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viernes, 18 de septiembre de 2015

Hospitales, urgencias y triages

Hoy vengo a hacer una pequeña reflexión sobre como funcionan las cosas hoy en urgencias, y en el país en general.

Sabéis que no suelo publicar muchos detalles personales en el blog, pero pienso que también es importante hacerlo de vez en cuando, ya que esto es mi ventana al mundo y donde puedo expresarme libremente.

Iré directa al grano:

Sufro de migrañas.

Como la mayoría, pensaréis; ¿Quien no ha sufrido alguna vez una migraña? Pero no, no soy una de esas personas que tienen un dolor de cabeza fuerte un par de veces al año. No, no tengo poca tolerancia al dolor. No, tampoco me he autodiagnosticado el "tengo migrañas".

Sufro de migrañas. De las de verdad.

Estoy periódicamente controlada por un neurólogo desde hace cuatro años. Tengo una medicación especifica asignada para la migraña. De esas medicaciones que solo venden con receta médica, que te cuesta 22 euros la caja aún entrando por la seguridad social (que por cierto, consta de un número ridículo de pastillas) y que debo llevar siempre encima, por si me entra una migraña no tener que irme directa a casa mientras voy perdiendo el mundo de vista poco a poco.

Os estaréis preguntando porque os estoy contando esto. Se que no pega para nada ni con la temática del blog, ni con mi habitual forma de expresarme, pero tened paciencia.

Ahora os contaré como es una de mis migrañas, y sus fases:

FASE 1: Dolor pulsante de cabeza, en la zona frontal, encima del ojo derecho. Sensación de mareo ligero.
FASE 2: Extensión de ese dolor pulsante al resto del lado derecho de la cabeza. Sensación de mareo más aguda. Posibilidad de vómitos.
FASE 3: El dolor de cabeza se extiende por toda la frente, el lado derecho y por la zona de detrás de los ojos. Mareo. Pesadez en los parpados. Fotosensibilidad aguda. Hiperacusia aguda (esto es hipersensibilidad al ruido). Posibilidad de vómitos.
FASE 4: El dolor de cabeza es permanente y ya no se distingue ninguna zona concreta de afección máxima. Todos los síntomas expuestos en la fase 3, a los que se suman temblores más o menos pronunciados en las extremidades, que aumentan progresivamente, dificultad para el habla (voz baja, arrastrar las palabras, boca seca). Imposibilidad para dormir debido al dolor agudo.
FASE 5: Inutilidad total. Todo lo expuesto en la fase 4, añadiendo posible visión distorsionada (borrosa, ver doble, no ver de lejos) y mareo extremo (sensación de que el mundo gira cuando estas tumbado quieto, por ejemplo).

El caso es que la pastilla que antes os mencionaba, me la tengo que tomar una vez estoy en la fase 1, como mucho en la fase 2. Muchas veces llego a la fase 3 antes de que la pastilla haga efecto y remita la migraña. A veces simplemente la pastilla no hace efecto, y debo tomarme otra a las dos horas si la migraña no ha remitido o ha ido a más. Algunas veces ni por esas funciona la cosa y la migraña sigue su curso hasta la fase 4 y posteriores. Otras veces simplemente vomito poco después de tomarme la pastilla y esta no llega a hacer ningún efecto.

En estos casos, tengo que ir al hospital, a urgencias, a que me pinchen la medicación, ya que en los centro de atención primaria, por desgracia, o no pueden administrármela, o me recetan un helocatil y me dicen de pedir hora al día siguiente con mi medico de cabecera (os juro que esto me ha pasado ni una, ni dos, sino tres veces) o directamente están cerrados.

Y todo este rollo os lo cuento porque de esto vengo a hablaros hoy, de los triages de los hospitales.

Como habéis leído antes, en el momento en el que yo llego a urgencias, estoy en la fase 3 de la migraña. Entonces me dan un papel y me mandan a la sala de espera.

Aquí es donde empieza la agonía. Los hospitales no están echos para las personas con migraña, mucho menos las salas de espera. La de mi hospital de referencia, por poner un ejemplo, es una sala enorme, al lado de dónde aparcan las ambulancias (figuraros el ruido), una iluminaria que ni en el mejor de los días de agosto, a las dos del mediodía en una playa del sur se llega a tener. Con maquinas expendedoras que hacen un ruido atronador y pitan sin motivo alguno. Por no hablar de los indicadores, únicamente acústicos y a todo volumen, que hay en esa sala ("Sergio Fernandez, consulta 5, Sergio Fernandez, consulta 5", porque no tienen bastante con una vez, que deben repetirlo). Y la gente, los otros pacientes, que siempre hay el que no puede evitar hablar por el móvil a todo volumen, o gritarle a un niño, o simplemente, ponerse a charlar como si eso fuera un parque.

Pero pensaréis, "Una persona en tu estado, la atienden rápido en un triage". Eso no es cierto. Resulta que la migraña no es una enfermedad que se considere preferente en urgencias. Ningún tipo de migraña. Y quiero resaltar esto, porque con otras enfermedades si que se hacen distinciones según el grado. El dolor no importa, siempre que este no te mate, esa es la consigna.

El tratamiento que me hacen a mi cuando me atienden (pincharme la medicación) se hace, literalmente, en diez minutos: me miden el azúcar, la presión, la coordinación y finalmente me inyectan la medicación. Y para casa.

Esa es la teoría. A la práctica me dejan en la sala de espera, tumbada en tres sillas de plástico o directamente en el suelo, porque sentada me mareo más. Y a esperar. Podéis imaginaros que la migraña no se para solo por el echo de cruzar las puertas del hospital, sino que necesita de la medicación, y tiene una evolución muy rápida (en un plazo de dos horas puedes pasar de estar bien a la fase 5, si no tomas ninguna medicación).

