Ni sí ni no, sino todo lo contrario

Llevaba tiempo queriendo hacer esta entrada, cosas así hay que contarlas.
Resulta ser que había una familia majisima, de esas que parecen las de la tele, en las que la madre no se pasa el día a gritos, berridos y amenazas de esconder la Xbox para que alguno de sus queridos retoños le haga caso, que los niños son perfectos deportistas y las niñas bonitas princesas. Pero no, no es oro todo lo que reluce.

Hay que decir, que todo fue fruto de la casualidad. Me metí en un foro, en busca de otras au pairs de la zona donde vivía esa familia (para concretaros: en una islita del mar del norte, kilómetro arriba kilómetro abajo de donde Jesús perdió la chancla). Por cosas del destino, encontré una au pair que casualmente, estaba hablando para irse con una familia de la misma islita que yo. Demasiada casualidad. Y así fue, demasiada que no podía ser bueno de ninguna forma. Las dos estábamos hablando con la misma familia. Hasta ahí, solo una coincidencia. En defensa de la familia diré que ellos ya nos habían dicho que hablaban con otras au pairs. Lo que no nos dijeron es que a todas las trataban como "favoritas".

Voy a explicar eso; resulta ser que la buena mujer se dedicó a decirnos a las dos (y tres y cuatro, que nosotras teníamos la teoría de que había "otras", y que en efecto, resultó ser verdad) que eramos su favorita, que teníamos casi todos los números de ser nosotras las elegidas, que parecíamos perfectas... Vamos, deleitándonos la vista con frases y cosas que te hacen pensar "me voy con estos seguro".

Lo que esa mujer no debió pensar, es que el mundo es un pañuelo y tres son multitud. Entre esta au pair y yo nos fuimos pispando de que a las dos nos mandaba los mismos e-mails de "tu-eres-nuestra-perfecta-aupair" y demás. Y como no, llego el día en que nos dijo "hoy vamos a decidirnos por una!". Y lo hicieron, madre mía como lo hicieron...

Por la mañana me llamaron a mi casa, la madre, me dijo que yo era la elegida y hablamos de vuelos, de cuando me iba mejor ir... Por la tarde le manda un correo a la otra chica diciéndole que no estaban seguros aun. Alucinada me quede cuando me lo dijo esa chica. Le mande un correo a la madre dando a entender que no la había entendido bien y que me confirmara que me habían dicho que si a mi. Y como era de esperar, me dijo que finalmente, hablando con el marido, habían decidido elegir a la otra au pair (si, a la chica con la que hablaba yo), porque mi pasaporte no estaba al día y tardarían mucho en renovarlo. Lo mas gracioso de todo es que la otra chica directamente, no tenia pasaporte.

Como era de esperar, le dijeron a la otra chica que la elegía a ella. Ella le empezó a preguntar y demás y la madre, muy "sincera", le dijo que el problema es que yo no me había enterado porque estaba dormida. Si, como lo leéis. Es muy lógico decirme que no y después hablarme de tarifas, maletas, compañias aéreas y días y horarios de vuelo. Lo que hace la gente normal, vaya, seguro que la mujer estaba interesada en saber como yo podía ayudar a la otra au pair a llegar a su casa con la mejor compañía (notese la ironía).

El caso es que esta chica se quedo bastante digamos... "mosqueadilla". Al día siguiente les dijo que no, y como las dos vimos, había una tercera, a la que suponemos que le dirían de ir.

(Una ayudita visual de como nos sentimos yo y esta chica)

Y esa es mi primera experiencia buscando familias. Que he aprendido? Que hasta que no tengas una confirmación por escrito, un billete de avión y la maleta casi echa, no te hagas ilusiones y dejes de buscar otras familias.

Ahora estoy de charlas con una familia de Bonn, bien lejos de esa gente. Parece no ir mal la cosa, pero como digo, no me pienso hacer ilusiones.

Me despido por hoy, muchos besos a todos!

PD: Y este post va dedicado a Victoria, que sin ella, a esta historia le faltaría la versión "del otro lado".