiseta roja y un pañuelo azul y verde. Vamos, nada que envidiarle a Agatha Ruiz de la Prada. Pero a decir verdad... ¿Que au pair se arregla para cuidar a los niños? Yo si es de mañana, a veces ni siquiera me quito el pijama. 

Cuando veo esas fotos de las agencias, con chicas rubias bien peinadas, con ropa LIMPIA y un niño de dos años al lado, me sale una risita baja y lo que pienso es "esta tía no ha estado cerca de este niño JAMÁS". ¿Donde tiene sino las manchas de puré? ¿O el gotelé de baba en la camiseta? ¿O los pelos de loca después de que la niña quisiera jugar a peluqueras? Y enserio, ¿en que momento ha tenido tiempo/fuerza/ganas de maquillarse cual puerta a las 6 am para cuidar a un niño de 5 meses? 
Si yo ya tengo mi armario partido en dos: la ropa de salir a la calle, y la ropa de estar con las niñas. El primero no es nada especial, es ropa normal y corriente, pero el segundo es ropa con color a galleta, a puré de verduras, colores dudosos (ya sabéis, para que las manchas se vean menos), chandal a tutiplen... 

Y es que el otro día vi esta foto...

Y me dije: mira, una au pair de buena mañana.