Mientras tanto, en esa sala, veo pasar por delante mio a gente que trae a niños con un resfriado, a los que se han levantado con dolor de pie y a los que han pillado una conjuntivitis. ¿Porque? Bien, porque se quejan más que yo. Esa es la triste realidad. Se quejan más, y por cansinos les pasan antes por el triage. Se quejan a voz de grito, eso si, de que llevan muchas horas esperándose, mientras yo, que he llegado antes que ellos, me quedo callada.

Van pasando los minutos. Y los minutos se convierten en horas. Yo entro en la fase 4 de la migraña, pero el padre del niño con un resfriado se ha quejado tanto de que el niño esta a 38'5º de fiebre que a pesar de llevar ahí solo 20 minutos, lo pasan antes. Mi padre le pide amablemente a la enfermera una bolsa por si vomito.

Pasan dos horas... Y yo ya no soy ni capaz de levantarme, pero el señor con la conjuntivitis ha perdido toda la educación con la señora enfermera de la recepción, y lo acaban de hacer pasar. Mi padre avisa a la enfermera de que estoy muy muy mareada y que le he dicho que empiezo a ver doble.

Pasan tres horas... Y yo ya estoy en la fase 5, pero el chaval del pie empieza a alegar que le duele tanto tanto que no puede más, y también entra antes que yo. Todos los que he mencionado antes han salido tan campantes de la consulta, como si solo con ir ahí se les hubieran pasado todos los males. El chaval del pie sale sin siquiera llevarlo vendado. Mi padre avisa a la enfermera que mis temblores ya han dejado de ser temblores, que más bien parecen convulsiones. Ni siquiera se molestan en venir a mirar como estoy.

Pasan 4 horas. 4 horas de intensa agonía. Agonía de verdad. Soy incapaz casi ni de abrir los ojos, apenas puedo hablar. Me duele tanto la cabeza que ni siquiera se que me duele exactamente. Mi padre no puede más y pierde toda educación con las enfermeras. A mi eso me lo cuentan luego, yo solo oigo gritos de fondo.

Y llega el milagro. Después de que mi padre perdiera la educación, entonces si que me llaman a consulta. Tardo cinco minutos de reloj en avanzar los diez metros que me separan de la puerta. Nada más verme entrar, el medico me hace pasar a una sala interior con camillas y semioscuridad, preguntándole a mi padre que como me han dejado llegar a este estado antes de traerme al hospital, mientras que mi padre le responde de malos modos que llevamos más de 4 horas esperando. Me hacen las pruebas pertinentes, me preguntan cosas que responde mi padre porque yo ya no estoy receptiva. Me pinchan (o me sedan, que se yo, solo se que me quedo frita casi al instante) y me dejan ingresada todo lo que queda de noche. Los siguientes dos días me los paso en cama, en casa, todavía con replicas de dicha migraña.

Eso es lo que me pasó el ultimo día que fui a urgencias. Me da miedo tener que volver.

Porque el problema seguirá ahí. En los múltiples triages que he vivido con las migrañas, la división que hacen es la siguiente: los que se están muriendo, y los que no. Y de este ultimo grupo, cuanto más chillas, mas te quejas y más borde eres, antes de atienden.

De eso van hoy los tiages, y los he vivido no solo en Barcelona, sino también a lo largo y ancho de la península en los periodos de vacaciones. Este solo es un ejemplo del tipo de educación que tenemos en este país, y el modo de funcionar.

Grita y se un capullo, que las cosas así llegan antes y mejor, sin importar el como o a quien pises para conseguir lo que quieres.

Si esa es la metodología, como bien decía una amiga mía, es "adaptarse o morir".

Yo ya he aprendido la lección. Mi padre también. En la próxima migraña, que pasará tarde o temprano, mi padre será uno de esos padres imbéciles de los que les grita a las enfermeras a los veinte minutos de estar en la sala de espera. Nadie se merece cuatro horas y media de agonía por el simple echo de tener (y mostrar) un poco de educación, así que, con todo mi pesar, vamos a dejar de tenerla.

Perdón por adelantado.

martes, 28 de abril de 2015

Enfermedades infantiles y otras maneras de odiar a los niños

Se que os debo la continuación de mi traición al mundo au pair, pero como persona que lleva desde el jueves con fiebre, me permito la libertad de desahogarme.

Y es que hoy os vengo a hablar de esas bombas biológicas, esas pequeñas armas de destrucción masiva, esas malditas fuentes de enfermedades que son los NIÑOS.

No, no soy cruel, ni despiadada. Solo pienso que si me dais un pañuelo con mocos de un niño menor de 12 años, puedo borrar del mapa a una población del tamaño de China solo con pasearme con el por las calles.

Como algunas sabrán, aprovechando que mi jefa aún está de baja maternal, éste mes he compaginado mi trabajo de nanny haciendo talleres de manualidades en distintos colegios (cosa que llevo haciendo desde setiembre). Esta semana pasada, siendo el jueves 23 de abril (día de Sant Jordi), me he hartado a hacer dragones, rosas, princesas y caballeros.

Y entre dragón y rosa, toma mocos y niños enfermos. Muchos niños enfermos. Que me pregunto yo, porque sus malditos padres no dejan los niños en casa cuando están con los mocos a la altura de la rodilla, imagino que para que la gente como yo se pase cuatro días en cama al pasar por su lado.

Han sido estos cuatro días los que me han llevado a realizar un estudio muy muy profundo sobre esto. Finalmente, he descubierto los 5 tipos de niños enfermos:

El del moco sorpresa

El clásico. Es ese que está estupendo, genial, sin síntomas y de golpe ¡zas! ¡ACHÍS! Toma moco hasta el suelo. Puntos extra si se saca la lengua cuando el moco sobrepasa la boca. Regalo si ese moco lo suelta encima de alguien. Premio si no se sabe limpiar solo y aparece arrastrando el moco hasta su profesora/monitora/loquesea al grito de "tengo mocooooos".

El de "he vomitado añadir aquí momento de ese mismo día"

Ya querido, PUEDO OLERLO. Enserio, si tu hijo vomita en la entrada del colegio, y sobretodo si es pequeño, con suerte y poniéndole velas a algún santo, no se manchará, pero el olor del vómito se pega muchísimo y créeme que tu hijo va a oler mal. No hablemos del hecho de que el niño puede volver a vomitar y ya entonces ni te cuento. Llévalo a casa ni que sea a lavarle los dientes, por Dios.

El drogao

Este es el que no se queja, que sigue el ritmo de la clase como puede, pero que está apagadillo, como amodorrado... vamos, que parece haberse fumado tres porros antes de entrar. Te da por acercarte y si señor, al niño se le pueden freír huevos en la frente. Llamas a los padres para informarles de esos 39º sospechosos de su hijo y te contestan que ellos están trabajando pero oiga, que le podemos dar el chute de Dalsy que obviamente ellos ya le han dado en casa y que como podemos ver, ha funcionado de maravilla.

El perrillo

¿Os suena eso de la tos de perro? ¿Esa tos tremenda, de fumador de dos paquetes diarios los últimos 30 años? De golpe estás en clase, con un grupo de niños pacíficos y silenciosos, hasta que un ruido semejante a un hipopótamo atragantándose rompe el silencio. Terror. Identificas al niño e intentas no acercarte mucho el resto de la hora, por seguridad. Como mucho, le dices que vaya a beber agua si ves que se pone azul.

El "la madre que te parió, cabrón"

He intentado ser suave, pero mis días de fiebre me han afectado. Este es el típico niño que espera, sin más motivo que el de joderte, a tenerte cerca, entendiendo como cerca el tenerte agachado justo delante suyo, y sin motivo ni sospecha de que va a hacerlo, toserte, estornudarte o soltarte un moco del tamaño de Cuenca en la mismisima cara.

Y a ti, mientras te pasas la manga por la cara, se te parte el alma pensando en el fin de semana que te espera, hecha un kebab en la cama mientras lloras y un rollo de papel de váter con su respectiva montaña de pañuelos usados te acompaña.


Muchos ánimos a todas las enfermas de esta época del año, sobretodo a las que trabajan con niños y les pegan todos y cada uno de los virus que puedan tener. Algún día los contagiaremos nosotras a ellos y ganaremos la guerra. Palabra.


martes, 14 de enero de 2014

¿Se engorda siendo au pair?

Una de búsquedas más comunes en Google para llegar a mi blog es esta pregunta. No es raro que la gente se pregunte que puede pasar al irse de casa, pero personalmente, una vez has sufrido lo que vamos a llamar los meses del terror (desde que llegas, hasta que te adaptas totalmente), el engordar lo considero el menor de los problemas. Cuando cambias de rutinas, de dieta, de agua, de horarios... tu cuerpo se trastorna, cambia y hace perrerías de las más sucias. Y te pegas unos sustos de mucho cuidado, para que negarlo.
Este año he hablado con muchas au pairs o chicas que pasaban una temporada fuera de casa. A muchas nos han pasado varias cosas en común que me parece, como poco, curiosas de comentar:

Adelgazas

Los primeros meses de ser au pair muchas chicas adelgazan. Se hartan de chocolate, de chuches, de McVarios, de comida autóctona... Y aun así adelgazan. En mis primeros 2 meses, adelgacé casi 3 kg. Pero que no os engañen, todo esto no es para nada motivo de alegría, porque...

Engordas

Si, queridas, TODAS ENGORDAMOS. Pasados esos primeros meses de alegría, empiezas a engordar y eso no hay quien lo pare. Recuperas todo eso que has perdido y otros 5 kg de regalo, en el mejor de los casos. Yo volví a casa con 3 kg más de los que llevaba al irme, y que me acompañan desde entonces sin intención de dejarme próximamente.

La regla aparece de pascuas a ramos

El susto que muchas se han llevado con esto, no os lo quiero ni contar. Y me incluyo en el club. Que tu regla desaparezca un buen día de invierno y no la vuelvas a ver hasta finales de primavera no es precisamente motivo de júbilo para la mayoría de no-menopausicas del planeta tierra. Aún así, que no cunda el pánico: no es necesario, en el peor de los casos, empezar a buscar nombres para un churumbel. Es totalmente normal que pase esto con todos los cambios a los que estamos sometidas (sumándole encima los nervios, el estrés, el cansancio...), es más, cuando volváis a casa, posiblemente os va a pasar de nuevo.

Te cansas más rápido

Los primeros meses, te sientes floja, como si no comieras bien (que es posible), o como si tu cuerpo no estuviera al 100% (cosa altamente probable), o como si tres críos hasta las cejas de azúcar os hubieran pasado por encima (que también). Comer mucha fruta y beber mucha agua, cosas que fuera de España muchas veces no se estilan demasiado y es lo que nos provoca semejante bajón físico. Ahí va el consejo de abuela del día: comprad naranjas y hartaros a zumos. Funciona.

Duermes mal

No lo he vivido en mis carnes, pero muchas chicas lo comentaban a menudo. El no estar en tu cama, o con tu almohada, o la temperatura, los ruidos... marcan mucho a la hora de tener un buen sueño. Muchas veces también nos pasa al cambiar de horarios (que no de hora, eso es otro asunto). A mi me costó horrores eso de acostarme a las 11 cuando estaba en Alemania (me despertaba a las 6 am) dado que en mi casa, a esas horas muchos días aun estoy cenando. En cualquier caso, no es nada preocupante y se pasa con la adaptación.

Tienes cambios emocionales muy bruscos

Algunas chicas muy estables emocionalmente, cuando se van de casa les den unos bajones impresionantes sin ningun motivo. No nos alarmemos. Esto pasa con el cóctel físico-mental que arrastramos. El cuerpo va como bien se le antoja, las hormonas circulan libremente por aquí y por allá sin ningún orden, y encima echas de menos tu cama, tu familia, la comida de tu madre y tu perro. Lo raro seria que al irnos de casa tengamos una estabilidad emocional que antes no teníamos. Como todo lo anterior, también pasa con el tiempo, pero al principio te deja para el arrastre muchos días, y para seguir siendo au pair solo vale una cosa: no caer en un hoyo del que no se pueda salir.


¿Os ha pasado algo parecido a vosotras? ¿Cuanto tardasteis en "volver a la normalidad"?
Seria interesante que algun chico nos contara si ellos sufren algún cambio de algun modo (claro está que no les va a desaparecer la regla). ¿Algún voluntario?

sábado, 23 de noviembre de 2013

Niños con necesidades especiales. ¿Un niño especial?

En todas las webs y agencias de búsqueda de au pairs y familias se encuentra, tarde o temprano, la famosa y temida pregunta:

¿La au pair ha de atender niños con necesidades especiales? 

Me hace mucha gracia esto. ¿Que se considera necesidades especiales? Fácil, me diréis: un niño con alguna dificultad de ámbito físico (en silla de ruedas, con dificultades motrices, parcial o totalmente ciego/sordo...) o un niño con alguna dificultad de ámbito mental (autismo, síndrome de Down, síndrome de Asperger...). ¿Y que hay de todos esos niños que tienen algun problema como la hiperactividad, la anorexia? ¿Estos no tienen necesidades especiales? Parece ser, que cuando se trata de buscar una au pair, no.

Si a eso le sumamos que España es un país bien conocido por cumplir eso de "Solo parecías tonto, después has abierto la boca y no has dejado lugar a dudas de que lo eres", donde exhibimos nuestra propia ignorancia y no contentos con eso, alardeamos de ello, es cuestión de tiempo que la desgracia llegue.

No hay mejor ejemplo que la mala costumbre de utilizar algunos nombres de trastornos o enfermedades como sinónimos de uso común para describir algo, perdiendo totalmente el significado real de esa palabra. Quien no ha escuchado/usado nunca eso tan típico de "Hoy estás hiperactivo", o "¿Estas bipolar o que?", o el ya famoso "Esa tía está anoréxica".

Todo el mundo cree conocer lo que es un niño con sindrome de Down o un niño autista, a pesar de no saber más allá de los tópicos típicos de cada situación, y pocas chicas (o chicos) se animan a aceptar familias con niños con estos problemas.
Y sigo diciendo que me hace gracia, porque estas mismas chicas, semanas después, acaban en casa de un niño hiperactivo (y esto es un caso real, para que os hagáis una idea...). ¿Por que? Porque no se tiene ni puta idea y la ignorancia es muy pero que muy atrevida.

Por esa misma razón me veo ya no obligada, si no que creo que es absolutamente necesario hablar de que significa cada cosa, y que hacer en cada situación. Cuidar a un niño no es un juego.

Primero de todo, las familias con un niño con algun problema de esta índole, no pondrán que necesitan cuidado para necesidades especiales, pero la realidad es otra. Cuando os digan que el niño tiene déficit de atención o cualquier lindeza de este nivel, preparaos: lo PRIMERO que hay que preguntar, sin dudarlo ni un momento, es si el niño en cuestión ESTA DIAGNOSTICADO. Aquí hay dos opciones:

a) Os dicen que si. En este caso hay que informarse de que particularidades requiere hacerse cargo de un niño con esa problemática. Cualquier cosa que este diagnosticada, sea lo que sea, deja de ser un juego y significa una particularidad muy concreta en sus cuidados, por muy leve que digan que es: si os lo cuentan, es por una razón, no subestiméis eso.

b) Os dicen que no. Eso significa que o bien están en ello, o bien que el padre o madre en cuestión es imbécil.

Siempre he dicho que prefiero ser au pair de un niño con Síndrome de Down que con un niño hiperactivo, y pensaréis que exagero. Bien, ahora pasaré a explicar así por encima lo que significa atender a un niño con una de estas enfermedades tan de uso común en España, y a ver cuantos me dan la razón después:

Trastorno bipolar

Un bipolar no es alguien que esta feliz y al día siguiente esta borde. No es alguien que te contesta mal porque se la levanta con mal pie. No es alguien que "le da un bajón" porque saca una mala nota o rompe con su pareja.
Por suerte, no es una enfermedad mental común entre los niños, pero si sois au pairs de adolescentes, puede que por algun casual del destino os encontréis con uno al que ahora se le empieza a manifestar.

¿Que comporta el trastorno bipolar en niños y adolescentes para una au pair?

- Lo peor, para quien lo cuida, es que pueden tener pensamiento suicida. Se pueden herir a si mismos o a los de alrededor.
- No "cambian de estado de animo", no de la forma en que uno lo pueda imaginar. Los estados de animo duran varios días (5-7 días), y consisten en que están completamente eufóricos y activos, o completamente deprimidos, o una mezcla de los dos. Todo esto, tampoco es como nos lo imaginamos: no es "euforia" y "tristeza" normal, es el punto de llevarlo al extremo, y estar así durante la mayor parte del día. Como si uno de vuestros niños tuviera una rabieta de 24 horas.
- Tienen problemas de sueño: o duermen mucho (en estados de depresión) o duermen muy poco (en estados de euforia). Imagino que sabéis lo que pasa cuando un niño no duerme bien. Ahora a eso, sumarle lo que acabo de escribir arriba y abajo.
- Pueden sufrir dolores varios muy frecuentemente (de cabeza, de estomago, muscular...).
- Hacen cosas que pueden poner en riesgo su vida en los estados de euforia.
- Hablar sin control, excesivamente rápido y sin coherencia, cambiando de temas a placer.
- Suelen pensar y hablar con mucha frecuencia de la muerte y de sexo.

Esta enfermedad requiere medicación SIEMPRE, durante toda la vida.

Déficit de atención con hiperactividad

Esto puede ir todo junto, o por separado.
En todo el mundo moderno, hay ahora la capacidad de colocar el cartelito de TDAH a cualquier niño inquieto, y eso ha echo que se desvirtúe sobremanera y que la gente no entienda ni sus necesidades, ni los cambios en el cuidado, porque los hacen pasar por la vara de medir "común".

A grandes rasgos, el déficit de atención con hiperactividad (en todas sus variantes combinadas), se define por la dificultad atencional sobretodo en temas que no son atrayentes (déficit de atención) y la incapacidad de mantenerse sin actividad durante un periodo medio-largo (hiperactividad).

¿Parece una tontería? Bien, veamos con que nos podemos encontrar con un niño así:

- Son incapaces de: estar sentados en la mesa mientras comen, hacer las tareas de un modo continuado, prestar atención a una película completa, hacer la misma actividad durante un tiempo limitado, escucharte, ...
- Suelen: tener mal comportamiento frente a lo socialmente aceptado (querer estar de pie cuando debería estar sentado, hablar cuando no le corresponde...), hablan mucho y muy deprisa, a veces con un tono de voz elevado, se mueven continuamente, no se cansan, pueden hacer movimientos involuntarios, inquietud continua, tics nerviosos, pierden y olvidan las cosas con una facilidad pasmosa...

Muchas veces, cuando son niños pequeños, para algo tan simple como que te escuchen, es necesario coger al niño de los hombros, hacer que te mire a los ojos, decirle lo que quieres, repetírselo, preguntarle si lo ha entendido, y posteriormente, tener esperanza en que realmente te haya escuchado. Todo eso para decirle que es hora de ir a cenar, por ejemplo.

Cuando el niño es más mayor, puede tener problemas en el colegio que va a acabar llevando a casa, donde tu tendrás que echar una mano.


Anorexia, bulimia, otros trastornos alimentarios

La niña, que tiene la tontería encima y no come. 
(explicación de una madre respecto a su hija de 13 años con anorexia nerviosa)

Vivimos en un país donde los trastornos alimenticios aun son tomados como una broma por la mayoría de la población. Una anoréxica es una chica extremadamente delgada que no come y vomita. Una bulimica es una gorda una que no para de vomitar. Y si nos metemos en el conocimiento general de diversas actitudes compulsivas referidas a la comida, haríamos llorar a más de un psicólogo.

Vengo a romper con todo esto, porque estos problemas son muy comunes en preadolescentes, y cada día se diagnostican en mayor número en niños. Me voy a centrar en lo más común:

Anorexia nerviosa

La anorexia, a grandes rasgos, es el miedo extremo en engordar, haciendo que las personas que lo padecen lleguen al punto de abandonar totalmente el comer e incluso el beber en los peores casos, mostrando un peso inferior a lo médicamente recomendado por su altura y constitución.
Dichos "populares" mal entendidos:
- Sufren de delgadez extrema. Mentira: el problema es que solo se le da importancia cuando la sufren, pero antes de que lleguen a eso, tienen un peso normal o incluso superior a la media. Una persona que sufre de anorexia puede estar obeso en las primeras fases, no se llega a la delgadez extrema de un día para otro.
- Dejan de comer. Verdad a medias: es muy complicado darse cuenta de que una persona deja de comer, y más si esta te miente continuamente. ¿Dejan de comer? Si. ¿Te das cuenta? Muy posiblemente, no.
- Están deprimidos. Verdad a medias: tu no tienes porque verlos deprimidos, ni siquiera te puedes dar cuenta de que les pasa algo.

Bulimia

Al contrario que la anorexia nerviosa, la bulimia se caracteriza por comer muchísimo en un plazo de tiempo determinado para después acabar vomitando, usando laxantes o otros tipos de purgas. También es posible que en vez de purgas, se intente eliminar ese exceso de comida con ejercicio muy intenso o con periodos más o menos cortos de inanición.

- Comen continuamente. Verdad a medias: tu nunca verás un atracón de comida por su parte, ni siquiera te darás cuenta de la cantidad de comida que han consumido. Suelen disponer de comida escondida que tu desconoces.
- Tienen sobrepeso. Mentira: al igual que con al anorexia, solo en los estados graves de la enfermedad puedes guiarte por el peso. Por otro lado, una bulimica pierde peso del mismo modo o similar que una anoréxica.

¿Que comporta ser au pair de alguien con estos trastornos?

- ¿Os creéis muy listos? Bien, ellos lo son más. Van a esconder comida donde tu ni siquiera puedas imaginar (ya sea para pegarse atracones como para no comérsela).
- Muchas veces, los últimos en darse cuenta de que un niño tiene este problema, son los padres. Tener los ojos bien abiertos.
- Hay que controlar que comen, cuando lo comen y vigilar mientras lo hacen.
- En casos extremos, hay que controlar también el baño.
- Hay que evitar tener en casa cualquier cosa capaz de indicar el peso (cintas de medir, basculas...).
- Mienten. Mucho. Y cuesta mucho darse cuenta de que lo hacen.
- Juegan con la comida y engañan fácilmente en las cantidades ingeridas.
- Pueden sufrir de depresión y de otros trastornos de personalidad añadidos.
- Tienen frío, la piel seca y el pelo débil. Las chicas, cuando ya llevan un tiempo metidas en esto, pueden presentar amenorrea.
- Presentan ansiedad.
- Pueden tener comportamientos compulsivos (tener que lavarse las manos tres veces cuando tocan a alguien, por ejemplo)
- Pueden autolesionarse.

Si el niño/preadolescente ha tenido algun roce con estas enfermedades, es muy posible que en algun momento recaigan. Por esa razón hay que tener ojos hasta en la nuca.


Podríamos seguir con temas como la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo... Pero creo que ya os podéis hacer una idea de que es necesario tener todas estas cosas en cuenta cuando elegimos una familia, que debemos ser sinceras y pensar si realmente podremos con estas cosas, en vez de quitarles importancia y después darnos de bruces contra la realidad, porque podemos perjudicar muchísimo a un niño que, por mala suerte en esta vida, le ha tocado sufrir alguna de estas situaciones.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Diferencias culturales y otros abismos II: La circuncisión

Nunca pensé que escribiría esta frase, pero ahí va: hoy hablaremos de penes.

La circuncisión, para quien no lo sepa, consiste en cortar la parte del prepucio que cubre el glande, de manera que éste queda permanentemente al aire. ¿Que por qué os cuento esto? Porque para mi sorpresa, sin quererlo ni beberlo, nos podemos meter en un buen berenjenal si sacamos el tema en un país anglosajón.

Me explico;

Resulta que hoy he tenido que leer un estudio sobre este tema para un trabajo de la universidad, y buscando información sobre ello, he descubierto que al contrario que en los países europeos (menos en las Islas Británicas, que todos sabemos que ellos han de tener ese toque "especial" para ser felices), en los países anglosajones este echo se considera muchas veces una operación rutinaria que se realiza a los niños recién nacidos o de pocos meses de edad.

Ojiplatica me he quedado.

El caso es que aquí en Europa, esta practica no es para nada común (entendiéndose como practica el operar al niño recién nacido sin motivo aparente) y asociamos la circuncisión únicamente al mundo religioso (así como el musulmán o judío) o a casos de necesidad médica por casos extremos de, por ejemplo, fimosis.

Cual ha sido mi sorpresa al encontrar que por Internet, el debate de circuncisión si vs. circuncisión no a la altura del de leche materna vs. leche de fórmula. Y claro, me ha entrado curiosidad y he buscado sobre el tema.

Resulta que en USA, por allá a los años 60, los médicos "descubrieron" que los hombres y bebés circuncidados sufría menos infecciones urinarias. Y lo pongo entre comillas porque a los pocos años eso quedó totalmente desmentido, pero fue el tiempo suficiente para crear un monstruo: se estima que el 90% de los niños nacidos en los 60 están circuncidados.
Y de ahí llegamos al presente, donde la mayoría de padres están circuncidados y tanto ellos como las madres están adoctrinados en que eso es lo mejor para los bebés, según ellos ya no es solo por las "supuestas" infecciones de orina que provoca tener ese pellejo cubriendo el glande, sino porque es antihigiénico, tienes más posibilidades de tener SIDA, vas a tener fimosis casi seguro, vas a tener cáncer o incluso para que los niños no se rían de él en el colegio por tener el pene distinto. Estos son los argumentos más normales que he encontrado, que otras discutían directamente a golpe de pasaje bíblico, y digo otras porque curiosa e irónicamente, en estos debates suelen participar muuuuchas más mujeres (madres) que hombres.

De nada sirve contarles a todas esas mujeres que aquí, en Europa, nadie va cortando prepucios y ni por asomo se nos han extinguido los portadores del gen XY después de graves casos de fimosis adulta, a causa del SIDA y que para nada es antihigiénico. ¿Y quién tiene la culpa? Los médicos.

En USA, parece ser que hasta hace bien poco, los médicos te demonizaban si no "cortabas" ("my son get cut"... ese eufemismo usan, los muy cachondos) a tu bebé varón. Nadie les cuenta a esas madres, que muchos médicos han crecido con las mismas costumbres culturales que ella (es decir, haciendo la circuncisión como acto normal al recién nacido) y que muy posiblemente también esté circuncidado, y que eso, por muy medico que seas, es difícil de borrar, al igual que a día de hoy hay psicólogos que consideran la homosexualidad una enfermedad y la tratan como si tuviera una "cura".

Tampoco vale de nada contarles a esos padres que van a "cortar" a sus hijos, que la mayoría de veces que se producen casos de infecciones urinarias o de fimosis en recién nacidos o en niños pequeños es a causa de que esta operación esta TAN pero que TAN incluida en la sociedad, que ni siquiera los médicos saben como se mantiene la higiene de un pene con prepucio.
Al estar tan acostumbrados a tener el glande al aire, y a limpiarlo, ven NECESARIO limpiar el glande del bebe que tiene prepucio. Eso es una barbaridad impresionante. Cuando el niño es pequeño, el prepucio está pegado al glande precisamente para protegerlo de infecciones y de agentes externos cuando el niño todavía no tiene edad para iniciar su actividad sexual, por lo tanto, no se puede bajar tal y como lo hace un adulto para dejar el glande al descubierto. ¿Y que te recomiendan muchos médicos ahí? Intentar bajar el prepucio, provocando irritación e infecciones, que finalmente atribuyen al echo de no estar circuncidado.

Aquí voy a hacer un inciso para que nadie meta la pata en un futuro: a los niños, se les limpia el pene tal y como esta, solo por fuera. Nunca, bajo ningún concepto, se ha de intentar manipular el pene para limpiarlo por dentro. Solo el propio niño ha de intentar bajar el prepucio, ya que conforme se haga mayor este irá despegando, permitiendo retraerlo cada vez más. Esto solo lo ha de hacer el propio niño porque únicamente él conoce cual es el limite y cuando empieza a doler. Nosotras solo haríamos un destrozo.

Teniendo en cuenta que el prepucio lo tienen todas las especies y que es un elemento protector del órgano sexual antes de que este tenga un uso reproductivo, "cortarlo" para poder limpiar el glande y que sea todo tan "higiénico" como lo pintan, me parece equivalente a operar a las niñas para quitarles el himen y hacerles limpiezas vaginales desde recién nacidas. Llamarme loca, pero esta entrada está escrita desde la más absoluta sorpresa al enterarme de esta práctica.

Leída toda esta entrada, podéis imaginar cual es mi postura al respecto. De todos modos, después de las barbaries que he leído por Internet, y teniendo en cuenta que a día de hoy en USA, Canadá, Australia... se sigue haciendo esta operación a la mayoría de bebés, si en vuestra familia de acogida, al bañar al niño veis que tiene el pene descapuchado, meter la cabeza en el váter y no hagáis un solo comentario. Para preservar vuestra salud mental os lo digo, no vaya a ser que os den con la Biblia en la cabeza o te acusen de ser un guarro compulsivo.

sábado, 20 de julio de 2013

La Cuentitis Aguda y otras enfermedades infantiles

Cuando estudias medicina, hay una asignatura obligatoria de 6 créditos que abarca la Cuentitis Aguda y toda la variedad de enfermedades pediátricas que la rodean.
Hace un año aprobé, a base de sudor y lagrimas, un máster en Cuentitis, así que os voy a ilustrar un poco sobre esta enfermedad tan poco conocida. 

Síntomas

Esta enfermedad suele mostrarse en cuatro variantes distintas, conduciendo de todos modos, al mismo diagnostico. Véase entonces: 

- La oreja explosiva

El niño alegará, repetidamente, que su oreja sufre un horrible y permanente dolor punzante. Es una de las variantes graves de la enfermedad, dado que el dolor varia de oreja según el momento en que preguntes. Ocasionalmente, origina sordera selectiva y/o incapacidad de movimiento. 

- El pedo atravesado

Se dice de esa variante en la que el niño en cuestión tiene un súbito y repentino dolor de barriga. Curiosamente, no hay aparición de diarreas ni de vómitos, pero el hambre del sujeto se mantiene o incluso aumenta a pesar de esa gran presión estomacal que sufren. Los síntomas desaparecen y vuelven a aparecer repetidamente a lo largo del día y según lo cercana que esté la hora de comer. 

- La cabeza humeante

En este caso, el niño se comportará de manera extraña, y agarrándose la frente con gran credibilidad, te comentará a base de susurros que le duele "muchísimo" la cabeza. Toda la cabeza, por dentro, por fuera y por cada uno de sus lados. Durante el transcurso de la enfermedad, pueden producirse lapsos de tiempo extensos de parpadeos lentos y imitaciones teatrales de ojos vidriosos. 

- El cuento chino

Esta es la más fácil de todas en lo que a reconocer los síntomas se refiere. Al niño en cuestión alegará que le duele "todo", entiéndase por todo, todas aquellas cosas que tu le preguntes que tiene. El infante, haciendo un sobreesfuerzo mental, concluirá su retahíla de dolores alegando que tiene "fiembre". 


Complicaciones

Como todas las enfermedades, la Cuentitis Aguda consta de varias complicaciones, a cada cual más preocupante. Estas complicaciones pueden llegar a que varias variantes se unan y creen una super enfermedad de riesgo mortal. Las complicaciones principales suelen ser:

- Aparición de los progenitores

En los pacientes graves de Cuentitis Aguda, el contacto directo o indirecto con los padres agrava la situación hasta puntos insospechados. Esta grave complicación puede producir gritos, lloros, berridos y pataletas extraordinarias. Durante estas crisis, por fortuna, desaparecerán todos los males, pero regresarán multiplicados por cinco en el momento en que los padres afirmen que el niño esta "enfermo". 

- Antecedentes médicos

Si el niño sufre frecuentemente otras enfermedades como gripes, fiebres, gastroenteritis o otitis, ten por sentado que las Cuentitis aparecerán mostrando la variante de síntomas parecidos a las enfermedades nombradas anteriormente. 

- Futura realización de eventos o actividades

Siempre y cuando el niño, en un futuro próximo que abarca desde días hasta pocos minutos, ha de ir a alguna actividad o celebración, siendo esta de ningún interés para la criatura, puede ésto estar precedido de la aparición de la enfermedad en cualquiera de sus variantes.

- Contagios grupales

Si en tu casa habitan varios niños, es posible que la Cuentitis se contagie de uno a otro con una rapidez pasmosa. También se han dado casos de contagios de padres a hijos o incluso de perros a niños. 


Tratamiento

Cada una de las variantes tiene un tratamiento distinto:

- La oreja explosiva

En este caso, lo más efectivo es preguntar repetidamente cual es la oreja que le duele. El siguiente paso es hacerle notar al niño que lleva diciendote que le duele una oreja o otra alternativamente. Finalmente, ponerle la chaqueta y llevarlo donde sea que tenga que ir. 

- El pedo atravesado

Esta requiere de una gran paciencia. Hay que tratar al niño como si sufriera la más grave de las gastroenteritis posibles, siguiendo las 5 normas de obligado cumplimiento:

- No comerás ni beberás nada que no sea arroz hervido y agua.
- No jugarás con demasiado movimiento.
- No saldrás a la calle por si aparece una grave diarrea.
- No te juntarás con tus hermanos o hermanas, ni hablemos de amigos, no sea que se de un contagio.
- Dormirás largo tiempo y visitarás el baño cada media hora aproximadamente cuando estés despierto. 

- La cabeza humeante

El dolor de cabeza se cura durmiendo en la oscuridad más profunda mientras los demás hacen cosas sumamente divertidas asegurando que el enfermo las oye.

- El cuento chino

Una vez el niño diga que se encuentra mal, pregúntale que es lo que le duele. Te dirá que le duele una parte de su cuerpo. Sea la que sea, pon cara de gravedad, como si te creyeras semejante cuento, y pregunta si le duele otras dos partes del cuerpo totalmente distintas. Por ejemplo: Le duele la cabeza? También le duele el pie y la barriga?
Cuanto te conteste afimativamente a los lugares que le has propuesto, pon cara de gravedad y empieza a enumerar todas esas cosas que no podrá hacer, que no podrá comer, y que no podrá visitar durante todo ese largo tiempo que tardará en curarse de tan grave enfermedad. Terminar esto con un "¿De verdad que te duele tanto?" con una voz dramática. Si sigue afirmando que le duele, proponer la cosa más aburrida del mundo "Pues a la cama, que si no no te vas a curar. ¿Que son las 4 de la tarde? No me importa, a la cama a curarse". 


Prevención

Siempre se dice que mejor prevenir que curar. En este caso, es muy cierto. Solo hay un modo de prevenir la Cuentitis, y es el no creerte la enfermedad y sobre todo, no aceptar la reincidencia. 

jueves, 14 de junio de 2012

Alergia, médicos homeópatas y ojos en formol.

Tengo una alergia del cagarse. Sin más. No veo un carajo de la conjuntivitis que traigo. Y el maldito Arzt con tendencia homeopática (por no decir homicida o muy adorador de Santa Lucía o eso de arrancarse los ojos), ni flores el muchacho, que no da una. Ya le puedo decir que eso es alergia, que de verdad, no se me caerán los ojos (o si como siga así, ya os contaré) ni le pegare la lepra a las niñas. Es una puñetera alergia. Pues ni flores, que el parece conocer mi historial medico mejor que yo, manda cojones. 


Pues el buen hombre me receto unas gotas. Unas malditas gotas de SUERO y unas bolitas que a mi me huele que eso es sacarina, porque a eso sabe, y que beba mucha agua. Sisi, suero, agua y bolitas. Para "limpiar" el ojo y el cuerpo, palabras literales del señor Arzt, lo juro. Lo que me faltaba. Solo le faltó recomendarme hacer yoga para purificar el alma y rezar tres padre nuestros al amanecer. Ya le puedo decir yo que no es que me meta arena en los ojos hasta que los tenga como tomates, es que la maldita alergia me los pone así, y que mi medico de mi tierra, ese viejete amable, me receta unas gotas a antihistamínicas y unas pastillas fantásticas, que quien me mandaba a mi perder las que traje.

Pero el hombre dale que dale que no es una conjuntivitis alérgica, que eso pasa en primavera. Punto y fin. Pues vera señor medico, tengo la nariz mas seca del carajo (con sus respectivos sangrados eventuales) y unos mocos que parecen cemento, que no hay quien los quite de ahí. Tengo los ojos que parece que se me ha muerto alguien, me paso el día llorando. Y a eso se le suma que justamente me pasa eso cuando empiezan a hacer las obras en la fachada y llenan la casa de polvo. Adivinar: soy alérgica al polvo.

Y ya podía decir misa ya, que el machote teutón tenia que tener razón. Total que dos días con suero, bolitas y rezando al santo del vino, y regreso a la consulta con los ojos echos un asco, y el hombre no va y me dice: "pero seguro que has seguido el tratamiento como yo te dije?". No compañero, no es que no lo siga, esque créame cuando le digo que aunque meta la cabeza dos días seguidos en el dichoso suero y me eche las bolitas en vez de Colacao en la leche mañanera, no se me ira así porque si la conjuntivitis, querido alemán mio.

Y ha tenido que venir el otro medico de la consulta para confirmar que si, que era una conjuntivitis alérgica, porque no llega a ser por mi madre de acogida que le ha armado un follón digno de ser nombrado y ese hombre espera a que le traiga los ojos en formol para darme algo más que suero y bolitas. Que todo hay que decirlo, no se quien flipó más con esto, si yo o ella. Ese mismo medico, según me ha contado, le recomendó a su hermana meter el pie en Quark (que es una especie de queso medio liquido, así como yogur) porque se lo torció. Un genio de hombre vaya.

En resumen: con esta experiencia he aprendido que a mi me venderán muchas cosas, pero desde este momento, la medicina alemana no es santo de mi devoción, y la homeopatía pasa a estar en mi lista mental de fiabilidad, entre la Powerbalance y las bayas de goji.


Dicho esto... El lunes me voy a Barcelona a hacer mis exámenes finales de la universidad, y esta ultima semana no he podido abrir ni un solo tocho de apuntes. Ahí si que le rezaré a quien sea.

Desearme suerte (la necesitaré).


PD: no os preocupéis si hay letras cambiadas, o cosas raras, es que no veo tres en un burro y el teclado esta bastante borroso. Sera que el suero me produce un efecto parecido al alcohol...